Las músicas ligeras

Uno. El ciclo Bandas Sonoras. Los jóvenes, la música y la revolución cultural llega a su fin, tras un experiencia realmente espléndida. Ahora toca el cierre, el colofón.

Las jornadas, organizadas por el Vicedecanato de Cultura de la Facultat de Geografia i Història de la Universitat de València, empezaron el 9 de noviembre. Con mesas redondas, con proyecciones de películas, con discusiones y debates entre públicos e invitados.  El miércoles 21 de diciembre, Bandas sonoras concluye con un conferenciante de altura, de mucho talento y fina ironía. Me refiero a Luis Suñén.

Luis Suñén es poeta, es editor, es periodista. Y es melómano: desarrolla numerosas actividades como experto y crítico musical. Escribe en prensa. Por ejemplo, en Babelia, de El País. Es responsable de la revista Scherzo (en donde podemos seguir su blog). Y dirige un programa radiofónico dedicado precisamente a la cultura musical, como Juego de espejos en Radio Clásica. Además de por su saber, Luis Suñén destaca por su bonhomía. No sé ustedes, pero yo no me pierdo su conferencia en la Facultad de Historia a las 17 horas del 21 de diciembre.

Dos. El conferenciante emprenderá un recorrido por la música ligera: la música que los jóvenes hicieron popular en el siglo XX, esa cultura asociada a la rebeldía, al consumo y a las masas del Novecientos. Pondrá ejemplos bien sonoros. ¿Con trazas autobiográficas, quizá? ¿Con referencias generacionales? Luis Suñén, nacido en 1951, vivió el éxito de The Beatles en su primera juventud. Vivió también otras músicas y  culturas pop, las propias del Swinging London. Y asistió en vivo, como un contemporáneo más, a la reinvención del rock que trajeron las fusiones americanas de los años sesenta. ¿Y la psicodelia? ¿Y el folk y la canción instrumental y el rock sinfónico?

Música ligera fue una expresión corriente entre los críticos musicales de la España de los sesenta y setenta. En nuestro país se empleó genéricamente. Aludía al rock y al pop y con ella los locutores de radio se referían a los ritmos bailables, a esas canciones que duraban tres minutos o menos con estribillos pegadizos e instrumentaciones sencillitas. ¿Sencillito? No fue todo tan simple: ni las melodías eran tan esquemáticas ni las letras eran tan ramplonas. Del swing al rock, del folk al pop, muchas de esas canciones han reinventado el mundo, han afirmado valores de los que no se hablaba.Los ritmos de la música ligera son el fondo sonoro de varias generaciones y nos mueven, nos hacen movernos. Cuando alguien tararea música ligera siente, en efecto, una ligereza. Como si se le fueran los pies, como si no pudiera parar: dispuesto a taconear o a dar los pasos, dispuesto a seguir el ritmo.    

Ignoro qué revisión nos hará Luis Suñén en su charla, en qué hitos se detendrá.  Acudiré encantado a la conferencia. Les aviso: Luis derrochará saber, ritmo, jovialidad y ligereza, esa cortesía que el auténtico experto tiene con su público. Con mucho swing. Insisto: ¿se lo van a perder? Yo no haría eso. Recuerden: la entrada es libre y la salida, agradecida. En  la Sala Joan Fuster de la Facultat de Geografia i Història a las 17 horas. Luego seguiremos aquí.

Tres. La música ligera no es arte despreciable. No es mero fondo, la sonoridad que tenemos asociada a un hecho. No es sólo un ritmo bailable, esquemático y repetitivo. La música ligera es cultura de masas, es un producto más o menos esmerado y de disfrute colectivo. La asociamos involuntariamente a un acontecimiento personal o común y, sin duda, se nos van los pies cuando empezamos a escucharla. Los creadores podrán ser más o menos virtuosos. O nada. Pero son los públicos quienes convierten una pieza de tres minutos y pico en fragmentos de un todo sonoro. El que escucha hace suya la canción, la tararea, la recuerda y en su evocación o repetición la vincula a una circunstancia emocional. Las emociones no son un subroducto de lo humano. Son estados del alma, si me permiten decirlo así. Son los humores que se escapan, exhalaciones del ánimo: y esta manifestación individual siempre es ruidosa y seguramente colectiva.

