Los papeles de Obama

 

1. «El arte de manejar las impresiones» 4/06/08

En todo político que se precie hay una puesta en escena, una presentación de la persona según el rostro más favorecedor: en esta fotografía, Barack Obama señala a alguien, a una parte de su público, parece. O quizá es un mero ademán. En todo caso, revela resolución,  seguridad gestual. Su aspecto es inmejorable.

Hace muchos años, en 1959, Erving Goffman trató de la dramaturgia ordinaria: de La presentación de la persona en la vida cotidiana. Desde que descubrí a este microsociólogo, mis estudiantes me han oído hablar con entusiasmo de sus obras y de sus categorías. La metáfora básica que él establecía resulta hoy evidente, pero para cuando él la planteó las cosas no pintaban así. Somos actores que ejecutamos papeles, decía Goffman: papeles en parte aprendidos y en parte improvisados, guiones que nos sirven para desenvolvernos aceptablemente en un entorno que reconocemos. Hemos de aprender «el arte de manejar las impresiones», añadía. «Los gestos impensados, intrusiones inoportunas y pasos en falso son motivos de perturbación y disonancia, generalmente involuntarios, que podrían ser evitados si el individuo responsable de introducirlos en la interacción conociera de antemano las consecuencias de su actividad», insistía.

Nos sabemos insertos en marcos de sociabilidad, que son restricciones:  así, de acuerdo con los códigos que en ellos rigen el comportamiento adecuado, interpretamos. Interpretamos, en el sentido de captar las reglas; e intepretamos, en el sentido de actuar, de cumplir con  un guión establecido. Si, en el día a día, cada uno de nosotros se esmera por ofrecer su mejor perfil, según señalaba Goffman, imaginen qué no hará un aspirante a la Casa Blanca para evitar los pasos en falso. No sólo actuamos, sino que, además, sabemos que hay un significado tras nuestros actos. Ese significado lo damos los actores, siendo a la vez espectadores de los otros. Un político con expectativas tiene una mutitud de espectadores. Se sabe en escena, pero lo último que desearía es «hacer una escena». Un enredo, en fin: lo que los otros ven de mí no es necesariamente lo que yo quiero que vean y lo que yo quiero que vean no es necesariamente lo que yo interpreto.

Las imágenes más frecuentes que hemos contemplado en la campaña de Barack Obama nos presentan a un candidato en ciernes: recién rasurado, recién planchado, siempre impoluto, con aspecto descansado y animoso, con un toque kennedyano. De hecho, el sastre y los asesores que lo visten han acentuado ese aspecto. Parece salido de una película de los años sesenta. Los ternos son de buen paño, por supuesto oscuros, perfectamente cortados y abotonados, con excelente caída para un cuerpo delgado, alto, incluso filiforme. Piénsenlo bien: con una mano en el bolsillo del pantalón,  no habrá varón más elegante que aquel que sepa moverse vistiendo una americana con el talle exacto, sin estrechuras, al modo en que lo hacía Cary Grant en las películas de Alfred Hitchcock

 

Grant sabía conducirse con una elegancia natural o, si acaso, muy bien aprendida: hasta el punto de parecer innata y no un papel. Sin embargo, Hitchcock gobernaba con mano de hierro las poses del actor. ¿Quién gobierna los ademanes del candidato demócrata? ¿Quién le establece los papeles? Con los trajes que viste, el político da la impresión de seriedad, de limpieza y de orden, de aseo meticuloso y de rigor. En campaña no recuerdo haberlo visto con unos chinos, con unos jeans : nada de casual wear. Aunque, eso sí, cuando es preciso se saca la americana y se arremanga la camisa, blanca por supuesto. El efecto que provoca es de dinamismo: alguien que sabe estar, que sabe moverse sin envaramiento alguno.   

 Con la camisa arremangada, dirigiéndose a una multitud, parece dispuesto a ponerse manos a la obra, como un hombre de acción que no pierde la compostura. Se muestra rodeado de gentes que lo aclaman, gentes que se dejan persuadir por su verbo, por su aspecto, derrochando juventud, apelando a un modelo bien reconocible, representando un papel que ya hemos visto.

Por ejemplo, la pernera de los pantalones, siempre estrecha y corta, evoca directamente la moda de los cincuenta-sesenta. Observen esos zapatos que aparecen en la instantánea inferior. Observen esa pernera. Pero sobre todo observen el entorno. Barack Obama está hablando por teléfono. Fíjense en al  auricular. ¿Notan algo extraño? La escena parece el backstage de un mitin: todo apunta a que el candidato  charla con un asesor que le suministra algún dato. El entorno es provisional, urgente, como un fotograma de los sesenta-setenta. Como inspirado en una película de Alan Pakula… Hasta quien le acompaña, de quien sólo vemos su brazo y mano, parece haberse relajado. Desde luego está sentado en el suelo, con ese desenfado al que nos tienen acostumbrados las campañas norteamericanas. Ésta es una instantánea casual pero parece un fotograma…, una pose especialmente adecuada para la imagen de Obama.

2. Obama, dos o tres cosas que sé de él 4/06/08

¿Por qué sólo dos o tres cosas que sé de él? Pues precisamente porque mi conocimiento se basa sólo en pocas fuentes: pocas para formarme una opinión acabada de lo que Obama representa. Decía Umberto Eco que escribía novelas históricas porque el presente sólo lo conocía por los mass media.

Salvando las distancias, yo tendría que hacer lo mismo. Es decir, no debería escribir nada o casi nada de Obama, dado que los papeles suyos que pueda conocer son siempre escasos: La audacia de la esperanza, en concreto. Y, sin embargo, de Obama hablan muchos analistas que parecen fiarse sólo de sus impresiones. ¿Algo erróneo, condenable? No exactamente: creo no equivocarme si digo que la mayoría de quienes le voten no leerán una página suya. Quizá se basen en la apariencia fiable del candidato. En la sociedad mediática, buena parte de las acciones colectivas se fundamentan en impresiones informadas o desinformadas.

Entre los políticos, los libros autobiográficos son «signos de vinculación», según la expresión que Goffman utiliza en su ensayo Relaciones en público. Más que contratos con los electores, esos papeles son como las viejas tarjetas de visita, un resumen favorecedor de sus ideas, un autorretrato bien perfilado. Yo leí La audacia de la esperanza bajo ese prisma. Este volumen, del que me habló una y otra vez Francisco Fuster, es un eficaz producto de promoción, un resumen bien hecho (pero defectuosamente traducido). Es también un interesante libro de reflexión, algo bastante insólito en un político. Es, en fin, un atendible texto de sociología, de historia, de prospectiva incluso. 

Si recordamos que Obama ejerció durante unos años como profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chicago, nos sorprenderá menos su habilidad expositiva. Pero los éxitos del senador no se deben a su condición docente. Se deben a la capacidad para sintetizar el pasado (la tradición demócrata menos sectaria) y el porvenir (la esperanza con que titula su libro, un trasunto del sueño americano). Se deben, en fin, a la perspicacia de verse a sí mismo encarnando el cambio, a la obstinación tajante y modesta con que se presenta.

