Entiendo la fijación que Abc tiene por salvar a Mariano Rajoy. Es un periódico moderado, de orden, que aprecia el valor de políticos conservadores, de fuste y con sentido. Por eso, a los responsables de Abc no les gusta el estilo bravucón y jactancioso que algunos correligionarios de la derecha se gastan. El problema de Mariano Rajoy es que está entre Vocento –contenidos, católicos prudentes–, y la COPE –enervadamente confesional–, entre José Antonio Zarzalejos y Federico Jiménez Losantos.
El líder del PP es un político severamente vigilado por el radiopredicador y a la vez aupado y sostenido por una prensa seria y afín que decae al tiempo que se alza el estrépito del rival derechista. Rajoy está en sazón, en circunstancia: o triunfa o sus conmilitones se redimirán apeándolo. Es difícil, sí. Por eso, entiendo la posición incómoda y equívoca de Abc. En un par de ocasiones he tenido la oportunidad de analizar el trato que le dispensan. En 2004 publiqué un artículo titulado Elogios de Rajoy en donde examinaba las aclamaciones que se hacían al líder de la oposición en un editorial de Abc. Si los leemos atentamente, esos elogios que el editorialista [del diario monárquico] dedicaba al actual Jefe de la Oposición podían interpretarse como un desafío: más como un aviso que como una celebración, me decía. Si lo parafraseamos, sería algo así como: eres prudente, respetable, notable orador, gestor eficaz, tienes sentido común, pero te la juegas, pues aún tienes que demostrar que eres capaz de ejercer un liderazgo opositor que concite el entusiasmo, la adhesión. Se le pedía, en definitiva, que fuera menos gallego, que dejara su sutil ironía y que se empleara con contundencia, con la claridad de ideas que siempre mostró Aznar a la hora de ejercer el liderazgo.
Once meses después, seguían, por supuesto, los elogios de Rajoy en Abc. Pero quien entonces era su director, Ignacio Camacho, hablaba de la necesidad de conseguir votos, unos votos, una mayoría absoluta que, al parecer, se le resiste y que, de no conseguirla, le impediría acceder al Gobierno. Seguíamos, pues, con la sensación de que había y hay algo que política o electoralmente ha hecho mal Rajoy, alguna estrategia errónea que le lleva a fracasar en sus intentos por rebasar a Rodríguez Zapatero valiéndose de la aritmética parlamentaria. ¿Hasta cuándo? El líder del Partido Popular “es, de largo, el mejor parlamentario español del momento”, leíamos en la ‘Carta del director’ que firmaba Ignacio Camacho en Abc (6 de noviembre de 2005). “Es brillante, sólido, inteligente, y tiene una pegada implacable frente a un Zapatero al que se le empieza a consumir el capital de sonrisas y buen talante, y que pasa un mal rato cada vez que tiene que acudir a un cara a cara. Pero las elecciones no se ganan sólo en la tribuna del Parlamento”.
Se ganan, claro, triunfando en las elecciones o pactando con rivales a los que convertir en socios. Es por eso por lo que Rajoy “se enfrenta a una aritmética cerrada de la que Zapatero ha construido un burladero, añadía Camacho. “Éste es un aspecto esencial, porque Rajoy puede ganar las próximas elecciones –desde luego, Zapatero está en el mejor camino para perderlas–, pero es casi imposible que lo haga por mayoría absoluta a menos que se produzca una improbable crisis de pánico nacional ante el rumbo de los acontecimientos”, insistía Camacho. Con lo cual sería la suya una victoria pírrica. ¿Hasta cuándo podrá tolerar el PP una circunstancia electoral tan adversa?
Medio año después, Abc ha cambiado a su director, regresando José Antonio Zarzalejos a la máxima responsabilidad. Desde hace semanas, dicho periódico es objeto de la burla casi diaria de Jiménez Losantos. Tal vez por el rencor que le despiertan al radiopredicador su venida e ida de sus páginas: estuvo y ya no está en Abc. Tal vez por la moderación del periódico… ¿Por su moderación? O tal vez por intentar definir la suerte futura del liderazgo popular. La verdad es que en ocasiones los editorialistas de Abc hacen profesión de fe secular: la necesidad de que la derecha española deje de ser confesional e impostadamente santurrona es algo que le tengo leído a Zarzalejos. Pero la tensión en la que vive ese diario –azuzado ordinariamente por la emisora de los Obispos— le hace llevar un curso errático.
