Historia, memoria y víctimas

     

Un desfile franquista en la Plaza Mayor de Salamanca para celebrar la toma de Gijón, en el que grupos militares portan retratos de Franco, ante una multitud con los brazos levantados. Autor desconocido, 1937.

Cuando recordamos, la función de la memoria es siempre selectiva e incluso arbitraria, un mecanismo que se activa por estímulos internos y externos y que desentierra no los hechos pasados, sino la huella que aquéllos nos dejaron, un vestigio que puede ser vago, muy vago.

Los individuos rememoramos con sentido y eso que regresamos al presente lo recubrimos con el significado que hoy le damos a las cosas pasadas, un significado que frecuentemente no se ajusta al que tuvo tiempo atrás.

Las sociedades que organizan sus mecanismos de recuerdo, que erigen monumentos, que conservan sus huellas del pasado, actualizan esas épocas pretéritas con el fin de atribuir sentido a los actos de ahora.

Pero esa memoria colectiva que las instituciones promueven para fines honestos o siniestros, para rendir justicia a los muertos o para organizar agresiones y enfrentamientos, no es exactamente equiparable a la historia.

Mientras la memoria es sugestiva, completa, coherente, emocional, la historia que llevan a cabo los historiadores es problemática, incompleta, intelectual y analítica.  

Cuando durante estas semanas se habla de la ley de memoria histórica, suele hacerse para hablar de las víctimas.

«A estos ciudadanos y ciudadanas exiliados –así como los llamados niños de la guerra—supervivientes ya de aquel trágico episodio de nuestra historia, el Congreso de los Diputados considera un deber rendir un tributo de admiración y afecto, por la lealtad a sus convicciones y el sufrimiento que hubieron de padecer por un golpe antidemocrático y una guerra impropios de una nación cuya razón de ser ha de estar en el respeto a los valores democráticos”.

Eso decía la Proposición de Ley, la primera iniciativa emprendida en este sentido, a cargo del Grupo de Izquierda Unida.  Tiene fecha de 2 de diciembre de 2005.

Las discusiones parlamentarias que después ha habido son muy reveladoras y en ocasiones muy equivocadas, pues suelen mezclar historia y memoria.

En todo caso, expresan con mayor o menor contundencia esa idea, proclaman la necesidad de preservar los lugares de la memoria (en expresión del historiador Pierre Nora), denuncian el olvido entre la ciudadanía de lo que fue el régimen de Franco.

En los debates parlamentarios y mediáticos, la expresión deber de memoria aparece una y otra vez y aparece como si esto, el recuerdo histórico, fuera algo obvio y asociado inevitablemente a las víctimas.

Por tanto, como si los negociadores de nuestra Transición hubieran evitado expresamente a las víctimas en la definición política del nuevo régimen democrático.

En el sentido que hoy se está planteando es así, desde luego. Pero como bien ha planteado el historiador Enzo Traverso en un libro estupendo y que hoy evoco en Levante, está fórmula (el deber de memoria) es algo reciente, una corriente que se impone en Europa a mediados de los ochenta  y ya en los noventa, como consecuencia entre otras cosas de la caída del Muro de Berlín.

En efecto, incluso el espanto que mayores escalofríos nos produce (la Shoah) no empezó a ser considerado digno de memoria, la memoria de las víctimas, hasta fecha bien tardía: prácticamente hasta finales de los años setenta.

Hasta entonces, Occidente pasaba rápidamente por un genocidio al que no solía mirar directamente. Es decir, achacar a los políticos de la Transición que no ajustaran cuentas con el pasado es una percepción nuestra, pero no una evidencia de entonces.

Por otra parte, antes de que las víctimas se recuperaran aquí y allá para cumplir con ese deber de recordar, la memoria histórica aludía a algo bien distinto.

Aludía al patriotismo evocador de los connacionales y de los antepasados, al nacionalismo conmemorativo.

Seguro que los mayores no lo habrán olvidado: hubo un tiempo en que la memoria histórica se empleaba para elevar la moral de la tropa –idealmente, la nación en armas–; para dar forma, hondura y antigüedad al espíritu nacional.

No piensen sólo en el tiempo de la afirmación franquista: era también el recurso de todas las nacionalizaciones que comenzaron en el siglo XIX, el tóxico que envenenó a las masas en vísperas del 14, la solución que se daba una Europa guerrera que exaltaba el narcisismo de las pequeñas diferencias, por decirlo a la manera de Freud.