 

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3. He tenido dos o tres sueños 5/06/08

Hay que superar las divisiones del país, los encontronazos partidistas, los desencuentros diplomáticos. Deliberación es la palabra-clave. Hay que reunir a quienes quieran colaborar más allá de su adhesión política, más allá de todo sectarismo: a quienes aceptaron el revulsivo de Ronald Reagan y a quienes se felicitaron por el triunfo de Bill Clinton. ¿Es posible hallar ese punto de equilibrio, ese centro? Se trata de realimentar la esperanza americana de individuos potentes y autosuficientes en una comunidad hospitalaria, lo que significa intervención estatal sólo en su justa medida: únicamente para procurar un entorno material aceptable que permita el autogobierno personal. Hay que asumir las tradiciones constitucionales que vienen de los Padres Fundadores y de quienes mejor las reinterpretaron: Lincoln y King. Pero hay que hacer autocrítica: Estados Unidos es odiado por su hegemonía cultural, por su pujanza política contemporánea: también por su hegemonismo. Ésa es la historia que debía contarse, pero sobre todo ésta es la historia que debía contarse bien, en papel que debía encarnar con convicción. «If a biracial son of a Kenyan and Kansan could reconcile the seemingly irreconcilable in himself, a divided country could do the same», decía Janny Scott resumiendo la clave del éxito. Y Obama hizo de la historia, del presente y del futuro un material perfectamente vendible. O como recoge Scott: «a window into the political and spiritual convictions that propelled Obama’s recente U.S. Senate victory».
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Obama representa muy bien el papel de americano medio, como un tipo crecido en un entorno que sin ser hostil no le facilitaba las cosas. Y cuando digo «representa» no le doy necesariamente a la palabra ningún sentido de doblez o de engaño. Sabe que encarna un papel, que tiene rasgos que le hacen ser el individuo adecuado en el lugar exacto y en el momento idóneo. Sabe que ha de ser creíble y, para ello, debe distanciarse (ya lo ha logrado) del sectarismo partidista, a pesar de que se reconozca demócrata (a lo que tiene derecho): a pesar de que sus puntos de vista estén más cerca  del New York Times que del Wall Street Journal, según confiesa. Sabe que puede ser objeto de transferencia: que «soy lo suficientemente nuevo en la escena política nacional como para ser una pantalla en blanco sobre la cual las personas de tendencias políticas muy distintas proyectan sus propias ideas».  Su figura aún estaría por estrenar, como quien dice, y por tanto su papel debería rellenarse con las proyecciones de quienes le son afines, pero también con las de quienes no simpatizan con él. Sabe que la retórica forma parte de las identificaciones y sabe, en fin, que en este tiempo la ideología ya no sirve de acicate emocional. Tiene ideas, por supuesto; las tiene ordenadas, claro. Pero la pasión se refleja en su libro bajo la forma del crédito personal: por ello, esta tarjeta de visita acaba siendo una especie de contrato kennedyano. ¿Será así? En todo caso, aquel presidente y su familia tenían su parte fatal y trágica. Ojalá que a Obama no le toque representar la última función.

 

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Hemeroteca (selección)

 

Francisco Fuster, Reseñas de La audacia de la esperanza, de Barack Obama, en Ojos de Papel y en Claves de razón práctica. Artículo en El Boletín: 1, 2 y 3 (Las erratas que hay en estos tres textos son responsabilidad del editor).

 

-Justo Serna, Reseña de Lugar común. El motel americano, de Bruce Bégout, en Ojos de Papel, dedicado este artículo –como ya dije— a David P. Montesinos, Francisco Fuster y Alejandro Lillo.

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42 comentarios

  1. Mi total condolencia con los suyos por la pérdida de una persona que nos dijo que era posible vivir de otra forma bastantes años antes de que nos vaticinaran que “otro mundo es posible”. Don Josep Vicent nos dijo “ni fam, ni fum, ni fem” (“ni hambre, ni humo, ni desperdicios”) y nos lo creímos, en ello estamos.

  2. El arte para manejar las impresiones y los gestos es importante para cualquier persona que tiene eso que se llama «imagen pública». Para un político americano que quiera ser presidente, es vital. A mi me gustó mucho cuando la leí, una anécdota buenísima sobre un debate entre Clinton y G.Bush. Viene recogida en la biografía de B.Clinton escrita por Joe Klein. Recuerdo que a Justo se la leí un día, pero ahora mismo no tengo el libro. Intentaré sacarlo esta tarde de la biblioteca y copiarles el texto porque es perfecto para explicar esto.

    Apunto de momento, una cosa que me ha llamado la atención, también sobre la imagen de Obama. En el artículo de «Claves» comparaba a la família Obama (Barack-Michelle) con la familia Kennedy (Jack-Jacqueline). Hoy me ha llamado la atención que un blog de «El Mundo» repitan la misma idea:
    http://www.elmundo.es/yodona/albumes/2008/06/04/michelle_style/index_4.html

    En la segunda parte del «post» leo lo siguiente: «creo no equivocarme si digo que la mayoría de quienes le voten no leerán una página suya». Yo también pienso lo mismo. La mayoría de los que le voten y la mayoría de analistas políticos españoles que están hablando de él en las tertulias. Bueno, sin ir más lejos, acabo de leer la entrevista de Obama a «El País» que enlaza Justo. Al final de la entrevista vienen unos datos biográficos. Según «El País», «La audacia de la esperanza» es de 1995 y «Sueños de mi padre» de 2006.O sea, todo al revés de como es en realidad.

  3. Ojalá, querido Paco Fuster, que la comparanza se quede ahí. Yo tengo la angustiosa sospecha de que nuestro auténtico «amigo americano» puede terminar como los dos hermanos Kennedy. Alguien debe estar calentando ya la bala entre sus podridas neuronas. Y me detengo aquí.
    Mis condolencis para los deudos intelectuales del gran Josep Vicent Marqués.

  4. Esto es bonísimo… vamos a ver, ¿la prensa española, la de mayor tirada digo, ha entendido lo que es un cambio?, ¿entienden por qué el sr. Obama crea admiración y esperanza entre los votantes “yankies”? ¿comprenden lo que es el mensaje de esperanza de don Barack, capaz de crear ilusión entre los estadounidenses?

    Si todo fuera una imagen – por cierto, no se si habrán observado pero la punta del pie izquierdo de don Barack se cierra hacia adentro cuando camina relajadamente – o una cálida voz (ah, y brillantes las observaciones de don Justo al respecto) cualquier idiota podría ser presidente de los EE. UU. de A…. mmm… bueno, sí, bien, vale… cualquier idiota lo ha sido pertrechado con semejantes argumentos (don Ronald Reagan, sin ir más lejos) e incluso, algunos, con menos (don George W. Bush, por ejemplo) Pero, al asunto: el meollo de candidato mestizo es que es capaz de transmitir la idea de que las cosas de Washington pueden hacerse de otra manera y que él las hará. Por el contrario, esa prensa – que, como recordarán, ya apostó con ahínco por doña Hilaria – se obsesiona por desacreditar sus posibilidades de realizar la promesa de cambio.