Una veces para salvar a Rajoy de sus aliados radiofónicos arremete contra la emisora eclesiástica diciendo que “Los Obispos tienen un problema”, en clara alusión a Jiménez Losantos. Y otras veces elevan lo confesional y lo electoral al mismo rango. ¿Que a qué me refiero? Pues a la primera plana que Abc publicó el pasado lunes 10 de julio. La portada del periódico del día posterior a la visita del Papa tenía una fotografía grande de la familia Rajoy en el momento de ser recibida por el Pontífice, una visita de escasos diez minutos y, sobre todo, de cortesía protocolaria. ¿Ésa es la imagen con la que Abc resume políticamente el evento católico? El electoralismo es evidente y la acusación, también: es la incriminación in absentia de Rodríguez Zapatero. Decía ese editorial reciente de Abc que los Obispos tienen un problema, refiriéndose al estilo bronco de FJL. Empiezo a pensar que Rajoy tiene un grave obstáculo que salvar: zafarse de esos amigos y de esos próximos que se lo apropian como carnaza en sazón…
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Levante-emv anuncia este blog.
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En recuerdo de los muertos de Bombay.
Creo que gran parte de la derecha -tanto la más recalcitrante como la más moderada-, cada una por sus propias razones, tiene claro que Rajoy no es el líder adecuado para esta situación de crisis. Y pienso que se debe a las razones por las que fue designado sucesor por el mismísimo Aznar: por ser el más gris y obediente de los candidatos (siempre se ha dicho que su rechazo a la postura en torno a Irak le costó a Rato la sucesión).
La verdad es que su situación es dificilísima: si modera su discurso, las legiones seguidoras de FJL le arrojarán a la hoguera, pero mientras no lo haga, le será imposible conectar con una extensa base del electorado -entre la que me incluyo- que no está nada contenta con el gobierno actual, pero mucho menos está dispuesta a permitir volver a ciertos elementos al poder.
Y lo peor de todo para él es que, por la experiencia electoral de nuestro país, la única posibilidad de cambios de gobierno es que los ejecutivos en curso cometan errores gravísimos , como la corrupción en el caso de González y los «fallos de comunicación» (seamos benévolos…o irónicos) en el caso de Aznar.
Coincido con usted, John Constantine, en que la circunstancia personal de Rajoy es ciertamente incómoda y esos elogios de los que hablaba en mi ‘post’ son ‘presentes’ en ocasiones envenenados. Sorprende la dejación del centro que hace el Partido Popular, ese abandono de lo que es su única opción electoral. Decía Zarzalejos días atrás que Rodríguez Zapatero no es un ‘bobo solemne’, como el propio Rajoy llegó a decir, sino un tipo astuto que ha conseguido radicalizar a la derecha llevándola a un extremo verbal insólito. Ese juicio le costó a Zarzalejos una severa reprimenda por parte de FJL. Qué cruz.
Creo que Rajoy es rehén del tánden Rajoy-Zaplana, oséase de los de «María» y las mafias constructoras mediterráneas.
Con poca voluntad, el único que podría enderezar el rumbo hacia un buén liderazgo en el PP, sería Rato.
Pero bueno…que sigan así que..con precipitación, sin preparación ninguna.. como siempre…la III República estará servida.
El tandem Acebes -Zaplana quise decir.
Grazia, creo sinceramente que exagera con la alusión a esa antesala de la III República. Al menos si la atribuye a la actitud de los dirigentes populares…
Antes que nada, dar la bienvenida al «rebirding» del blog de Justo Serna, modelo de ponderación y agudeza aunadas en el análisis contemporáneo de la sociedad española.
Yo siento disentir pero creo, de verdad, que el único «bobo solemne» con relevancia pública en el país (los chilenos lo llaman «tonto grave») es el propio señor Rajoy. La derecha tiene por costumbre acusar a los demás de sus propias dolencias, o carencias, aparte de hurtar solapadamente las reivindicaciones tradicionales de la izquierda para inflarlas y desvirtuarlas, lo que sucede a menudo desde que desapareció el Centro político e ideológico en España.
