1. Propaganda
¿Nos convencen los mensajes políticos que nos envían y que son objeto de disputa? ¿Oponemos resistencia? Necesitamos la propaganda, pero a la vez desconfíamos de ella. Sabemos que es un instrumento para persuadirnos más allá del juicio crítico. Ahora bien, nuestra pereza (humana, demasiado humana) nos hace necesitarla. Desde el punto de vista histórico hay tres maneras de enfocar el problema de la propaganda, que es algo bien distinto de la deliberación, de la reflexión, del diálogo crítico. La propaganda no es la publicidad, pero se le parece extraordinariamente. Es un mensaje político que se basa en supuestos comunes: en la receta, en la simplificación conceptual, en el esquematismo de las soluciones, en la identificación del enemigo.
¿Cómo nos llega la propaganda? El siglo XX es pródigo en su desarrollo. En principio se pensó que la información nos podía llegar como si de una bala mágica se tratara: si así ocurre, lo que se nos dice nos convence, nos persuade… incluso aunque sea mentira. En un segundo momento se pensó que ese poder de convicción no era tan evidente: incluso la propaganda política más sibilina o artera o mendaz no siempre ha logrado sus objetivos. Eso significa que la gente no se halla inerme ante los mensajes que le transmiten: puede oponer resistencia gracias a sus opiniones, a su mundo, a su entorno, a sus concepciones, a sus redes y a sus vínculos emocionales, pues aquello que nos desmiente o que no se amolda a lo que previamente pensamos… tendemos a rechazarlo. Nuestro yo y su formación, su ideología y su cultura, son filtros y los mensajes no nos los pueden inocular con aguja hipodérmica. Sus efectos posibles, por tanto, se relativizan o incluso se pierden. En un tercer momento se admitió, sin embargo, que no estamos tan protegidos como quisiéramos pensar: la propaganda política es un instrumento eficacísimo para imponer temas, problemas, cuestiones como objeto de debate: para centrar las preocupaciones ciudadanas en asuntos que no son centrales. La propaganda es un creador de agenda, de temarios para la preocupación y la discusión, y en este sentido es un instrumento que sirve frecuentemente para manipular. La manipulación se da cuando temas periféricos, intempestivos, forzados… nos los convierten en centrales o determinantes.
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2. La historia intempestiva (23 de enero de 2008)
¿Quieren un ejemplo reciente de esta manipulación? ¿Un ejemplo histórico? Son numerosos los que podrían aportarse y, sin duda, su simple mención desbordaría los límites del blog. Por su simpleza (aunque seguramente también por su inanidad), me gustaría traer aquí la propuesta de uno de los candidatos valencianos, espoleado por el ejemplo de Madrid, el de esa animosa y nacionalista Fundación Dos de Mayo que preside Fernando García de Cortázar. Dice el cabeza de lista del PP valenciano, Esteban González Pons, que el próximo 23 de mayo conmemoraremos el Dia del Palleter: el día en que festejaremos » el ‘heroísmo’ del pueblo valenciano», ese que estalló «el 23 de mayo de 1808 contra las tropas de Napoleón, como se hace con el 2 de mayo de aquel año en Madrid». Con esta iniciativa, leo en El País, «el candidato del PP quiere así recuperar la figura de Vicent Doménech, de Paiporta, conocido como El Palleter (que trabaja o vende objetos de paja), personaje popular y destacado de la Guerra de la Independencia al que se atribuye ser el primero en alzar su grito contra las tropas francesas: ‘Un pobre palleter li declara guerra a Napoleó. ¡Vixca Fernando sèptim y muiguen els traïdors!’…», dice el periodista que resume la iniciativa de González Pons. «El Gobierno socialista ha organizado, para conmemorar los 200 años de la Guerra de la Independencia, libros, conferencias y revistas que hablan del 2 de Mayo», admite González Pons, «pero ninguno se acuerda en la capital de que el 23 de mayo de 1808 en Valencia hubo un palleter que alzó su voz contra los franceses y a favor de la patria y de Valencia», señaló.
La historia como propaganda; la historia como inanidad; la historia como racionalidad retrospectiva. Decía antes que la manipulación se da cuando temas periféricos, intempestivos, forzados… nos los convierten en centrales o determinantes. Ahí tenemos un ejemplo. Otra cosa diferente es si esa evocación forzada de 1808 servirá para entretener a alguien.
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3. Dos de mayo y Veintitrés de mayo de 1808… ¿0 de 2008?
Historia y ficción
–El Dos de Mayo, según Arturo Pérez-Reverte (El País, 24 de enero de 2008)
-Reseña de Justo Serna de Un día de cólera (Ojos de Papel, enero de 2008)
–El Veintitrés de Mayo, según Jesús Civera (Levante-Emv, 24 de enero de 2008)
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4. Hemeroteca JS sobre la Historia y sus usos públicos


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