De eso y de mucho más habló Luis Suñén la tarde del miércoles 21 de diciembre. Habló con conocimiento y desparpajo, y con énfasis: se supo atraer al público presente, interesándolo por unas canciones que exhumaba con gracia y erudición. Puso varias piezas, pero la última nos emocionó, justamente. ¿Quién no responde ante una simpatiquísima provocación? ¿Quién no responde ante Tom Jones cantando It’s Not Unusual (1965)…

12 comentarios

  1. Je Jelene

    Quién estuviera allí ! Habrá crónica para los que estamos fuera? O libro conmemorativo de las jornadas? Gracias, Justo.

    Justo Serna

    Haremos crónica. Y en lo que al libro se refiere, estamos trabajando en ello…

    Je Jelene

    Bona nit des de Barcelona!

    Justo Serna

    Estas actividades tendrán continuidad en una Exposición que se inaugurará en marzo en El Centre Cultural La Nau y que organiza el Vicerrectorado de Cultura. De dicha Exposición somos comisarios Alejandro Lillo y un servidor. Y en su confección intervienen, nos ayudan y nos asesoran Luis Puig, Norberto Piqueras Sánchez y Pepe Beltrán, entre otras personas.

  2. …’Música ligera’ fue una expresión corriente entre los críticos musicales de la España de los sesenta y setenta. En nuestro país se empleó genéricamente. Aludía al rock y al pop y con ella los locutores de radio se referían a los ritmos bailables, a esas canciones que duraban tres minutos o menos con estribillos pegadizos e instrumentaciones sencillitas. ¿Sencillito? No fue todo tan simple: ni las melodías eran tan esquemáticas ni las letras eran tan ramplonas. Del swing al rock, del folk al pop, muchas de esas canciones han reinventado el mundo, han afirmado valores de los que no se hablaba.Los ritmos de la música ligera son el fondo sonoro de varias generaciones y nos mueven, nos hacen movernos. Cuando alguien tararea música ligera siente, en efecto, una ligereza. Como si se le fueran los pies, como si no pudiera parar: dispuesto a taconear o a dar los pasos, dispuesto a seguir el ritmo…

  3. Escucho el programa de Luis Suñén siempre que puedo. Creo que es una gran idea llevar una persona ajena al mundo musical pero unida a la música por el simple placer de la escucha.
    Saber los gustos musicales y cómo la música forma parte de muchos momentos de su vida.
    Además, Luis Suñén es como una enciclopedia.
    Espero la crónica ya que, por trabajo, me es imposible asistir.

  4. Realmente fue un gustazo acudir a la sesión de clausura. Un señor con muchas tablas ante el auditorio. Y, ciertamente, tuvo ratos emocionantes para mí al reconocer alguno de los temas vinculados a otro tiempo. La música tiene ese poder para evocar vivencias y por eso a veces nos pone nostálgicos (que creo que fue un poco la clave en la que él se movió).

    Me encantó la provocación con esa canción, pero mucho más su sentencia : “ cuando escucho esta canción, es la prueba irrefutable de que el tiempo pasó, de que hay cosas que ya se vivieron y oportunidades que quedaron definitivamente perdidas”.

    Dice un escritor bastante melómano que hay músicas de las que “hay que quitarse como si nos quitásemos de una droga” por los efectos que producen en nosotros, y estoy de acuerdo.

    Felices fiestas a todos.