Ese Centro, en cuyo ámbito se ganan siempre las elecciones en España, al menos desde la Transición, no le ha sido «birlado» al Partido Popular de Rajoy por reacción ante las incitaciones de ningún pequeño Talibán de la talla de FJL, lo empezó a perder en la época que Aznar dio por cerrada la Transición convencido de que la victoria de la derecha en las Urnas, por primera vez dese que venció al Frente Popular durante la República, cerraba el Círculo y había recuperado el «poder Absoluto» con la «Mayoría Absoluta». Gravísima confusión que el galleguismo rampante de Rajoy no supo detectar, quizás porque lleva en su interior agazapada (cada vez menos) la ideología de la extrema derecha.
Ponerse de perfil » a la gallega» —y que me perdonen los gallegos normales— supone que lo único que se ve de frente es el canto de la moneda, pero quedan los dos carrillos donde recibir las bofetadas. Y Rajoy los recibe ya por todas partes. Se ponga ya como se ponga. No es ni prudente, ni inteligente, ni cauto, ni lleva con dignidad ninguno de los adjetivos con que le adornaba el anterior director de ABC, que sí que tiene un grave problema enredado en tre su redacción y sus rotativas. Rajoy es oscuro, gris, vago y cobarde, y su aplaudida oratoria tiene la burda pesadez del opositor eficaz que fue en su juventud.
El PP de Rajoy ha perdido definitivamente el Centro del que empezó a deslizarse en la era Aznar. Ha empezado a poblarse de personajes ramplones y significadamente fascistas como el propio FJL, como Alcaraz, que azuzado y aconsejo por Sáenz de Ynestrillas —nada menos— imita hasta las actitudes y gestos de los antiguos falangistas, como el propio Acebes o su émula Esperanza Aguirre. En estos momentos, el PP no solamente ha regresado a sus orígenes franquistas del último período de la ya «dictablanda», de la que surgieron todos los líderes de la UCD y la Democracia Cristiana que urdieron la Transición, sino a lo peor del clima que rodeó los últimos despiadados ataques de la derecha ultramontana y gobernada por la Iglesia contra la II República en los años 30. Al resto de su triunvirato, Acebes y Zaplana (este ya prácticamente vencido por la corrupción) sólo les falta colocarse la camisa parda de Gil Robles… lo malo es que no tienen aún a quién aclamar como ¡Jefe, Jefe, Führer, Führer! Quizás será Aznar ese Caudillo, pues tiene todas la hechuras. Aznar aguarda agazapado, para volver, a que se derrumbe definitivamente el muñeco de paja que es Rajoy, a quien ya se le ven asomar las hebras blaquiamarillas por las costuras. Precisamente los colores papales.
Es un honor el regreso de Miguel Veyrat a mi blog. Cuando yo sólo era un lector enrabietado o un espectador voraz, Miguel Veyrat inventaba formatos televisivos que dignificaban la cadena oficial. Es, además, un poeta decisivo. Lean, por favor, ‘Babel bajo la luna’ (Calima): no hay parangón. Ese esfuerzo por reordenar el sentido de las cosas, su significado, es tarea babélica o adánica o, simplemente, humana. Lo dije cuando lo leí y lo repito ahora. Para mí, ‘Babel bajo la luna’ fue una conmoción.
Gracias Justo, pero mucho me temo que el afecto dicte tus palabras. En todo caso, mejor será que los lectores juzguen, como tú propones. Lo que sí es decisivo y dignifica el formato del «blog», tan importante en la nueva civilización que ya asoma entre la aurora del siglo XXI, y tan decisivo como ha sido y será en las próximas elecciones americanas (con eco europeo, sin duda), es tu manera de entenderlo y encauzarlo inteligentemente desde tu condición y conocimientos de intelectual comprometido.
Coincido con Miguel Veyrat, a quien vuelvo a leer también con sumo agrado, que no es problema nacido hoy sino ya viejo: el PP perdió el centro hacia el año 2000, cuando la púrpura se convirtió en absoluta. La moderación es, finalmente, la mayor de las virtudes humanas y el PP lo olvidó. No sólo lo olvidó. No quiere recordarlo. Ni siquiera meditar sobre ello.