Todas las naciones han demandado a sus súbditos la entrega sublime, el libramiento colectivo, para honrar la memoria de las víctimas… de siglos atrás.

Hoy, felizmente, son cada vez menos los que aún confían en las propiedades de ese estupefaciente comunitario.

La mayoría ya no sorbe dicho bebedizo: ya no acepta convertir la historia en esa memoria venenosa y sublime que irriga los vínculos primarios de la comunidad de origen o de pertenencia; ya no acepta inmolar la vida breve en el altar de la nación y de la historia para reparar faltas colectivas, deudas pendientes, antiguas batallas perdidas.  

Cuando hablemos de víctimas, pues, hablemos de aquellas que han sufrido, que han padecido y que aún pueden transmitirnos su relato, pero también de aquellas que por haber muerto ya no pueden narrarnos su dolorosa experiencia.

No hablemos de victimismo retrospectivo ni de nacionalismo conmemorativo y, sobre todo, no confundamos la justicia o la reparación debida con la historia.   

0 comentarios

  1. Es la primera vez que entro en el blog y creo que es interesante lo que nos dice J. Serna. Creo que mezclar la Memoria [llena de errores y ficciones] con la Historia, que es una ciencia, es como juntar el arte y la artesanía. Bueno: no se si está bien pensada la comparación.

  2. Ves Serna como te lo dije. Alimentas a la izquierda del blog y te abandona. Ja. Dònde estàn Cafeina y los demàs? Este blog no levanta cabeza desde te cabreaste con tus amigosssss

  3. Los demás estamos aquí. Leyendo. Lo que ocurre es que como en mi casa éramos pobres pero educados, no suelo responder a los que intentan, sin conseguir, ofender.
    Bon día, senyor Piquete

  4. Cafeina, no es propio de una señora insultar. Què es eso de gilipollas? O sea que estaba leyendo y me insulta. Yo no la he insultado. Simplemente costato que la señora cafeina està enfadada. Si estarà enfadada que me ha insultado. Asì no, señora cafeina. Por què no debate en vez de insultarme?

  5. Los mayores no lo han olvidado, aunque hay mayores que no quieren seguir recordando lo que les queda de vida.
    Hay mayores que ya murieron sin haber sido recompensados moralmente. Parece que nada tiene remedio, que lo que fue, ha sido. Que todo lo que sucedió está lleno de mentiras, de remiendos, de falsedades.
    Ya no sé dónde empieza la Historia, dónde acaba y dónde empiezan y acaban los sucedáneos. Demasiados «historiadores» para un mismo suceso.
    Lamento ser tan escéptica, aunque importe un comino, pero me cuesta creer a unos y otros, porque pienso que cada cual arrima el ascua a su sardina. Seguramente estoy equivocada y resulta que hay bondad en el mundo y altruismo.

  6. JUSTO SERNA, CENSOR DE PACOTILLA
    marquesdecubaslibres said,

    SUPRIMIDO POR INSULTO. Fdo.: Justo Serna.

    En el blog de Serna impera una particular «ley del embudo». Sus amigos pueden decir todo lo que les apetezca, gustan de motejar como de extrema derecha al que no opina como ellos, pero ay de ti como te enfrentes a la «pandi». Tuve la osadía de calificar a uno como «poetastro leninista»; la respuesta de Don Justo no se hizo esperar: «suprimido por insulto». Genial.

  7. Pero vamos a ver, señor Piquete. Si Cafeína y sus amigos –como usted dice– no quieren intervenir, están en su derecho. Que están molestos por algo, por mis ideas, por lo que he dicho sobre la memoria y la historia, ¿y qué? Aquí no hay tanto sectarismo como el que usted parece desear, desde luego que no. Fíjese lo que dice Russafa. De todos modos, no comparto ese juicio tan escéptico de Russafa: «ya no sé dónde empieza la Historia, dónde acaba y dónde empiezan y acaban los sucedáneos. Demasiados “historiadores” para un mismo suceso». Yo creo que los historiadores no son nunca demasiados y creo que un mismo suceso requiere miradas diversas, múltiples, que fertilicen nuestro punto de vista. Dice Russafa que le cuesta creer a unos y a otros (refieriéndose a los historiadores). Entendiendo su escepticismo, la investigación histórica no depende de la creencia. Cuando la creencia que nos suministra la memoria entra en conflicto con lo dicho por los historiadores…, ¿qué hemos de pensar? ¿Que todo vale lo mismo y que, por tanto, todo es igual? Yo creo, Russafa, que podemos entenernos, aunque ese entendimiento no pase por la creencia.