    A ver si van tomando nota, o los EE. UU. de A. cambian radicalmente de estrategia política exterior e interior – esto es, aceptan la política del sr. Obama (desde luego, con el mínimo trato imprescindible con la sra. de Clinton) – o se encastillan en su propia perdición. El periodo de mandato de don Jimmy Carter destapó los serios problemas estructurales de ese país. Fue vapuleado inmisericordemente por el Partido Republicano y sus medios satélites por “levantar la alfombra” y descubrir sus miserias reales. La solución fue oleadas de patriotismo, moralina cristiana, guerras desatinadas y una profundización abrumadora en sus debilidades estructurales que hundió aún más la República. Don Bill Clinton reenderezó lo que buenamente pudo sin entrar en el fondo de un asunto así que, apenas dos años después del atentado del 11 S y con los republicanos, de nuevo, exaltando los valores antedichos con las mismas soluciones pero más acendradas, consiguiendo, con ello, un desplome sin precedentes desde inicios del siglo XX.

    El sr. Obama es, como diría él mismo, “la primera y la última esperanza” de los EE. UU. de A. Una victoria de McCaine, con más de lo mismo (integrismo americano, integrismo cristiano, integrismo bélico e integrismo económico… integrismo), condenarían a la Unión al rincón de los juguetes rotos. La globalización no los necesita para nada.

    Por lo que ud apunta, don Miguel, doña Hilaria ya tuvo la desfachatez de anunciar públicamente el probable asesinato de su rival, don Barack, caso de ganar las elecciones. Con ello, no sólo destapó su auténtica personalidad, pérfida y egolátrica, demostró su desesperación – la familia Clinton tiene, en estos momentos, 20 millones de dólares en rojo – y la catadura moral de los “defensores de la libertad y el modo de vida americano”. El asunto, además, tuvo un final inesperado (o esperable, no sé qué decirle), en lugar de disculparse ante el sr. Obama achacándoselo a un arrebato irracional, se disculpó ante la familia Kennedy, pues tomo el asesinato de aquel como ejemplo para anunciar el de éste.

  5. Antes que nada decir que como a Justo, el señor Kant y a Marisa Bou, me encanta el terror y tengo a Edgar Allan Poe, Howard Philips Lovecraft, Algernon Blackwood, Lord Dunsany, Arthur Machen y tantos otros en los altares… de lo profundo. Así que si apenas ha habido comentarios al anterior post de Justo es porque o bien aquí nadie tiene miedo o estamos todos cagados, ustedes dirán.

    Señor Kant, leo sus explicaciones con sumo interés y me agradaría contestarle, pero el tiempo pasa y otros asuntos (mucho más aburridos, por desgracia, pero nacesarios para mi sustento) requieren de mi atención. ¡Cómo me gustaría disponer de más tiempo para compartirlo aquí con todos ustedes! No saben el bien que me hacen.

    Con respecto a Obama me alegro pero, ¿como va a llevar la América profunda eso de tener un candidato negro? ¿Cómo lo van a llevar los blancos «progres»? ¿O acaso Obama es un negro con alma de blanco, como ¿Condoleeza? Rice? ¿Qué piensan ustedes, señores?

  6. Pues yo también creo que se ha muerto una gran persona, Josep-Vicent Marqués, y me entristece. Lo conocí personalmente cuando vino a Ferrol, en la década de los 80, invitado por nuestra organización feminista, AGM, para impartir una charla sobre ese nuevo mundo que creía posible, un mundo sin discriminaciones; era una persona tímida pero afable, simpática, inteligente, culta. Siento su desaparición, a partir de ahora tendremos que seguir recordándolo a través de sus libros y artículos; de estos últimos leí muchísimos; de sus obras sólo una, “¿Qué hace el poder en tu cama?”. Quedará en la memoria de sus seres queridos y en la mente de todos los que aprendimos con él.

  7. Marqués

    Una pena, sí, la muerte de Josep Vicent Marqués. Durante un tiempo seguí lo que escribía en libros y en la prensa. Ahora me doy cuenta de que, tiempo atrás, leí tres volúmenes suyos, muy interesantes y muy discutibles: ‘País perplex’, ‘No és natural’ y ‘¿Qué hace el poder en tu cama?’. De los tres sólo localizo uno en mi biblioteca. ¿Biblioteca? Soy tan desastre que a ese depósito en parte desordenado no se le puede llamar así.

    Para mí, Marqués fue durante un tiempo una especie de hermano mayor imaginario –el que yo tuve y murió–, un hermano mayor que se atrevía a hacer y decir lo que los más moderados no osábamos. Me disgustaban sus radicalismos –ese sensentayochismo del que nunca se apeó–, pero me daba cuenta de que me hacían bien sus páginas, de que me eran imprescindibles para disentir, de que me hacían pensar contra lo que Marqués nos proponía. Lo leí en ‘El viejo topo’, en ‘El País Semanal’ y en ‘Levante’. Luego le perdía la pista. Ahora me entero de que se ha muerto y me da rabia. ¡A los sesenta y cinco años! Como diría Marqués en valencià: «no és natural». No.

  8. Justo: me llamo Tania Encina y trabajao para la oficina de Unión Latina en Santiago de Chile, estoy tratando de ubicarte a tí y a Anaclet Pons para invitarlos a un homenaje a Carlo Ginzburg que realizaremos en Chile en Octubre de este año, por favor envíame tu e mail para mandarte la información.
    Muchos saludos
    Tania

  9. Acaban de recordarme algo curioso. Una «forera» de mi foro ha buscado en los mensajes de hace 4 años ¡¡cuatro!! (mi foro es asombrosamente viejo, para lo que se acostumbra) porque recordaba un comentario premonitorio. Fíjense qué nivel tienen mis emboscados; decía Bajel:

    Bajel el 11-11-2004 a las 20:32

    Un posible candidato demócrata para dentro de unos años:

    Barack Obama:-)
    _______

    Les pongo el enlace a todo el hilo en que hablaban de las elecciones de entonces, por si les apetece.

    http://www.emboscados.com/foro/viewtopic.php?TopicID=764&page=0

  10. Descuide ud, don Alejandro. Lo entiendo perfectamente. En otros momentos habrá ocasión de incidir sobre estos asuntos. Que, en lo profundo, el Caos de Cthulhu le acompañe…

    Apunta ud, por otra parte – y ya centrados en este “post” – un asunto espléndido: el de los “progres” blancos. Sabemos que los obreros WASP han votado mayoritariamente a doña Hilaria. Sabemos que ha habido silencios profundísimos en el Partido Demócrata cuando la fuerza de los votos populares aupaban a un mestizo – insisto, no es negro – incluso, o, sobre todo, con un sistema de primarias amañado (eso de los “súperdelgados” es una infamia de primera magnitud) para que gane quien el aparato prefiera. Sí, será muy interesante saber cómo reacciona el electorado demócrata y el liberal (lo que se entiende como tal en los EE. UU. de A. o sea, izquierdista) cuando se ha de pasar de la teoría a la práctica.