Lo cierto es que ya no sólo el ABC, popular Tv, o la Cope, por poner algún ejemplo, llevan en volandas a Rajoy, a Zaplana, a Camps, al PP engeneral. No contentos con esto dominan tambien las emisoras locales. En Castellón es una locura, varias emisoras locales, con argumentos más cretinos que los que se gasta Jimenez Losantos en la Cope. Un conjunto de emisoras dedicadas a captar al analfabeto pueblerino, y es que en Valencia, hay que reconocerlo, sómos muy rurales, en el peor sentido de la palabra. Mucha incultura, la cultura del bou al carrer, el ninot, la mamella, el cul y la mascletà.
Personalmente no creo que Rajoy «lleva en su interior agazapada (cada vez menos) la ideología de la extrema derecha». Para mí es el epítome del político que asciende por gestionar sus silencios antes sus jefes. No le veo yo poseedor de ninguna ideología más de la de «nadar y guardar la ropa».
Lo que sí le concedo al Sr Veyrat es que, para su desgracia, Rajoy empieza a parecer muchas veces en su discurso un «bobo solemne», por la reiteración exagerada de los mismos argumentos, algunos de ellos bastante quebradizos.
Estimado John Constantine, entiendo la moderación de su actitud, pero desgraciadamente no es la que Rajoy está esgrimiendo últimamente: su radicalismo al excluir al presidente Zapatero nada menos que de la esencia Estado, cuya gobernación ha ganado limpiamente en las urnas, sólo es comparable con el fundamentalismo religioso de los obispos que últimamente incitan a los ciudadanos que profesan su fe, a no acatar las leyes que ellos consideran «injustas» pese a estar aprobadas por la Soberanía popular en el Parlamento. Y ese radicalismo extremo, descalificador sin argumento alguno, es uno de los signos de identidad de la extrema derecha. Naturalmente, respetaré su opinión en contra.
No creo que Rajoy tenga muy clara su postura, ni siquiera él mismo E incluso puede que ni la tenga), sino que lo mangonean para que aparezca donde ha de estar, represente lo que ha de representar y dar unas palmaditas en la espalda a quién le digan que deba darlas. Una marioneta más en el circo de la política…»Pasen y vean»
Es un lujo impagable el contar en éste blog con la pluma de Miguel Veyrat.
El conocimiento de la realidad se amplía. Gracias.
Efectivamente, Veyrat es un lujo. Bienvenido.
Creo que el problema es más bien de consejeros. La oposición se basa desde hace tiempo en deribar a contrario, Rajoy, al igual que Blanco en el PSOE, se dedica a estar en desacuerdo, a criticar cualquier declaración de la otra parte, a pregonar la imposibilidad de llegar a acuerdos con ella. Ellos se erigen – Blanco, Rajoy y sus respectivos ministros – en los conocedores de la voluntad del pueblo: «y los españoles no quieren esto» , «y los votantes no se lo van a perdonar» …
El manual del político existe, aunque no sé como se titula, y dice más o menos que los votantes son algo tontos y que si se abstienen mejor, no pasa nada, el gobierno queda así más legitimado por que las abstenciones indican que sólo los mejores (en el sentido de Burke) están en la política.
Esa es la táctica: convertir la discusión política en un vodevil chirriante con una sola frase en el guión «¡Y tú más! O tal vez dos: «¡Ellos peor!.
El resultado es que la mayoría abandona, y los que siguen interesados son aquellos que nunca van a cambiar su postura, los incondicionales, los que son de un partido político como lo son de un equipo de fútbol (la única identidad irrenunciable, que decía Arcadi Espada)
Así las cosas, tras el recuento de votos de las últimas elecciones, al PP solo le queda que emborronar al líder contrario por si queda alguno de esos pardillos que aún puede cambiar su voto o que aún no estuviese harto y estuviera pensando en ir a votar en las próximas elecciones. Por eso la crítica que hace Rajoy y ad-lateres baja a la descalificación personal del líder: bobo y otras lindezas.
En algo sí que aciertan los consejeros del PP: solo la figura de Zapatero puede entorpecer la estulticia política que tienen tacitamente acordada con el PSOE (- dejo de lado las buenas gestiones que figuras de ambos partidos puedan desarrollar)
Por eso no es que a Rajoy no le dejen hacer política los poderes y poderosos que habitan su partido, es, simplemente, que ni si quiera se lo ha propuesto.
Que Serna abra otra vez el blog es una buena noticia. Aquí me tendrán.