  8. El plasta de Justo Serna empieza diciendo:

    «Era preciso hacer ese cartel? ¿Era imprescindible enfrentar la contienda electoral catalana con ese señor en cueros, algo entrado en carnes? Le faltan quizá algunas sesiones de gimnasio para aligerar esa flacidez: yo estoy en ello… »

    No sé si Justo Serna está gordo y me da igual. La flacidez es la de su prosa,que siempre ha sido un coñazo y sin ningún interés. Es de esa especie de colaboradores de El País pero en versión aburrida. Y esa bula tan característica para insultar cuando le sale de los huevos para luego poner el grito en el cielo cuando lo hacen otros.

  9. Hombre, Justo Serna tiene derecho a hacer de su blog una extensión funcional de su pensamiento y sus miserias. Como eso tan divertido de que el rey de la prosa floja (Justo Serna) diga que el candidato de Ciutadans tiene las carnes flojas. Un grasiento mental fijándose en el futuro e hipotético michelín del modelo. El comisariado es así.

  10. Cafeína said,

    Octubre 8, 2006 at 15:30

    Oiga, gilipollas, ¿por qué no se va al cine y deja de tocar lo que no suena.
    _______________________________________________________________________
    Cafeína said,

    Octubre 9, 2006 at 11:19

    Gilipollas.
    —————————————————————
    Cafeína said,

    Octubre 10, 2006 at 13:16

    GILIPOLLAS

  11. AVISO: Se ha habilitado la moderación de comentarios. El autor del blog debe aprobar todos los comentarios.

    Haga algo Justo Serna.Haga algo!!!!
    Esta persona insulta diariamente en su blog y usted no hace nada al respecto.A no ser que usted tenga dos varas de medir.Pero no creo que un hombre como usted,socialdemocrata,progresista,respetuoso con los que no comparten sus ideas, sea en realidad un funcionario sectario que oculta su falta de argumentos y valor bajo el paraguas de la equidistancia.Triste,muy triste que la educacion de los jovenes de este pais este en manos de cobardes como usted.

  12. Hombre, han venido los hooligans de ‘Ciutadans’. Debéis admitirlo: ni carnes flojas ni nada. Simplemente no queréis admitir que sois objetivamente un obstáculo para el avance del PP en Cataluña. Objetivamente beneficiáis al PSC al restar votos a Piqué.

  13. Oiga, Juan Sánchez, alias «Sin comentarios» y «Perroantonio» regrese al blog de Arcadi. Allí, gracias a sus multitudinarios colegas, sentirá el calor del limo original: el blando barro con que usted fue hecho. Lo mismo le digo a Jordi (Almenara). Adéu.

  14. Saludos a todos y a Justo, aunque no apareciera por aquí siempre estaba presente, leyendo el post de cada día y algunos comentarios seleccionados. Si no he escrito nada ha sido por no embarrarme con ese ruido pepero, esperando que algún día el blog se secara por este sabotaje continuo, y finalmente renaciera y volviera a ser como antes. Pero hoy tengo ganas de decir algo y cansa estar callado.
    Es fácil entender que el recuerdo de las víctimas es una especie de moda reciente (piensen que la llegada de la Shoah a las masas tiene fecha y nombre, “La lista de Schindler”) y que nunca podemos juzgar a la Transición con nuestros ojos, y también es fácil entender la admiración por ella que profesa Justo, y que cada día comparto más. Pero el problema de hoy es la Ley de la memoria histórica y no es para nada fácil de resolver,… qué debería ser? quiénes deberían ser las víctimas? …. En un país aún viciado por el Franquismo, que contamina desde nuestros mayores hasta la historia de España que se enseña en las escuelas, no esta nada claro quienes fueron víctimas y quienes verdugos en aquella sangrienta Guerra Civil. Puede que una causa de esa memoria convulsa sea el papel que NO han tomado nuestros mejores historiadores de tratar de transmitir sus conocimientos a las masas (algún día deberían discutir qué causas les impiden a hacerlo). Pero sobretodo nuestros políticos no han ayudado, ni ayudan…. Tantos unos como otros deberían “no confundir la justicia o la reparación debida con la historia” (Justo dixit). Creo que esta muy claro, el Congreso debería honrar la memoria de las víctimas (no la de los verdugos), unos deberían dejar de disparar con esas historias de víctimas, esa memoria venenosa; y otros deberían hacer suyas ha esas víctimas que dieron su vida por la democracia que ellos defienden.
    Bajando al terreno practico. Creo que las placas en las Iglesias de las víctimas de la GC deben quedarse donde están. Que en algún lugar deberían ponerse los nombres de las víctimas republicanas. Que nuestro país se merece lugares de recuerdo de nuestro tan rico exilio (culturalmente hablando). Que el Valle de los Caídos no puede quedar así y conviene transformarlo en un símbolo diferente. Pero sobretodo, y creía que la ley tenia como único objetivo, el Estado debe buscar, exhumar y entregar a sus familiares a los españoles que pueblan bajo nuestro suelo.