    Por otra parte, el Partido Republicano ya le ha preparado la primera patata caliente a quien, como ya les dije, no dudo que ganará las elecciones (a pesar de la abulia blanco-progre, esos medios de comunicación demócratas tan clintonianos y de los esfuerzos del anciano sr. McCain). En el mismo momento que don Barack se presentaba ante el “lobby” judío para tranquilizar sus espíritus, “casualmente”, “alguien” (dado que no hay procedimiento judicial democrático que lo ampare), ha decidido que hay que juzgar a los cabecillas del atentado (obsérvese que no digo presunto, porque la presunción de inocencia cayó con las Torres Gemelas) justo antes de las elecciones. Eso sí, el juicio se hará en Guantánamo, por un Tribunal Militar Especial, sin “Habeas Corpus”, sobre confesiones obtenidas bajo tortura reconocida por el propio presidente de la Unión y con un grácil sistema de aislamiento para los periodistas invitados que permitirá al juez (o sea, al milico de turno) interrumpir automáticamente la audición de las declaraciones de los inculpados para los asistentes que estarán tras un grueso cristal escuchando por una audiofonía especial. Todo un ejemplo de libertad para americana el mundo que dejarán como triste herencia para el sr. Obama.

    Ah y a no perderse a la sra. Obama, que nadie está teniendo presente y tiene un papel más destacado de lo que se ha conocido en España.

    Sra Encina… apreciada doña Tania… Si acaso los srs. Serna y Pons necesitaran de un asistente tan avezado como fornido para transportar las valijas de dichos caballeros, no dude ud. que yo mismo dispongo de dichas cualidades más una librea adecuada, en sobrio terciopelo rojo y gorguera de puntillas de Flandes, para ejercitarme a tal fin. Llega mi dedicación a tal extremo que, por viajar a su país, estoy dispuesto a no cobrarles un solo óbolo. Le encomiendo, pues, que se sirva de mí para estos fines. Gracia que espera recibir de su rector proceder, s.s.s. Manel Cantarell i Recatalà.

  11. Uy, perdón, el juicio del que hablo más arriba es el del 11 S, espero que se entienda por el contexto.

  12. Ay, señor, y ahora me di uenta que cometí otra torpeza. En el final del tercer párrafo quise decir: «Todo un ejemplo de libertad americana para el mundo que dejarán como triste herencia para el sr. Obama». Hala, me voy a hacer un caldito y se me pasa…

  13. No saben cómo lamento estar manca, justo cuando el tema de debate es Obama, pues espero con verdadera ilusión su victoria y con el corazón encogido que no tenga un final kennedyano, sino que, durante ocho años, consiga enmendar todas las barbaridades cometidas en un país que se tiene por el más civilizado del planeta y sus alrededeores. No es que no discrepe en nada con él, pero la exposiciónm de mis argumentos necesitaria de dos hábiles manos, y no sólo de una, desgraciadamente torpe. Baste decir que llevo diez minutos escribiendo estas escasas líneas. Pero sigan ustedes, por favor, que yo les leo encantada.

  14. No cabe ninguna duda.Barack Obama me cae bien.Y confieso que no he leido nada de lo que ha escrito, muy poco de lo que ha dicho.Y no lo hecho por una razón, que quizá a muchos de ustedes les parecerá una frivolidad. Porque por mucho que escriba, diga, no puedo influir en su elección.Esperaré a que el pueblo americano tenga a bien elegirlo y entonces me interesará lo que dice el Emperador.Pura comodidad.
    He leido algo de lo que dice Dña Hillary y he llegado a la conclusión que no es mi tipo.La gota que derramó el agua de mi rechazo, fue el anuncio del asesinato de su rival.Solo por esa inmensa insensatez, me preocuparía su elección.McCain lo tendría muy fácil con Dña Hillary. Mucho más difícil lo tiene con D. Barack Obama, que es el candidato del resto del mundo no anglosajón y multicultural.¿Pero ¿es el candidato del Middle West,los «white» americanos…?.
    Una pregunta.En la fotografía , en la que se ve a D. Barack hablando por telefono, que es muy parecido al modelo Góndola, veo que habla por donde normalmente se oye y tiene la oreja pegada por donde normalmente se habla.¿Es solo una ilusión óptica,un montaje desafortunado o es que en los USA se hacen los telefonos al revés?.

    Josep Vicent Marqués,amigo mío,solo ha cambiado de vida,porque personas como él, nunca mueren.

  15. Me gustaría que ganara Obama, como anécdota y mal menor.
    Pero tengo mis dudas.
    En cualquier caso sus posibilidades de movimiento respecto a los grandes problemas (políticos) de EEUU es muy limitada.
    No va a traer las tropas de Irak (aún me emociono cuando recuerdo esa conferencia de prensa de Zapatero)y finalmente su partido no es precisamente social-demócrata.
    Hilary es una mujer muy capaz, inteligente, temible, hubiera sido una buena presidente. Su gesto se ha agriado aún más si cabe y produce inquietud su ansiedad, pero forma parte del contrato.
    Ninguno de los dos me convence y sospecho que puede haber sorpresas, no precisamente magnicidas.

    Respecto de la persecución de la Iglesia en España dejo esta noticia:
    http://www.elplural.com/andalucia/detail.php?id=21759

    He tenido que leerla dos veces para masticarla.

    Libertad sin ira…

    Besos.

    M.

  16. La agudeza del buen médico que es Arnau Gómez, y por lo tanto acucioso observador de síntomas, nos coloca ante la evidencia de las tesis de Goffman. En efecto, la fotografía está, aunque no a la perfección, estudiada para «dar una impresión» de trabajo concentrado incluso en momentos de relajamiento tras una agotadora campaña en un pueblo o ciudad o antes de un no menos agotar mitin, como sugieren no sólo la imagen del impecable líder que trabaja incluso cuando descansa sino tambié, como apunta el no menos sagaz Justo Serna, el síntoma de la mano que aparece apoyada en la moqueta. Sólo que el realizador ha cometido una falta irreparable, en efecto, el teléfono está, al revés, como aquél libro que aparentaba leer el desalmado Bush en su «representación» mientras sabía yaque determinados terroristas de la misma secta que sus amigos saudíes, estaban perpetrando un espantoso atentado terrorista, quizás ya previsto. ¿Una representación? Claro que sí, como la que de modo burdo, paleto y procaz protagoniza el alcalde de Morón en el sugetsivo enlace que nos brinda Miranda. Obama y el edil gaditano, como hizo Bush en su momento, buscan votos y asenso de la misma manera, cada uno con los gestos que su cultura local les dicta, ante el cabreo de los republicanos neocom el uno, y de los laicistas militantes de IU el otro.
    Como es habitual, coincido con la siempre aguda, desenfadada, libertaria e inteligente Miranda, cuyas entradas en el blog que escribe, como tensos relatos cortos llenos de humor y de pathos, desgraciadadamente de tarde en tarde, recomiendo a todo lector que quiera hallarse ante una Carson MacCullers española. No sé más de ella, y por si importase en este Estado de las Autonomías, sólo deduzco que vive en Euzkadi aunque no es vasca, canta en un coro local y no es catalana. Pero sus opiniones sobre las cosas cotidianas y las gentes que halla a su paso, las series que devora y sus paseos en coche bajo la niebla, merecen disfrutarse. Yo lo hago.

