¿Para qué sirve votar?

Blog de Campaña de El País (Comunidad Valenciana)

Uno. Ayer se hizo publico un manifiesto. La Cadena Ser dio cuenta de ello. ¿Su título?

Yo también votaré.

Manifiesto por la política valenciana

Hoy, El País recoge dicha información y desarrolla algunos pormenores bajo el titular de «Profesores y profesionales firman un manifiesto contra la abstención»Es un saludable movimiento, una exigencia pública, un toque de atención. Se publicará también en los medios públicos para que puedan adherirse. Aquí, en la página que hemos creado también pueden hacerlo. Ya hay una primera relación de firmantes.

Dos. El próximo 22 de mayo, yo también iré a votar para elegir mi lista municipal y mi lista autonómica. No quiero abstenerme ni conformarme, en efecto. ¿Por qué razón? Porque quiero sentirme responsable  de que las cosas que pasan puedan mejorar. Y ya lo creo que pueden mejorar: si nos ponemos…

Por eso, los poderes públicos han de rendir cuentas de la administración y del uso de los bienes comunes. Y, por eso, a mi alcalde, a mis concejales, a mis diputados, a mis consellers y a mi president de la Generalitat les voy a exigir esa rendición de cuentas.

¿Sirve votar? Ya lo creo que sirve: yo no quiero arrepentirme de que otros hagan las cosas sin haberme molestado antes, sin haber actuado o pensado. ¿Qué quiero? ¿Protestar sin votar, criticar sin esforzarme? No hay que acobardarse, desde luego, y tampoco hay que aceptar el capricho, la ineptitud o la sinvergonzonería. Como dice el Manifiesto, «Yo voto porque la política no es cosa de rufianes o de golfos». Conozco a candidatos honrados, honorables, competentes. Por ellos quiero votar y a ellos quiero exigirles. Por eso hay que atreverse. 

El próximo 22 de mayo, la eficacia y la seriedad dependen de mi voto, del tuyo, del tuyo… En la Comunidad Valenciana hay potencial y hay capacidades, hay gente honesta y trabajadora y hay candidatos íntegros. «Elijo la decencia y prefiero votar», leemos en el Manifiesto. «Luego, cuando haya elegido, reclamaré». Y mis representantes me responderán con rigor. Con austeridad, con decoro y con decencia. Por eso voto y exijo.

Dos. Scriptorium. «La política significa horadar lenta y profundamente unas tablas duras con pasión y distanciamiento al mismo tiempo. Es completamente cierto, y toda la experiencia histórica lo confirma, que no se conseguiría lo posible si en el mundo no se hubiera recurrido a lo imposible una y otra vez. Pero para poder hacer esto, uno tendrá que ser un líder, y no sólo esto sino también un héroe, en un sentido muy sobrio de la palabra. Y aquellos que no sean ambas cosas deberán también armarse con esa firmeza de corazón que permite hacer frente al fracaso de todas las esperanzas, y deben hacerlo ya, pues si no, no estarán en situación de realizar siquiera lo que es posible hoy. Sólo quien esté seguro de no derrumbarse si el mundo es demasiado estúpido o bruto, visto desde su punto de vista, para lo que él quisiera ofrecerle (…), sólo ése tiene «vocación´´ para la política”

 Max Weber, La política como profesión (1919).

Tres. La ley electoral.¿Listas abiertas o listas cerradas pero no bloqueadas?  Desde luego, es razonable pedir un cambio consensuado y audaz de la Ley Electoral. Es lo que al parecer se está diciendo entre los acampados de la Puerta del Sol. Pero, en esa nueva norma, ¿qué es lo primero que habría que exigir? Suele haber una confusión común: pedir listas abiertas cuando en realidad se pide otra cosa. Las listas abiertas –en el sentido literal– introducen un elemento de incertidumbre absoluta que puede ser perjudicial. Lo que hay que exigir es un sistema de listas cerradas pero no bloqueadas: aquellas en las que podemos indicar nuestras preferencias. En las listas cerradas y bloqueadas no podemos designar directamente a nuestros candidatos, no podemos identificar personalmente al elegible, no podemos personalizar el sufragio: votamos una relación y, por tanto, votamos una lista entera. Quien obtiene el rédito electoral es el partido, pero aparta al elector de sus candidatos, pues éstos no tienen por qué rendir cuentas directamente. En cambio, las listas cerradas pero no bloqueadas no somete la elección a la disciplina interna del partido. Favorece la autonomía del representante ante su organización.

10 comentarios

  1. Esa es la cuestión. Hay que ir a votar, no abstenerse. Repitamos con Tony Judt: «Si queremos mejores gobernantes tendremos que aprender a pedir más de ellos y menos para nosotros. Un poco de austeridad estaría bien».