Estoy de acuerdo con Fernández del Río, pero quiero aportar otro ángulo a su análisis. El PP se ha convertido en el Partido del No, en el PPN o el PPNO. A cualquier iniciativa o propuesta de gobierno, inmediatamente salen los distintos portavoces recitando un argumentario demasiado simple para no haber sido establecido de antemano. Todos empiezan por decir «No», «imposible», «ridículo», «irritante», etc. Y lo que están irritando, como muy bien dice Fernández del Río, es el epitelio de los votantes, que es muy delicado y se escuece enseguida. A esta actitud, para mí incomprensible, se une el hecho de que emperrados en decir a a todo que «No», no les queda tiempo para elaborar alternativas. Y eso es lo que, de verdad, echarán de menos a la hora de escoger papeleta ante una urna esos votantes que está perdiendo a raudales, esos votantes del Centro ya perdido, no sectarios, no incondicionales. Y el caso es que el tiempo pasa, más rápidamente de lo que uno quisiera, como sabemos ya muy bien los viejos, y al PP le va quedando muy poco para rectificar, oler el viento y dar la bordada que precisaría para ilusionar a algunos más que a sus desaforados militantes, que ya no son los «diez millones» con los que se les llena la boca caca vez que la abren.
«enervadamente confesional» = «debilitadamente confesional».
Guerra de las Malvinas, año 1982: Quiñonero, Cadena Ser, corresponsal en París, Pro- Británico; Veyrat, TVE, corresponsal en Londres, Pro- Argentino……
Sobre el 2001/02 se empezaban a entrever políticas extremas del PP que se alejaban de la moderación del 97-98, y a algunos nos parecía que podía ser el principio de su fín, y una serie de desaciertos unos tras otros fue cabando su tumba electoral del 2004. Pero en esa época la oposición de Zapatero fue ejemplar, porque nadie menciona en la actualidad el apoyo de ZP a la ley de partidos, tan debatida y discutida, que se apoyó con el cuchillo entre los dientes para combatir el terrorismo desde la unidad de partidos. Además ZP ofreció al PP el Pacto Contra el Terrorismo y por las Libertades, y desde que el PP ha perdido las elecciones no ha hecho más que utilizarlo en contra del Gobierno de España. Se equivoca el PP y Rajoy a la cabeza por seguir el doctrinario de del duo Aznar-Losantos, que parecen desquiciados por el odio y el rencor, y no asumen con honor y dignidad democrática los resultados del 2004, lo que les hace empujar a Rajoy a la debacle de 2007/08, en la que caerá con toda su retranca. Haciendo de visionario se plantearán dos opciones al PP, la refundación dando el mando a Gallardón o el renacer de los muertos vivientes con José Mª Aznar a la cabeza.
Esta última previsión… ¿cree realmente en ella? ¿No cree posible una subida de Esperanza Aguirre? La única pega que tiene en contra es su aparente empecinamiento ideológico, sin complejos…
Si miramos a Rajoy solo como líder conservador de la derecha española, con la estrategia de ganar las elecciones, estoy de acuerdo con los análisis aquí comentados. Sin embargo, Rajoy también tiene una responsabilidad como jefe de oposición. Tiene que dejar mas de lado la prensa y sus colaboradores extremistas. De la misma manera que el Gobierno, con el presidente Zapatero tiene la responsabilidad de dialogar y acercarse a Rajoy. Pero el Gobierno, en mi opinión, tiene mas responsabilidad. Basándome como tanto gusta ahora en la memoria histórica, debe analizar que parte de la población no esta preparada para ciertas políticas, en mi opinión avanzadas y en buena dirección pero a veces sin consenso. Tiene que ser un Gobierno para todos. Con lo cual tiene que hacer concesiones. Estas pueden ser que no me gusten a mí como individuo. Pero a lo mejor calma tensiones sociales y cierra puertas a la extrema derecha. Mitterrand acentuó la importancia de la extrema derecha francesa. No cometamos los mismos errores.
El Gobierno tiene el deber de dar ideas a los conservadores radicales para que vuelvan al respeto y ser respetuoso al mismo tiempo. Han sido la mezcla de los valores conservadores y progresistas los que han hecho avanzar la mayoría de las sociedades. Creo que frente a ETA y frente a calmar tensiones sociales lo que nuestra sociedad necesita es Zapatero-Rajoy hablando como estadistas y no como partidistas.