  17. Declaraciones Pepe Blanco sobre Barack Obama en su blog

    http://elcuadernodepepeblanco.blogspot.com/2008/06/claro-que-podemos.html

    Claro que podemos

    Me he resistido en estos últimos meses a confesar públicamente mi simpatía hacia Barack Obama para no interferir en lo más mínimo en el proceso de elección que estaba desarrollando el Partido Demócrata. Quienes me han pedido un pronóstico en privado saben que, sin lugar a dudas, aposté claramente por Obama.

    Mi convicción fue siempre que obtendría más apoyos, sin menospreciar el trabajo realizado por Hillary Clinton. Pero, además, contó, desde el principio, con toda mi simpatía. Cuando, hace unos meses, se recibió en el PSOE la invitación para participar en agosto en la Convención del Partido Demócrata, ya les avancé a mis colaboradores que iría representando a los socialistas para apoyar un hecho histórico en ese país: por primera vez un negro como candidato y, estoy convencido, como primer presidente de los Estados Unidos de América.

    La campaña de Obama me interesó política y técnicamente desde sus inicios y la he seguido especialmente porque he encontrado muchas similitudes con procesos de renovación vividos en España. Obama tiene la frescura y la fuerza ilusionante que necesita una sociedad como la norteamericana y que, por la influencia que ejerce ese país, precisa la política mundial.

    Lo de Obama ha sido todo un ejemplo para muchos, por múltiples circunstancias. Sin duda abre una nueva etapa para los EEUU y para el mundo. Nada será igual a partir de ahora. Confío en que obtenga el apoyo de una mayoría de ciudadanos americanos y pueda desarrollar todo el potencial que lleva dentro. Él ha demostrado que se puede y confío en que, entre todos, podamos también cambiar la orientación de la política mundial que heredamos de la era Bush: guerra, pobreza, miseria intelectual y crisis económica.

  18. Blanco, Tertsch y Espada

    Leídas las anteriores declaraciones, las palabras de Blanco han sido interpretadas por algunos columnistas como las de un pomposo que ignora su insignificancia. ¿Quién podría haber modificado su voto en las primarias si hubiera sabido cuáles eran las simpatías de Pepe Blanco? En esa línea crítico-sarcástica se pronuncian Hermann Tertsch y Arcadi Espada.

    El primero precisa: «Nos surgen Metternichs por debajo de los hórreos. «Me he resistido en estos últimos meses a confesar públicamente mi simpatía hacia Barack Obama para no interferir en lo más mínimo en el proceso de elección que estaba desarrollando el Partido Demócrata». Impresionante documento esta declaración de… Pepiño Blanco cuyo autocontrol ha evitado que las elecciones en EE.UU. den un vuelco. Zapatero forja las reglas del mundo económico y Blanco es nuestro demiurgo impoluto».

    El segundo añade: «Leo en Tertsch que D. José Blanco se había abstenido hasta ahora de manifestar su apoyo a Obama para no interferir en las decisiones del Partido Demócrata. Es una prueba de neutralidad que le honra y que habrá tenido influencia en el resultado final. A D. José Blanco yo quiero apartarlo respetuosamente de la sospecha porque es un cerebro complejo; pero hay pocas dudas de que el candidato socialdemócrata era Clinton. Era ella, desde luego, la que tenía que darle la patada a Bush. Hasta Iowa (e incluso después del primer supermartes) Obama era un conciliador peligroso que pretendía abrirse a los republicanos, en una suerte de continuidad con los proyectos transideológicos de Merkel y Sarkozy. Hasta tal punto trans que lo consideraban medio negro».

    Por un lado, el mejor columnismo hace de la ironía el sutil estilete con el que sajar. Por otro, el articulismo colérico no es necesariamente el más gritón, sino el que se deja llevar por el sarcasmo herido. Guste más o guste menos, Blanco no es un incompetente. Que se sepa ha hecho admirablemente bien su trabajo, que es hacer del PSOE una organización ganadora. ¿Que el partido socialista tiene tropiezos? Por supuesto. Otros partidos, grandes o minúsculos, no tienen tropiezos: tienen descalabros.

    Es colérico, de un sarcasmo herido, burlarse así de Blanco. ¿Por qué razón? Porque Blanco es efectivamente alguien que sabe organizar un partido para ganar elecciones. Es un máquina (como dicen los jóvenes). O, mejor, es una maquinaria más de una organización cuya función es que la de rodar y ganar. Las cosas le irán mal, incluso muy mal, a Blanco cuando esa instituión se precipite en la derrota.

    Pero hasta que eso ocurra, los periodistas que se burlan de él deberían tomarse muy en serio sus palabras aparentemente pomposas. Un secretario de organización ha de cuidar sus adhesiones internacionales, sus palabras y sus juicios. En cambio, creo que es más temerario ejercer de intelectual político ignorando cómo hacer funcionar una maquinaria. Más chistoso es que se organicen y defiendan unas opciones políticas que han sufrido severas derrotas simplemente por falta de análisis del mercado (que es lo que sí hace Blanco). Más aún, alguno de ellos se puso manos a la obra para levantar un nuevo partido. Se puso manos a la obra los lunes, miércoles y viernes.

    El fracaso resultante es evidente: Ciutadans o UPyD desde luego no son opciones socialdemócratas: tampoco conservadoras. Dicen estar por encima o por debajo de las definiciones ideológicas. Eso declaran con frecuencia: lejos de las barreras ideológicas que ya estarían desfasadas, unas barreras que Obama no desecha alegremente. Y son opciones pensadas no por secretarios de organización metidos a intelectuales, sino por intelectuales metidos a organizadores… a tiempo parcial. Justamente lo contrario que hace Obama, que es un universitario que se convirtió en político renovador valiéndose de un partido tradicional: un político con buena base intelectual cuya promoción es una batalla a tiempo completo.

    Ay, estos intelectuales a la violeta…, habrá que impartirles un «curso completo de todas las ciencias, dividido en siete lecciones, para los siete días de la semana, publicado en obsequio de los que pretenden saber mucho estudiando poco». Tienen que leer a José Cadalso, a Moisei Ostrogorski, a Pepe Blanco. Y también La audacia de la esperanza: allí encontrarán páginas sobre cómo batallar dentro de la maquinaria de un partido.

