Blog enlazado por El País (Comunidad Valenciana)
Cero. Americanos, vienen a España gordos y sanos,/ viva el tronío de ese gran pueblo con poderío,/ olé Virginia, y Michigan, y viva Texas,/ que no está mal, os recibimos americanos con alegría, olé mi madre, olé mi suegra y olé mi tía.
Esa Norteamérica de ficción, de anhelo y de sueño –que Luis García Berlanga caricaturizó en 1953– es la que yo viví de niño, a comienzos de los sesenta, la que deseaba conocer.
Luego, ya en los sententa, me llegaron los Estados Unidos de la contracultura y de la hegemonía militar. Patti Smith estaba allí, entre aquellos pioneros que yo envidiaba: cantando Gloria o Because the Night.
Uno. Días atrás acabé de leer Éramos unos niños (2010). Son las memorias de Patty Smith (1946). Qué delicia de relato: una autobiografía en la que incluye a Robert Mapplethorpe, su primer novio, su mejor amigo, su hombre de referencia, su camarada.
Éramos unos niños: yo no lo habría traducido así. Si el título original es Just Kids, lo deseable habría sido algo como Éramos tan jóvenes.
Ya sé que lo que propongo remite a aquella canción que popularizaron en España Los Mustang, pero la filosofía es la misma: cuando empezábamos, éramos unos jovenzuelos, unos muchachos que ignoraban lo que estaban haciendo o rompiendo, felices e indocumentados (como dijo aquel gran escritor).
Bien pensado, cuando Patti Smith comienza su relato personal –hacia 1967, justamente cuando conoce a Mapplethorpe–, la joven norteamericana es una chica documentada. Ha nacido en el seno de una familia obrera y espera romper con la fatalidad que se le impone. Lee compulsivamente, escribe con ardor, pinta, dibuja y tiene una creatividad irrefrenable.
Ignora a qué va a dedicarse, pero sabe de manera instintiva que ella no será una asalariada: no porque sea soberbia o porque observe su pasado de manera ufana. Sencillamente, no quiere repetir lo que sus padres hicieron. Pasó hambre y tuvo suerte…
Abandona a sus parientes y se instala en Nueva York. No tiene perras ni padrinos y vive al día. Sólo cuenta con su voracidad, su deseo, su fortaleza. Admira a los poetas franceses, a los grandes cantantes y compositores del rock and roll y quiere imitar su aspecto masculino: el de Bob Dylan, el de Keith Richards, el de Brian Jones.
Pero gracias a su inteligencia y a Mapplethorpe crea un estilo propio, una manera particular de presentarse ante el mundo.
La primera vez que vi la fotografía que sirve de carátula para Horses (1975) –hecha por su amigo Robert– quedé impresionado. Yo contaba dieciséis años: como tantos otros adolescentes, tenía serias dificultades para definir mi aspecto.
De repente, descubrí a una mujer liderando una banda de rock and roll; a una muchacha que para retratarse se había roto los puños de la camisa blanquísima echándose la americana a la espalda: una joven que no le importaba imitar a Frank Sinatra, según ella misma reconoce. Era algo así como un tipo duro. Y se exhibía con aire punk, con la arrogancia e impertinencia de quien quiere conquistar el mundo..
Dos. Leo el libro de Patti Smith y hago mías sus expectativas, ambiciones y decepciones. No me quiero comparar: lo que digo es qme me resultan cercanas experiencias que para mí sólo fueron fantasías. Una muchacha que ha de abrirse camino en la gran ciudad, en la Gran Manzana, una joven que se aloja en el Hotel Chelsea y que difícilmente puede pagar. Robert Mapplethorpe y ella llegan a Nueva York con 21 años. No se conocen, pero pronto se convertirán en pareja, sabiendo que las creaciones de uno o de otra son fruto de esa convivencia, de esa vivencia común en la que todo estaba por definir. A ambos les gusta dibujar, pintar, fotografiar, captar con la Polaroid lo que es el instante de la sensación verdadera, ese momento para el que posan. Patti, además, tiene inclinaciones literarias. Ella abandonó el trabajo obrero para el que estaba destinada y confía con ceguera, rabia y certidumbre en salir adelante, en escribir poemas. Primero serán eso: poemas. Luego, cuando esté al frente de banda de rock and roll, serán canciones que captan la ensoñación y el detalle de una América emocional.
Es una historia de amor hasta el final, de desconsuelo en una tierra próspera de la que no esperan redención. «Jesus died for somebody’s sins but not mine», escuchamos en Gloria. Aquí los vemos en una instantánea de comienzos de los setenta, en la calle Veintitrés Oeste, escalera de incendios. Saben posar mostrándose con desenvoltura: ella, pensativa y modesta, con sus pantalones desgarrados; él, con mirada socarrona y aniñada, coqueto.