  5. Los enamoramientos, de Javier Marías, elegido como libro del año por los críticos de Babelia. Pueden leer la reseña que escribí para Ojos de Papel:

    «…María Dolz trabaja en una editorial y se codea con escritores. Su vida, la existencia de esta mujer de treinta y tantos años, es rutinaria y previsible. Cada mañana, antes de entrar a la oficina, desayuna en una cafetería de la parte alta de Príncipe de Vergara, en Madrid. Es un hábito saludable, pero no por la dieta, sino por la alegría que algunos parroquianos le dan. Todos los días, un hombre y una mujer hacen lo mismo que ella: desayunan antes de separarse. Parecen profesarse todo el amor, una ternura sin énfasis, sin ostentación. Ríen, sonríen y susurran con complicidad, con dicha. María los ve desde una mesa cercana y su satisfacción crece. Envidia su felicidad y a la vez les agradece interiormente el contento que le procuran. Hay personas que nos confortan, que nos infunden optimismo. Su simple presencia nos anima y nos ayuda a sobrellevar lo ordinario y lo repetido, que es el grueso de la existencia. Expresamente no hacen nada por nosotros, pero ese deleite que las envuelve, su dinamismo, su energía sensata o su placidez nos alivian de tanta carencia, de tanta duda, de tanto ultraje secreto o manifiesto que padecemos….»

    http://www.ojosdepapel.com/Index.aspx?article=4025

  6. Sra. R.S.R., le deseo igualmente felices fiestas. Ya que están y no hay remedio, pues vamos disfrutarlas, ¿no?

  7. Coincido con R. en que fue un gustazo acudir a la sesión de clausura del ciclo ‘Bandas sonoras’. Me encantó el discurso de la Vicedecana de Cultura, la profesora Encarna García Monerris, especialmente en su reconocimiento y agradecimiento a la labor de los estudiantes en dichas jornadas, con el orgullo y la satisfacción de quien hace un trabajo bien hecho. Y así fue.

    El encuentro con Luis Suñén no me defraudó. Se cumplieron todas las espectativas que el profesor Serna generó con su presentación: sin lugar a dudas el periodista posee unos conocimientos sobre música abrumadores.

    Tuve la sensación de acudir en directo a su programa radiofónico, con esos intervalos de charla y melodía por los que oscilas, entre la extrema atención y la absoluta relajación, esa que te permite dejarte llevar por las sugerencias de la música; aunque hubo un par de cosas que no terminé de entender bien en el discurso de Luis Suñén. No comprendí el rechazo que manifestó hacia los cantautores de la transición o hacia los cantautores en general. Y digo que no comprendí porque no lo explicó, no quiso entrar en detalles. Intuyo que este rechazo obedece más a lo irracional que a aspectos, digamos, puramente técnicos… Por otro lado, y teniendo en cuenta el valor que reconoció y el respeto que mostró hacia la «música ligera», me cuesta entender cómo en un momento determinado de su juventud tuvo que elegir entre la música clásica y el rock. ¡¿Por qué?! No hay incompatibilidad entre ellas. Aún así, pienso que en el fondo no se quiere desprender del todo de aquella música de juventud… La prueba es la fascinación que mostró hacia la canción que cerró el acto. :-)

    En cualquier caso, creo que es un privilegio que la Universitat de València pudiera contar con la presencia de Luis Suñén para la clausura de estas jornadas. Y sé, que en eso, tuvo mucho que ver Justo Serna.

  8. Querido Luis Suñén, gracias por ese enlace a su artículo sobre los cantautores. Por supuesto que me ha quedado clara su opinión al respecto; y ahora también entiendo que prefiriera callar sobre este tema en la clausura del ciclo ‘Bandas sonoras’: su teoría es tan sugerente e interesante como controvertida. Coincido en que la música convierte en otra cosa al poema, que lo desvirtúa… pero, ay, es tan embaucadora…

    Fue un placer conocerle y escucharle en vivo. Ojalá podamos vernos de nuevo.

  9. Estoy encantado de este pequeño debate entre Luis e Isabel. Desde luego, lo que Luis Suñén dijo sobre los cantautores fue muy interesante y debatible. El enlace que nos proporciona ayuda a entender mejor su posición. Siempre aprendemos de sus conocimientos, sr. Suñén. ¿Qué significa musicar un poema? ¿Qué se gana y qué se pierde?

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