  19. No entiendo muy bien de qué va ahora Arcadio Espasa.¿No era él mismo un intelectual a la violeta fundador de Ciutadans-UPyD?

  20. Doña Miranda, felicidades por el bichito que aparece como su intervención. Siempre agradezco los toques de color y buen humor.

    Por lo demás veo, con su intervención, un aspecto del ambiente político estadounidense – desde la perspectiva española – que me llama poderosamente la atención, esa tendencia a asociar al P. Demócrata con el PSOE y al P. Republicano con el PP. Nada más lejos de la realidad y, aunque ello no es materia de este “post” creo que no está de más subrayarlo para los cándidos de una y otra opción española pues, después, políticos “yankies” de uno y otro partido toman decisiones que aquí se convierten en inexplicables pues contravienen la idea preconcebida con la que se funciona en este país.

    Coincidiendo, en general, con su visión de las cosas y, sobre todo, agradeciéndole el nexo con la noticia descabellada (un alcalde abucheando a concejales, una estatua de madera o escayola devenida alcaldesa…), de la que no tengo más que decir de lo que ya apunta don Miguel Veyrat, pero sí discrepo en su interpretación de doña Hilaria.

    Hubiera coincidido con ud. si no le hubiera caído la careta a la sra. de Clinton. Cuando mi abuelo – un gran campeón – me enseñó a jugar ajedrez, una de las primeras cuestiones que me explicó fue que el buen jugador, el capaz, el inteligente, incluso el temible, es el que sabe cuando ha perdido una partida. No ha de empecinarse en su propia derrota. Incluso debe, en ella, mostrar una fortaleza que haga dudar, en su victoria, al ganador. De no hacerlo, o es un estúpido, pues no sabe tener ni la dignidad de perder, o es un imbécil, pues no sabe que ha perdido.

    En el mundo real, a ello, habría que unirle un tercer considerando, que el jugador, la jugadora, en este caso, forzara la situación con fines bastardos. Y ese, me temo, es el caso de doña Hilaria. Sus cambalaches económicos, negocios a la sobra de la Presidencia, intercambios de favores, clientelismo y nepotismo político, han sido cuestiones conocidas y soslayadas en Washington pero que, ahora, han aflorado, en esta larga campaña de primarias, en toda la Unión. La sra. Clinton ha aparecido, finalmente, como lo que es: una ególatra decidida a utilizar la presidencia para su provecho personal y el de su familia, que la presencia de su hija Chelsie en todas sus intervenciones no puede dejar de pasar desapercibida. Creada la ilusión de “dinastías” como los Kennedy o los Bush, que doña Hilaria pensara lucrarse de su cargo no quita el agravante de que ya esté pensando en su propia hija como “sucesora” cuando ella le deje las cosas atadas y bien atadas. Afortunadamente, no lo veremos. En esto sí funcionó la democracia.

    A mi el sr. Obama sí me convence… me convence si fuera ciudadano estadounidense, claro. Y si el otro día les decía que don Barack debía de ganar para que los EE. UU. de A. no se fueran al garete, hoy le apunto otra cuestión, desde mi perspectiva europea. Con que el sr. McCain se resfríe con el cambio de estación, el votante estadounidense o no le vota o vota al joven demócrata. Total, que gana el sr. Obama. Por eso no debe despreciarse tan rápidamente el magnicidio: es una solución tradicional – y traída hasta el presente (recuerde que el último atentado – conocido – fue contra el sr. Reagan) en esa República.

    Respecto a la cuestión “Blanco, Tertsch y Espada”, hombre, sr. Serna, bien es sabido, pues en este mismo “blog” lo he hecho patente reiteradamente, que ninguno de los tres implicados es santo de mi devoción, pero, bueno, puestos a salvar de galeras a alguno, salvaría al primero, pero, caramba, caramba, sus declaraciones no pueden ser más desafortunadas ni él dibujarse, ante todos, como peor cretino. Es que no hay por donde cogerlo, don Justo, no hay por donde cogerlo.

  21. Varias puntualizaciones sobre Obama:

    1.- Como explicita Justo en los enlaces, en la versión digital del semanario de economia de la Comunidad Valencia «El Boletín» hay algunas erratas, cuya responsabilidad se debe atribuir al poco celo de los editores de esta versión digital:

    – En dos titulares ven escrito el nombre de Obama sin la «C». Han puesto «Barak» y no «Barack». En mi texto que es en los tres casos lo que viene después de mi nombre, está bien escrito. No soy un experto sobre Obama, pero su nombre sé escribirlo.

    – Luego lo que es más grave. En el texto central de la edición impresa que me acabo de comprar y que corresponde al número 1 en los enlaces que hay arriba, dice lo siguiente: «Denuncia el candidato demócrata Friedman…». Evidentemente, donde dice Friedman debería decir Obama. Como les dije antes de que lo publicaran, Thomas Friedman es un prestigioso periodista, tres veces ganador del Pulitzer y autor del libro «The World is flat» que indirectamente cito. Escaso currículum para la gente del semanario que lo ha investido -involutariamente- en candidato demócrata. Pero no, no es ni senador demócrata ni mucho menos candidato. El candidato demócrata que denuncia eso es OBAMA, NO FRIEDMAN.

    En fin, les pido disculpas, aunque les repito que no es culpa mía. Sabía que entre la mentalidad de los historiadores y la de los periodistas había diferencias, pero nada mejor que una experiencia como ésta para constatarlo. No saben el tiempo que cuesta leerse todo lo hay que leerse y luego sintetizarlo en cuatro hojas, para que luego suceda esto. En fin, obviando esos dos «matices» el texto les puede resultar interesante.

    Como suelen decir, «lo cortés no quita lo valiente» y pese a estos errores lamentables, aprovecho el blog de Justo para darle las gracias -otra vez- por las correcciones que me hizo en la primera de las múltiples versiones del texto. Y sobre todo, agradecer al profesor Jordi Palafox -Catedrático de Historia e Instituciones Económicas de la UV y colaborador habitual de «El Boletín»- y a la profesora Teresa Carnero -Catedrática de Historia Contemporánea de la UV y profesora mía este año- por haber confiado en mi para este encargo. Es un gesto que me enorgullece y que no olvidaré en el futuro.