Hemeroteca y blogosfera
11 de septiembre de 2011
Para el día de hoy les remito a todo lo que he ido escribiendo sobre el terrorismo en los últimos años. Pueden verlo en este enlace:
https://justoserna.wordpress.com/category/terrorismo/
Y el artículo que escribí diez años atrás, cuando el atentado del 11-S
Justo Serna, El artículo más triste, El País, 2 de octubre de 2001
A mi también me fascinó este libro…
Bonito tema, don Justo. Tendré que leer esa biografía y muchas otras para saber algo de lo que ocurrió durante aquellos años. Si yo tuviera que empezar la mía -algo improbable- por la misma época, tendría que contar una boda igual, en apariencia, a otro millón de bodas de entonces. Para mí fue única e irrepetible. Quiero decir, no la repetiría ni de coña.
Siga usted contando, por favor, a ver si me entero de algo…
Led Zeppelin, Pink Floyd, Cabaret Voltaire, Depeche Mode …
Patti Smith – Gloria
Jesus died for somebody’s sins but not mine
Meltin’ in a pot of thieves
Wild card up my sleeve
Thick heart of stone
My sins my own
They belong to me, me
People say ’beware!’
But I don’t care
The words are just
Rules and regulations to me, me
I-i walk in a room, you know I look so proud
I’m movin’ in this here atmosphere, well, anything’s allowed
And I go to this here party and I just get bored
Until I look out the window, see a sweet young thing
Humpin’ on the parking meter, leanin’ on the parking meter
Oh, she looks so good, oh, she looks so fine
And I got this crazy feeling and then I’m gonna ah-ah make her mine
Ooh I’ll put my spell on her
Here she comes
Walkin’ down the street
Here she comes
Comin’ through my door
Here she comes
Crawlin’ up my stair
Here she comes
Waltzin’ through the hall
In a pretty red dress
And oh, she looks so good, oh, she looks so fine
And I got this crazy feeling that I’m gonna ah-ah make her mine
And then I hear this knockin’ on my door
Hear this knockin’ on my door
And I look up into the big tower clock
And say, ’oh my God here’s midnight!’
And my baby is walkin’ through the door
Leanin’ on my couch she whispers to me and I take the big plunge
And oh, she was so good and oh, she was so fine
And I’m gonna tell the world that I just ah-ah made her mine
And I said darling, tell me your name, she told me her name
She whispered to me, she told me her name
And her name is, and her name is, and her name is, and her name is g-l-o-r-i-a
G-l-o-r-i-a gloria g-l-o-r-i-a gloria
G-l-o-r-i-a gloria g-l-o-r-i-a gloria
I was at the stadium
There were twenty thousand girls called their names out to me
Marie and ruth but to tell you the truth
I didn’t hear them I didn’t see
I let my eyes rise to the big tower clock
And I heard those bells chimin’ in my heart
Going ding dong ding dong ding dong ding dong
Ding dong ding dong ding dong ding dong
Counting the time, then you came to my room
And you whispered to me and we took the big plunge
And oh you were so good, oh, you were so fine
And I gotta tell the world that I make her mine make her mine
Make her mine make her mine make her mine make her mine
G-l-o-r-i-a gloria g-l-o-r-i-a gloria g-l-o-r-i-a gloria,
G-l-o-r-i-a gloria
And the tower bells chime, ’ding dong’ they chime
They’re singing, ’jesus died for somebody’s sins but not mine’
Gloria g-l-o-r-i-a gloria g-l-o-r-i-a gloria g-l-o-r-i-a,
Gloria g-l-o-r-i-a, g-l-o-r-i-a gloria g-l-o-r-i-a gloria
G-l-o-r-i-a gloria g-l-o-r-i-a gloria g-l-o-r-i-a gloria,
G-l-o-r-i-a gloria g-l-o-r-i-a gloria g-l-o-r-i-a gloria,
G-l-o-r-i-a gloria g-l-o-r-i-a gloria g-l-o-r-i-a gloria
Patti Smith Because the Night
Take me now baby here as I am
pull me close, try and understand
desire is hunger is the fire I breathe
love is a banquet on which we feed
come on now try and understand
the way I feel when I’m in your hands
take my hand come undercover
they can’t hurt you now,
can’t hurt you now, can’t hurt you now
because the night belongs to lovers
because the night belongs to lust
because the night belongs to lovers
because the night belongs to us
have I doubt when I’m alone
love is a ring, the telephone
love is an angel disguised as lust
here in our bed until the morning comes
come on now try and understand
the way I feel under your command
take my hand as the sun descends
they can’t touch you now,
can’t touch you now, can’t touch you now
because the night belongs to lovers …
with love we sleep
with doubt the vicious circle
turn and burns
without you I cannot live
forgive, the yearning burning
I believe it’s time, too real to feel
so touch me now, touch me now, touch me now
because the night belongs to lovers …
because tonight there are two lovers
if we believe in the night we trust
because tonight there are two lovers …
Cream, Joy Division…
Hemeroteca y blogosfera
11 de septiembre de 2011
Para el día de hoy les remito a todo lo que he ido escribiendo sobre el terrorismo en los últimos años. Pueden verlo en este enlace:
https://justoserna.wordpress.com/category/terrorismo/
Y el artículo que escribí diez años atrás, cuando el atentado del 11-S
Justo Serna, El artículo más triste, El País, 2 de octubre de 2001
Shockeada con la foto de Robert como demonio… Recuerdan la exposición de la Beneficiencia hace años? Yo aún estaba en el instituto…
Sí, vi la exposición de Mapplethorpe. Buena.
