Mariano Rajoy y los zombis

image1. Leo en ‘El País’: «Correos de altos mandos de Al Qaeda desatan una alerta mundial». Corroboro ese titular en otros periódicos. Estados Unidos ha interceptado mensajes electrónicos de la organización y parecen estar relacionados con la posible preparación de atentados. Los norteamericanos cierran veintiuna o veintidós embajadas en países de Oriente Próximo y del norte de África.

2. ¿Qué hacer? La sociedad actual está hiperinformada. Se transmiten múltiples noticias y crónicas, aparte de rumores, datos falsos y cuentos sobre el próximo Apocalipsis. Todo esa caudal informativo provoca varios efectos: aparte del miedo, quizá una saturación y una vacunación. O hasta rabia.

3. Constatamos cada día que el mundo está a punto de estallar, razón por la cual una parte de la audiencia reacciona con escepticismo o hartazgo. O mucho enojo. Pero que haya ruido, redundancia o informaciones falsas e interesadas no significa que todo sea puro embuste.

4. Tenemos la impresión de que vivimos en un mundo desbocado del que creemos saber mucho (por las noticias que nos llegan). Pero a la vez tenemos la sospecha de que nada de lo que vemos es enteramente real, de que los acontecimientos son puestas en escena.

5. Cuando hablamos de terrorismo global, hemos de ser especialmente responsables. ¿Por qué razón? Porque toda esa información a la que accedemos procede de los servicios secretos y éstos no dan puntadas sin hilo, no proporcionan noticias sin examinar sus posible efectos.

6. Porque sabemos que puede haber un atentado, los Gobiernos reaccionan, quizá evitando la hecatombe. Si eso es así, si no pasa nada, podemos pensar que era una información falsa. ¿La prueba? No ha ocurrido nada. Pero tal vez la audiencia esté equivocada: justamente por ser una información verdadera y difundida se abortan los operativos terroristas. Una noticia cierta produce consecuencias contrarias a las que muy ajustadamente había previsto el servicio secreto.

7. Todo es muy raro y a la vez muy previsible. Estamos deseando unas merecidas vacaciones y don Mariano Rajoy el primero, en esa casa gallega que entre todos le costeamos. Tal vez allí, en ese retiro rural, encuentre motivos para la contrición. Estamos deseando que agosto sea un mes informativamente lánguido, irrelevante y que don Mariano nos deje en paz y encuentre la paz.

8. Pero al mismo tiempo sospechamos: seguro que habrá alguna crisis local o mundial, el estallido de una contienda, un atentado, un desastre natural, otro desgraciado descarrilamiento. Pues eso: que cada vez cuesta más descansar. A poco que te descuidas, un horror perturba nuestro breve veraneo. Y todo se desboca o descarrila.

9. «Obama insta a su equipo de seguridad a proteger al pueblo estadounidense», leo en ‘El Mundo’. La noticia es de alcance aunque el titular sea obvio y rutinario. ¿No es eso, proteger al pueblo, lo que hacen los equipos de seguridad de los gobiernos? En fin, le deseo a don Mariano Rajoy que pase tranquilamente sus vacaciones, pero le insto también a que nos proteja y a que se proteja.

10. Estoy condicionado: el sábado 3 de agosto fui con unos amigos al cine. Vimos ‘Guerra Mundial Z’, un entretenido y reflexivo producto. Los malos eran los zombis, muy rabiosos, cuyo número se propagaba bíblicamente, con mucha desmesura. Un país de los acosados tenía construidos grandes muros para evitar la invasión y el contagio. Nada de esto frenará la irrupción zombi.

11. He visto que la casa rural en la que se hospedará don Mariano Rajoy tiene unos buenos muros. Por favor no se aísle: no crea que los malos le van a dejar en paz. Los terroristas globales están relativamente cerca. Por otro lado somos ya un país de zombis. Estamos muy rabiosos.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s