    Después de la «fe de erratas», más sobre Obama. No sé si vieron ayer por la noche un estupendo reportaje que hicieron en Cuatro sobre la campaña de Obama. Es una lástima porque no lo habían anunciado (al menos yo no lo sabía) y lo vi ya empezado, pero estuvo muy bien. Consistía en un seguimiento a la caravana que acompaña a Obama en su ronda electoral por cada Estado. También salían fragmentos de entrevistas con mucha gente del equipo de Obama y con el propio candidato. Además, era perfecto para conocer el carácter americano más genuino. Por una parte, se pudo ver a Obama en un mítin ante la tribu de los «Crow» una de las pocas tribus indias que quedan -la única en el Estado de Montana- con su lengua propia, sus vestidos y sus costumbres ancestrales. Poco después, el contraste total: una señora afroamericana muy graciosa que se gastaba enormes cantidades de dinero siguiendo a Obama por todo el país. Obama le firmaba gustosamente camisetas y bolsos con su efígie que ella misma diseñaba. Cuando le preguntó el periodista para qué quería tantas cosas firmadas, no dijo que eran como recuerdo personal, sino que eran para subastarlas en Ebay cuando Obama fuera presidente. Ya ven como es América, unos hablando una lengua india en pleno siglo XXI y otros queriendo hacer negocio con la firma de un político.

    Tampoco se si vieron una entrevista que le hicieron el jueves por la noche a Nuria Ribó en TV3. Ribó ha sido corresponsal de TVE en EE.UU durante algunos años y es autora de un par de biografía sobre Hillary Clinton que les recomiendo. Dijo cosas muy interesantes tanto sobre Hillary como sobre Obama. Pero sobre todo dijo algo que me gustó mucho y que suscribo: la importancia y el mérito que tiene lo que ha hecho Hillary Clinton en esta campaña. Pese a su derrota final, nadie puede discutir que ha abierto un camino para la mujer en los EE.UU, impensable hace unos años. Esta claro que ha influido su dinero, su marido y sus contactos; sin embargo, lo importante es el hecho simbólico de que por primera vez en la historia de un país con más de doscientos años de democracia, una mujer ha estado muy cerca de ser candidata a la presidencia. Espero que sólo sea el principio de un camino, aunque me temo que pasarán muchos años hasta que algo así vuelva a repetirse. Por eso y pese a los errores que haya podido cometer, creo que debemos darle un enorme mérito -al menos yo se lo doy- a lo que ha hecho Hillary Clinton.

  22. Hoy en día, el intelectual a la violeta es aquel que tiene una cierta idea de muchas cosas, pero no tiene mucha idea de ciertas cosas. O por decirlo con Alan Bennett (mañana, en el nuevo post, les hablaré de él): «su trabajo consistía en mostrar interés, pero no en interesarse». Veo a muchos periodistas así: muestran interés pero no se interesan verdaderamente. Mal vamos.

    ————-

    Ah, por cierto, en la factoría de Pepe Blanco se ha elaborado este informe, del que da cuenta Público

  23. La mejor definición que he escuchado para referirse a este tipo de intelectuales (los «todólogos» que opinan sobre Obama) proviene del catalán Eugeni d’Ors, que los llamaba «especialistas en ideas generales».Creo que no sé puede expresar mejor la idea que con esta «contradictio in terminis» orsiana: especialista-idea general.

    Les recomiendo vivamente a todos que vean este video en el que Cela y Umbral discuten sobre este tema de los «especialistas en ideas generales». A mi me gusta mucho. Lo tengo en mi PC, lo he visto infinidad de veces y me he reído mucho con él:

  24. Me gusta mucho leerle, Sr. Kant, me pasa un poco como lo que me pasa con D.Justo, me siento agradecida por la dedicación, el cuidado, el mimo con el que tratan lo dicho o sucedido. Yo suelo ser un desastre en esto también, y si una idea me obliga a la revisión de lo escrito me aburro y pliego.
    Coincido en mucho de lo que dice sobre Hillary, cierto, hay ambición, pero no por ello puedo pasar por alto su valía. Sin contar con lo que su candidatura haya supuesto para la mujer. En realidad a mi las mujeres en el poder me dan canguelo.
    Obama me inquieta, no me fío de él. Creo que tras esa apariencia apacible y sonrosadita (bajo el difumino de carbón) hay alguien inquietante.
    Es muy difícil encontrar alguien peor que Bush, así que ante esa comparación todos salen lustrosos, pero hay algo que no, que no cuela.
    En cambio a la Hillary no le veo doblez. Siempre me pareció igual, no me ha asombrado nada de lo que ha hecho o dicho, y pese al miedo que le tengo al poder femenino, la veo más de fiar. El hecho de haber estado casada (y seguir) con Clinton es una garantía. No por ser presidente, nada más lejos, por la pinta de feliciano, de vividor, de hedonista que siempre tuvo. Una mujer capaz de valorar (y compartir) eso, es de fiar.
    Respecto al iconin, es un armadillo, viene en el sistema (Mac) y lo adopté hace tiempo. Me identifico mucho con esa pinta de regocijo que tiene el bicharraco.

    Sr. Veyrat, que me ha dejado turulata. Menos mal que no se ve, porque encima me he puesto roja total.
    Qué cosas más bonitas. Gracias de corazón.
    Sí, vivo en Euskadi (Algorta), si bien he recalado en muchos otros sitios. Y no canto en un coro, lo dirijo, o mejor, lo subdirijo ya que el director oficial es otro, yo soy la adjunta. Como la cosa sonaba pretencioso (sobre todo siendo el coraco que és) opté porque me denominaran secretaria técnica, que queda más hormigoso.
    Esto de preparar coros que luego dirigen otros es una cosa que me gusta, aunque resulta un poco frustrante. Como decía Blancafort (cuando estaba en RTV) es como follar y que se corra otro, con perdón.
    Pero en realidad es una ocupación seminueva (la mía propia es más individualista) que he aceptado por diversión. Ahora estamos con la Misa de Gloria de Puccini, y estoy que levito. Es estupendo montarlo.
    Pues eso, que muchas gracias, Don Miguel, y gracias también a Don Justo por dejarnos la sala para cotillear.

    Beso.

    M.

  25. Kant, que no puede estar sublime todos los días y a todas horas, a veces roza la perfección, es cierto. Donna Miranda, no quería minusvalorarla, sabía por sus comentarios que es usted música, y que su coro piaba por Euzkalerría, pero no presentí que se trataba del Orfeón Donstiarra. Lo siento, ahora creo que es usted una solista metida en otros paños, pero que ama su trabajo con pasión. Y me mantengo en que la autenticidad de la vida cotidiana que narra con venturas y desventuras en su blog, es de lo más refrescante y triste que se pueda consumir: en sus palabras salta viva toda la condición humana. También me inquieta Obama, también y mucho. Y no estoy de acuerdo con su valoración con doña Hilaria, creo que es una fría ambiciosa, soberbia y oportunista, y que seguir casada con el baboso de Bill no la enaltece sino que le añade el ecaso mérito de la cobardía sin favorecer en absoluto la causa de «la mujer americana». Causa ganada tiempo ha por otras mujeres más bravías, más inteligentes y claras. No cito nombres, están en la mente de cualquiera medianamente leído. Y no son ni Susan Sontag, Inge Mortah ni Betty Friedham, que también.