En referencia al estilo de Berlanga, Azcona y Ferreri, he leído Dos gardenias para ti, de Daniel Arenas, una novela que recoge ese tipo de humor.
Ahora, Robert Mapplethorpe nos puede parecer un fotógrafo previsible. No es así. Hay que conocerlo y reconocerlo en contexto.
Cuando lo descubrí, yo era bastante joven e impresionable: sus referencias continuas a lo sadomasoquista no iban conmigo, pues un servidor siempre ha sido muy moderado. Pero me sorprendieron y aún me sorprenden su arte, su habilidad, su juicio. Creí que era dinosíaco. En realidad, es apolíneo.
Supo recrear de un modo admirable el cuerpo, según los cánones clásicos. Supo elevar a arte lo que era pornografía, relacionando sexo explícito y torturado con los modelos de la antigüedad.
Y además fue el primer chico de Patti Smith…
Pensaba cambiar el post. Pero, dado el escaso interés que han despertado los temas de la nueva temporada, no lo hago. De momento.
No se lo tomen como una amonestación: es desinterés. ¿Para qué hacerlo…?, me pregunto.
Resulta curioso cómo desde fuera las cosas siempre se ven distintas a como son realmente. Los españoles que vieran «Bienvenido mister Marshall» no imaginarían lo que se estaba cociendo en algunos lugares de los EE.UU de América. «Horses», de Patti Smith, en efecto, prefigura tanto lo que será el punk como la new wave, convirtiéndose en uno de los discos más importantes e influyentes de la historia del rock precisamente por eso. Por un lado, como apunta el señor Serna, esa indumentaria chulesca y con las mangas cortadas recuerda a la estética punk y, por qué no decirlo, un poco también a la de «La naranja mecánica», la mítica película de Kubrick; por otro lado, Patti Smith aparece retratada vestida y en una actitud de cierta ambigüedad sexual que parte de la new wave y del glam rock recogerá plasmándose en artistas como David Bowie…
Volveré, que se me ha ido el santo al cielo.
No sé si es una opinión equivocada mía, pero tengo la impresión de que el género memorialístico está en pleno auge dentro del variopinto – y a veces demencial – mercado editorial español. Además de las clásicas, muchas editoriales están creando colecciones sobre libros autobiográficos, ya sean autobiografías o memorias al uso, o ya sean libros misceláneos de recuerdos o testimonios. Una prueba de ello es la editorial barcelonesa Global Rhythm Press, cuya colección «Memorias» recomiendo a todo el mundo. Obviamente, hay muchas más, pero recomiendo esta porque es una colección centrada fundamentalmente en memorias de músicos y artistas americanos. Han publicados las memorias o autobiografías de gente como Ray Charles, Duke Ellington, Keith Richards, Woody Guthrie o Johnny Cash, entre otros. Lo reseño aquí porque me parece una apuesta editorial arriesgada y me alegra ver – no lo sé seguro, pero lo intuyo por el ritmo de títulos que publican – que la colección está teniendo buena acogida.
No he leído las memorias de Patti Smith, pero puedo imaginar la emotividad del texto, y puedo imaginar también que leer este tipo de testimonios es también una forma – más llevadera de lo que suele ser habitual – de acercarse a la historia de los Estados Unidos.
Y hablando de memorias y de la Editorial Lumen, tengo ganas de leer las «Confesiones de un joven novelista» de Umberto Eco, que acaban de aparecer en esta misma editorial.
Y yo estoy pendiente de que el Sr. Serna me pase la biografía de Carmen Laforet, ‘Una mujer en fuga’. Ejem.
Están atinadísimos, sí. Yo estoy desatinado. Al menos hoy…
El gran logro de los americanos, decía Win Wenders, es la conquista de nuestro subconsciente. Una conquista con una banda sonora inagotable, en la que sin duda aparece el galope de los caballos de Patti Smith. Quizás no sea casualidad en relación a ese mérito el valor simbólico de las galopadas oníricas o, en el otro polo, la expresividad sexual de las fotos de Mapplethorpe.
Saludos
¿Conquistar nuestro inconsciente? Parece algo exagerado. Pero sé qué es lo que quiere subrayar con esa cita, sr. Signes.
El último objetivo que China no ha conseguido es el de crear una cultura popular verdaderamente universal. Norteamérica sigue dominando el imaginario de la gente… Con productos excelentes y con subproductos.
Saludos.