  15. No tengo más remedio que mantener lo de gilipollas a un tipo que invita a debatir sin avanzar una sola idea y que sólo entra aquí para descalificar. Me parece muchas cosas peores que un simple gilipollas y me las callo. Al fin y al cabo, gilipollas, giliflautas o giliporcelanas, no es usted nada más que un pobre provocador sin ideas. Debata, debata, a ver qué pasa…

  16. Buenas tardes a todos. Me parece muy acertado el artículo que nos presenta hoy nuestro amigo Justo Serna.

    Se trata de hablar del concepto de “memoria histórica”. Creo que el «recuerdo» de los hechos históricos, como cualquier recuerdo, consta en la memoria de las personas y, como tales, son selectivos de los hechos. Sin embargo, cuando hablamos de Historia, no hablamos de cuentos, ni de recuerdos, sino que hablamos de fuentes documentales que tan sólo hay que ordenarlas. La Historia no es memoria, ni se constituye por la memoria.

    La “memoria histórica personal” es el recuerdo del mundo histórico que a cada individuo o grupo le ha tocado vivir, en un sentido activo. Creo que el peligro radica en la pretensión de convertir las memorias personales o de grupo en partidistas o parciales. En realidad el objetivo de esta idea se basa en ese deseo de reivindicación.

    Podríamos colocar de ejemplo el cuento de José Luis Borges llamado “Funes El Memorioso” que ilustra perfectamente a la memoria. Los sujetos reprimen, censuran los recuerdos de lo traumático, mientras que los colectivos sociales asumen la tragedia como parte de su identidad colectiva (la Shoá para los judíos, el genocidio para los armenios).

    El itinerario de la “memoria histórica” seguirá suscitando controversias por su intento de esbozar la interpretación histórica. Como nos recuerda Enzo Traversa, la historia occidental reciente, constituye una experiencia de mutilación, de mutilación no sólo individual sino colectiva.

  17. A ver Cafeina .Como que debata, debata,si lo unico que has escrito aqui han sido tus supermegachachi alabanzas online a Serna y Veyrat.Si te estoy diciendo que no paras de insultar a gente que ha planteado un debate y me sales por los cerros de Ubeda.Y el otro entra y escribe ,»no he entrado antes porque aqui habia gente del PP»,ten cuidado hombre te vayan a contaminar,claro hombre,tu no vayas a entrar en un blog donde hay gente que expresa opiniones diferente a la tuya.Y por cierto creo que le atribuis al PP mas meritos de los que merece,hay muchisima gente que no es del pp ,ni del psoe etc..Personas democratas sin carnet de partido alguno que tienen sus ideas y que gustan de expresarlas libremente.
    Que si,que si,que para ti la perra gorda.Para que se va a molestar uno con retrasados mentales.Y Justo,tu tampoco has contestado,te rompias la garganta gritando en contra de los insultos en tu blog,hasta que empezaron a insultar «los tuyos»,y digo los tuyos porque este es sin duda el blog mas sectario que he visitado en internet.Entonces me sales con que la juventud y tal…
    Muy bien.Lo ha dejado todo muy claro usted.
    Y tu Cafeina o lo que sea,si quieres insultar hazlo bien
    Ahi os quedais vuestro grupito de mamporreros.

  18. En el caso controvertido y también en el suyo, señorito Sánchez Escribano (yo sí que sé quien es usted en realidad), gilipollas y derivados no son insultos, sino definiciones. ¿Tienen algo que decir sobre el artículo de hoy del señor Serna, como acaba de hacer Julia Puig? No, ¿verdad? Entonces cállense de una vez.