  26. Anda!, pues no lo había mirado desde esa perspectiva (lo del matrimonio).
    Me apena mucho que le considere baboso al Bill, igual es cierto, pero le tengo como adoptado.
    A mi me fastidió mucho que mintiera, la verdad, pero no sus aficiones. Lo consideré bastante humano y comprensible…hasta cierto punto le adjudicó una dosis de tronío rumbero. Hay que ser Angel Cristo para meter según que cosas entre tantos dientes…joe!

    Me da palo hablar tanto de mi cutroide personaje, pero no debo dejar en el error la cosa. No, no trabajo con el Orfeón (si lo he hecho, junto a, en mi otra faceta) de adjunta, qué va!. El coro con el que lucho es de Laredo , mucho más humilde, que no ambicioso…(cosa peligrosa)

    Hablando de todo un poco, tengo la sensación de que tenemos una gran ignorancia sobre el pueblo de EEUU.
    Una de las cosas que más me asombró estando allí fue lo gordos y lo refeos que eran la mayoría.
    No se cómo se las apañan para hacer las series y que salgan de fondo gentes tan aparentes.
    Algo parecido debe de ser el chasco en cuanto a ideologías o motivos.
    Así que habida cuenta del protocolo para votar, cualquier cosa puede suceder, como así ha sido anteriormente.

    Salen unos diciendo: «Sí, podemos!» y tal, y otros hacen declaraciones (actores y demás) pero en realidad la cosa debe de ser muy distinta. Flaccida…

    Es un poco la sensación que yo tengo cuando leo artículos u opiniones sobre cómo vivimos, somos y pensamos en el PV.

    Bueno, no quiero aburrir.
    Beso.

    M.

  27. Solamente como humilde observador de la condición humana: Si considero un indeseable a Bill Clinton no es por sus devaneos con becaria (estupro, sería la figura jurídica) desde su posición de poder, sino por sus turbias y parecidas maneras de hacer política y dinero, incluido hacerse pasar por progresista. Desde entonces desconfío de su astuta y brillante mujercita a quien ha impulsado desde la sombra, sin duda por deseo de seguir manipulando poder. Así se es más eficaz.
    Y de verdad, ya me aburre la decadencia y caída del Imperio que nos arrastra a todos entre la pinza wahabita del rey de Arabia y pariente Osama, el uno moviendo el nogal y el otro recogiendo las nueces, uno acojonándonos con bombas y el otro estrangulando nuestra economía y, por tanto, modo de vida asquerosamente laico… ¿Por qué no hablamos un poco de las vacaciones que aguardan a nuestros com-patriotas (… a mí entre otros, por cierto, las pensiones menguan sin piedad y sólo se revisan las «no contributivas», tampoco hay convenio salarial que ampare a los pensionistas, ni posibilidad de huelga de panteras grises, ni bloqueo de carreteras ni de UVIs o residencias… ¿Si los precios sufren la carestía brutal ahora, en junio, qué nos aguarda cuando el tradicional septiembre? ¿Cuántos ancianos serán abandonados como perros en las gasolineras este verano?. Y así seguido, ¿les apetece?

  28. Acabo de leer El bálsamo de la indiferencia, de Juan Planas Bennásar. Un libro que contiene tres poemas absolutamente desolados (que no desoladores), con una voz empeñada en acometer el mundo, sabiendo además que su empresa –la de nombrar contradictoriamente– es en verdad imposible. He estado días preparándome para esta lectura, preparando la circunstancia adecuada. Como le dije al autor parafraseando un pasaje conocido…

    “Estás a punto de empezar a leer el nuevo libro de Juan Planas, El bálsamo de la indiferencia. Relájate. Concéntrate. Aleja de ti cualquier otra idea. Deja que el mundo que te rodea se esfume en lo indistinto. La puerta es mejor cerrarla; al otro lado siempre está la televisión encendida. Dilo enseguida, a los demás: “¡No, no quiero ver la televisión!”. Alza la voz, si no te oyen: “¡Estoy leyendo! ¡No quiero que me molesten!” Quizá no te han oído, con todo ese estruendo; dilo más fuerte, grita: “¡Estoy empezando a leer el nuevo libro de Juan Planas!”. O no lo digas si no quieres; esperemos que te dejen en paz.”

    Mañana les digo…

  29. D. Miguel:Resulta aterrador el panorama que nos presenta. El paralelismo de ese alcalde gaditano (más apropiado para presidir el ayuntamiento en «El Palmar de Troya»,donde estableció su reinado inmortal el papa Clemente) y el sr. Obama, es para ponerse a temblar. Por favor, no nos proponga como tercera pata del banco a un «pato cojo», porque su pensión como la mía dependen del engrosamiento de las cuentas corrientes de ellos y las de sus amigos.
    ¿Para que tenemos que perder el tiempo el tiempo en hablar de la hambruna de Africa?.Hace falta que en Africa se muera la gente de hambre,porque si no Berlusconi nos enviara a los excedentes humanos de ese Continente, en los barcos de recreo de sus navieras.

  30. Después de varias jornadas agotadoras, vividas, por lo demás, a pata coja (bueno, a mano coja) son ustedes el mejor bálsamo refrescante que puedo encontrar al llegar a casa. Me resulta muy gratificante concidir, con cada uno en aspectos diferentes de la misma cuestión, con kant, Veyrat, Miranda y, cómo no, Serna. Aunque tengo mucho que decir acerca de Obama y Clnton (H.), voy a sucumbir al cansancio, me retiro a mis aposentos y voy a tratar de dormir. A ver s mañana me encuentro más fresca, de cara al nuevo post, que también promete. Buenas noches a todos/as.

  31. Hoy se pone a prueba si el asamblearismo de ERC es capaz de recuperar la dignidad perdida.

    Desde Aguilas seguiré las elcciones a través del portátil esperando que Reagrupament.cat consiga levantar la ilusión del histórico partido.

  32. Son las 22.35 h. y por el resultado provisional que se lleva escrutado ganará el Puigcercós seguido de Carretero y Benach.

    Por lo que se ve, no hay nada que hacer con los peninsulares ibéricos. Están inmersos en una decadencia moral sin posibilidades de regeneración a corto y medio plazo.

    Estoy jubilado del trabajo desde hace 7 años y no consigo quitarme de encima la neurósis política que me invade desde casi la niñez.

  33. No se me acaba la mecha de Obama, sr. Paco: es que otras lecturas me provocan nuevos incendios.

    Sr. Paco, por una vez no es mala su metáfora.

    En cuanto a lo que dice el señor J. Moreno: no sé qué puedo decir. Lo desconozco todo de ERC. Vuelvo a citar a Alan Bennett: nunca he mostrado interés por dicho partido, pero tampoco he logrado interesarse.

  34. […] de 2008 que próximamente aparecerá Los sueños de mi padre, el primer libro de Barack Obama . Ya vimos la importancia que las memorias escritas han tenido en la carrera política del candidato p…. No es sorprendente que una historia de desamparo, de abandono paterno en este caso, se repita y […]

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