Vayamos por partes: Piquito de Oro es una creación reciente, surge como remedio al impertinente jonotespere, respondiendo «Pero… ¿Y tú qué pintas?». De modo que difícilmente hemos podido coincidir cybernéticamente en ninguna otra ocasión. Pero comprendo que no serán sino los meses, quienes puedan llegar a darte idea de esta verdad. Tampoco es que me desagrade que me identifiques con otro menda dado que en modo alguno aspiro a ningún Pulitzer.
Te conocía de las páginas del Levante donde ,lo reconozco, me ponías de los nervios, pero en modo alguno pude ponerme en contacto contigo. Ahora sí, y la verdad: es en desahogo impresionante. :)
Respecto a la derecha, me sorprendeis cuantos os preocupais por su salud, su futuro, sus claves para acceder al poder, su «lo que debería hacer el PP».
El PP está ahora en aquel punto en el que Felipe anunciaba que ni Josep Borrell, ni Almunia, ni Solana, ni Bono sino un muchacho desconocido por todos, lejos de la Ejecutiva del Psoe, con cargo menor en su Comunidad Autónoma, que no hubiera vivido la transición y que aún le quedaba un par de años por llegar.
Y es que, seamos serios: ¿Alguien de vosotros se atrevería a concecer una victoria electoral al PP?. Por favor señores, seamos serios. Eso no se lo cree ni Gallardón jarto de farlopa. (Del PP valenciano no busquen, «ja ni ha prou» con el impresentable Zaplana).
Lo de Esperanza Aguirre no lo había contemplado, porque es la misma vía que Aznar y veo más posible el regreso de Aznar que un «alzamiento» de la Espe, (uff!! en estas fechas utilizar esta palabra!), aunque realmente el problema de la opción Aznar es que una vez a probado las mieles de un expresidente y la marcha viento en popa de Aznartella, S.L. quizás no le queden ganas de tener que sufrir las sesiones de control al gobierno, los consejos de ministros, el debate del estado de la nación,etc… Además tengo la «esperanza» de que la Aguirre ni siquiera gane en Madrid el año que viene, por mayoría absoluta, se entiende, lo que convierte en fracaso una victoria parcial del PP en cualquier lugar de España. En fín, que lo de Gallardón no lo veo una opción inmediata, más o menos para cuando lo del Madrid olímplico… con mis mejores deseos para Madrid Olímpico 20XX.
Raquel, a mi me parece bien que se le de la mayor responsabilidad al gobierno en cuanto a conseguir el consenso entre la mayoría de las fuerzas políticas representadas en el parlamento, pero ante tantos ofrecimientos del ejecutivo actual y tantas envestidas de la oposición del PP, me vienen a la cabeza las sesiones de control a la oposición que se hacían los miércoles de la pasada legislatura, en la que el Sr. Aznar y sus secuaces se pasaron 4 años regañando a la oposición y custionando todos sus planteamientos políticos, hasta que ya no pudo rechazar el Pacto por las libertades y contra el terrorismo, que firmó con el ceño torcido. Y ahora se les invita continuamente a seguir al gobierno, a que se realicen propuestas, a negociar. Y la única respuesta que dan es «Abandona por completo tu política, que a mi entender es equivocada, y ejecuta la mia, que a pesar de haber obtenido menos votos en las urnas, por un poder superior, moralmente, tengo más razón que tú» Que en otras palabras es lo que viene a decir continuamente Rajoy, Zaplana, Acebes y Aznar.
mallo, estoy de acuerdo. Aunque pienso que todos los problemas, incluso los más radicales, deben ser tratados con la negociación y el dialogo para mejorar la convivencia social y resolver conflictos (i.e., dialogar con ETA). Entonces, con más razón se debe buscar puntos de encuentro con otras fuerzas políticas democráticas que incluso, en nuestra opinión pueden contradecirse o empecinarse en un punto fijo.
De alguna forma la idea sería, convencerles donde ellos puedan salir beneficiados sin perder por ello la propia forma de hacer política. Evitar provocaciones e intentar razonar y explicar las propias políticas de forma clara.
[…] multiplican los efectos. Eso ha llevado a una durísima pugna entre empresas que parecen afines (Abc-Vocento, El Mundo-Unedisa y La Razón-Planeta, entre otras): empresas que han convertido los medios en grupos de pertenencia y de referencia a […]