  2. El New York times nos regala un artículo sobre el movimiento 15-M y la corrupción en Valencia, a lo que denomina «berlusconización» de la política en esta comunidad.

    http://www.elpais.com/articulo/espana/New/York/Times

    Es importante hacerse famoso allende los mares. Grandes eventos. ¿o no es esto acaso uno de ellos?

    Y hay que votar. Más que nunca.

  3. Dos. El próximo 22 de mayo, yo también iré a votar para elegir mi lista municipal y mi lista autonómica. No quiero abstenerme ni conformarme, en efecto. ¿Por qué razón? Porque quiero sentirme responsable de que las cosas que pasan puedan mejorar. Y ya lo creo que pueden mejorar: si nos ponemos…

    Por eso, los poderes públicos han de rendir cuentas de la administración y del uso de los bienes comunes. Y, por eso, a mi alcalde, a mis concejales, a mis diputados, a mis consellers y a mi president de la Generalitat les voy a exigir esa rendición de cuentas.

    ¿Sirve votar? Ya lo creo que sirve: yo no quiero arrepentirme de que otros hagan las cosas sin haberme molestado antes, sin haber actuado o pensado. ¿Qué quiero? ¿Protestar sin votar, criticar sin esforzarme? No hay que acobardarse, desde luego, y tampoco hay que aceptar el capricho, la ineptitud o la sinvergonzonería. Como dice el Manifiesto, «Yo voto porque la política no es cosa de rufianes o de golfos». Conozco a candidatos honrados, honorables, competentes. Por ellos quiero votar y a ellos quiero exigirles. Por eso hay que atreverse.

    El próximo 22 de mayo, la eficacia y la seriedad dependen de mi voto, del tuyo, del tuyo… En la Comunidad Valenciana hay potencial y hay capacidades, hay gente honesta y trabajadora y hay candidatos íntegros. «Elijo la decencia y prefiero votar», leemos en el Manifiesto. «Luego, cuando haya elegido, reclamaré». Y mis representantes me responderán con rigor. Con austeridad, con decoro y con decencia. Por eso voto y exijo.

    Continuará…

  4. Creo que la gente debe alucinar con nosotros, los valencianos. Yo, desde luego, no me lo explico. Pero ahora no es momento de eso, sino de ir el domingo a votar. Al menos así, cuando alguien me pregunte por los resultados, podré decir mirándole a los ojos que por mí no ha sido.

  5. Gracias, D. Justo, por su saludo.
    Por supuesto que votaré.Tengo mono de voto.
    Me molestan las plañideras de la democracia,que lloran sin estar implicadas con el duelo por el presunto difunto.

  6. Scriptorium. «La política significa horadar lenta y profundamente unas tablas duras con pasión y distanciamiento al mismo tiempo. Es completamente cierto, y toda la experiencia histórica lo confirma, que no se conseguiría lo posible si en el mundo no se hubiera recurrido a lo imposible una y otra vez. Pero para poder hacer esto, uno tendrá que ser un líder, y no sólo esto sino también un héroe, en un sentido muy sobrio de la palabra. Y aquellos que no sean ambas cosas deberán también armarse con esa firmeza de corazón que permite hacer frente al fracaso de todas las esperanzas, y deben hacerlo ya, pues si no, no estarán en situación de realizar siquiera lo que es posible hoy. Sólo quien esté seguro de no derrumbarse si el mundo es demasiado estúpido o bruto, visto desde su punto de vista, para lo que él quisiera ofrecerle (…), sólo ése tiene «vocación´´ para la política”

    Max Weber, La política como profesión (1919).

  7. Tres. La ley electoral.¿Listas abiertas o listas cerradas pero no bloqueadas? Desde luego, es razonable pedir un cambio consensuado y audaz de la Ley Electoral. Es lo que al parecer se está diciendo entre los acampados de la Puerta del Sol. Pero, en esa nueva norma, ¿qué es lo primero que habría que exigir? Suele haber una confusión común: pedir listas abiertas cuando en realidad se pide otra cosa. Las listas abiertas –en el sentido literal– introducen un elemento de incertidumbre absoluta que puede ser perjudicial. Lo que hay que exigir es un sistema de listas cerradas pero no bloqueadas: aquellas en las que podemos indicar nuestras preferencias. En las listas cerradas y bloqueadas no podemos designar directamente a nuestros candidatos, no podemos identificar personalmente al elegible, no podemos personalizar el sufragio: votamos una relación y, por tanto, votamos una lista entera. Quien obtiene el rédito electoral es el partido, pero aparta al elector de sus candidatos, pues éstos no tienen por qué rendir cuentas directamente. En cambio, las listas cerradas pero no bloqueadas no somete la elección a la disciplina interna del partido. Favorece la autonomía del representante ante su organización.

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