Esto es un dolor sin cuento. De hecho no hay cuento: hay relatos que justifican todo lo hecho y hay un asco cada vez mayor por lo ocurrido aquí y fuera de aquí. ¿Qué hacemos? ¿Rompemos con todo, enladrillamos y empezamos de nuevo?
Hay tentaciones de adanismo, sin duda. Es decir, hay la propensión de admitir que esto no tiene remedio, que esto no es democracia, que nos han hurtado lo material y la ilusión: las expectativas.
Pero creo que aún hay que sostener las instituciones. Sin éstas, el resultado es la selva. Se me dirá: con las instituciones, los cuatreros han hecho de las suyas. Cierto, cierto. Pero imaginen un mundo sin límites, sin normas, sin reglas. Ciertos liberales extremados proponen eso: fuera reglas, que el mercado es autorregulación. No, no, por favor.
Lo que nos pasa no es fruto del Estado; tampoco es fruto del liberalismo legal. Lo que nos ocurre es un asalto en toda regla a las instituciones. ¿Recuerdan aquella película? ¿Asalto a la Comisaría del Distrito 13 (1976)? Era de John Carpenter y se inspiraba en Río Bravo (1959), de Howard Hawks.
Pues eso: dentro tenemos personas dudosas, tenemos gente poco fiable, pero si estamos acosados por los villanos, los nuestros sacarán lo mejor de sí mismos haciendo causa común con los honestos. Eso quiero pensar, eso quiero esperar. No me refiero a que los acusados y condenados ahora nos vayan a ayudar. Lo que digo es que quienes delinquieron pueden redimirse cantando: los que viven cómodamente sin pena a pesar del delito han de ser capturados, procesados.
Yo tengo la impresión de estar en la Comisaría del Distrito 13. Fuera hay un ataque en toda regla. Es más: tenemos la sospecha de que algunos –no pocos– se nos han metido ya en la Comisaría. Lo que nos ha de unir es la voluntad de mantener firme la defensa, mantener limpio el espacio y capturar a los cuatreros. No se me ocurre otra cosa.
Espero que Mariano Rajoy ordene una investigación. Compete a Asuntos Internos. Pero nos compete a todos. Si Rajoy hace como que no se entera, lo apearemos. Esperemos que no lo apee Esperanza Aguirre, firme partidaria de romper con las normas si el capitalismo de casino lo exige.
Dios…
Observen el póster, luego repetido por Quentin Tarantino. Vienen del exterior, son agresivos, no se detienen ante nada. Los que están dentro no son unos angelitos, pero si quieren sobrevivir han de unirse. ¿Y quiénes son? Pues unos funcionarios que estaban aburridos, a punto de cambiar de emplazamiento, y unos presuntos delincuentes que están encerrados en los calabozos. Ahora, los que atacan desde el exterior no se andan con chiquitas (si se me permite decirlo tan ranciamente). Van a por todas. Yo tengo esa sensación: quienes nos atacan van a por todas. No se engañen pensando que en el Partido Popular todos son unos delicuentes y punto. En el PP hay gente honesta: deben de estar pasando una vergüenza atroz. Y miedo: la ciudadanía puede sublevarse; los individuos pueden arremeter. Ya no se soporta más este ataque. No hay lenitivo ni paños calientes. Si no afrontamos el ataque lo perdemos todo. De hecho, de momento, estamos perdiendo.
«Lo que nos ha de unir es la voluntad de mantener firme la defensa, mantener limpio el espacio y capturar a los cuatreros. No se me ocurre otra cosa.»
Es que no nos queda otra, Justo. Porque, para ignorarlo todo y vivir como eremitas, nos faltan montes. Y para construirnos bunquers y ocultarnos hasta que se despeje el ambiente, los únicos que tienen dinero son los que lo han robado.
Yo he vuelto a la lectura de la ciencia-ficción, a ver si ahí encuentro esa señal que necesitamos para alumbrar el camino.
Los best sellers. Me preguntaron la opinión en la radio de la Universitat. Yo no he leído ‘Cincuenta sombras de Grey’. La verdad es que no tengo mucho interés. Me interesa el erotismo. No me interesa el tratamiento literario adocenado del erotismo. Una amiga me hizo leer tres páginas de ‘Cincuenta sombras de Grey’ y me dije vaya, es obvio, ¿no? ¿Y la imaginación? Lo picante no es lo literal, sino la propensión, la tentación, la excitación imprevista. En fin, agradezco la amabilidad de la entrevista. Aparezco en algunos cortes y no me reconozco…
http://mediauni.uv.es/2234
Leo en ‘El País’: «Un exdiputado denuncia el pago de sobresueldos en la cúpula del PP». ¿Qué hacemos? ¿Lo empapelamos o lloramos de emoción ante su confesión? Leo en ‘El País’: «Jorge Trías Sagnier asegura que el partido entregaba sobres de hasta 10.000 euros al mes a algunos dirigentes». ¿10 mil euros al mes en negro? Yo quiero los diez mil euros en un sobre puesto en una grieta en la pared próxima a mi casa. Es una brecha.
Aquí parece que unos mangonean (o han mangoneado) mientras otros sededican a desmantelar. Me gusta la alusion a la comisaria. Primero por la película en sí. En las películas de Howard Hawks el grupo, la idea del grupo, desempeña un papel fundamental, aspecto éste muy apropiado, como usted dice, para los tiempos que corren. Por lo demás es el mundo al revés. ¿un asalto a una comisaría? ¿no debería suceder al revés? Ese es el gran problema, el verdadero drama, como usted tan bien ha visto.
Gracias, sr. Lillo. Ya sabe que valoro mucho su juicios. Algún día deberemos discrepar. Abrazos
Hombre, don Justo, más o menos compartimos principios y posiciones. Pero más allá de eso seguro que discreparemos y rediscreparemos.
Otra cosa. Este tema del asalto también puede verse desde un punto de vista zombi, claro. ¿Vamos hacia el caos total y absoluto?