  19. Querido Justo Serna: Hoy ha escrito usted esto: «Pero vamos a ver, señor Piquete. Si Cafeína y sus amigos –como usted dice– no quieren intervenir, están en su derecho. Que están molestos por algo, por mis ideas, por lo que he dicho sobre la memoria y la historia, ¿y qué?». Como me considero amiga de Cafeína, del Señor Veyrat y de usted; como creo que formo parte del grupito sectario que pulula por este blog, pese a no poder participar; pese a no haber leído siquiera (con dolor de corazón) su artículo de hoy y pese a estar realmente agobiada de tiempo y de problemas, entro, tras una mirada a lo de hoy, a recalcar que yo, al menos, no estoy molesta, que creía haberlo dejado claro ayer. Que le estoy muy agradecida por su blog, por permitirme participar en él y por todas las pruebas de amistad que tengo de usted.

    Creo que nos conocemos todos hace el suficiente tiempo como para saber que una disparidad de criterios en algo, no significa nada.

    Otro abrazo cariñoso y todos los que haga falta, con mis disculpas por no poder participar y no poderlo hacer en varios días. Y, como siempre, Gracias.

  20. Me callare cuando lo estime oportuno,usted no es nadie para madarme a callar.Y ya le digo no tengo por que discutir con una persona que no ha llegado al pubertad (mentalmente).Y eso de que sabe quien soy,bueno,si es que en realidad es usted muy muy gracios@.Lo dicho ,es usted retrad@ mental.
    Buena suerte,y siga dando ordenes en los blogs ,en la videa real tendra que seguir tragando lo que le echen,es el sino de l@s cobardes como tu.

  21. Ja, ja, ja, ja, ja. ¡Ja! Estoy esperando sus argumentos a favor o en contra de lo que ha dicho el señor Serna hoy. Mientras tanto seguiré pensando lo mismo de usted (es), pobre tipo.

  22. El tono no facilita las cosas, desde luego, y la irritación, que tan común es por ahí, en Internet, llega hasta aquí. ¿Podremos debatir sin proferir ultrajes? Si no vale la pena lo que he escrito sobre historia y memoria (uno hace esfuerzos por documentarse: esto no se arregla en dos patás…), entonces lo dejamos estar y tan contentos. Julia Puig ha hecho el esfuerzo de apostillar, discutir y prolongar un tema que a todos nos preocupa y que, desde luego, no se acaba donde yo lo había dejado. Lamentablemente el aire irrespirable que hay en otros foros de Internet, un aire viciado de chascarrillos e insultos sopla por aquí. ¿Hasta cuándo?

  23. Seguramente no hay argumentos o sencillamente el mal humor todo lo invade, un mal humor que poco tiene que ver con las víctimas, con la condición de víctimas, con el grave asunto tratado, y más, tal vez, con rencores particulares de que estamos aquejados.

  24. Vamos a ver si se entera, señor Serna. Si usted entra en un blog donde no le interesa lo que se está debatiendo, o simplemente no se siente a gusto con la ideología, la educación, el tono, o lo que sea, lo que allí se lleva… Usted se marcha tranquilamente a otra parte, ¿No es así? Si por el contrario, usted entra y se dirije al anfritrión diciendo, por ejemplo, Ja,ja, los suyos le abandonan, elis elis, los suyos le abandonan, ja, ja, ja, o lindezas por estilo, no puede sorprenderse de que le llamen gilipollas, ¿no es cierto, estimado señor Serna?

  25. Cuando hablaba del escepticismo no me refería a los historiadores, más bien a todos aquellos que nos inundan a diario con sus versiones sobre la historia. Si esto se hace con los acontecimientos más recientes, qué será de lo más antiguo.
    Creo en los historiadores que fundan sus comentarios sobre bases científicas, sobre documentos. No dudo que habrá documentación oculta, clasificada a la que no se tiene acceso. Eso aquí y en todas partes donde hubo una dictadura, incluso donde existe una democracia, o ¿acaso la democracia significa transparencia?
    Cada persona habla de la feria según le va en ella. No es el caso de los historiadores. Lo que me asusta muchas veces es que un exceso de información nos abrume a todos aquellos que no disponemos de documentos, de datos. A los legos, como yo, se nos puede manipular si no estamos atentos a leer entre líneas, a darnos cuenta de los vuelcos que determinadas personas han ido dando a su ideología. Y claros ejemplos tenemos a diario y en los medios de comunicación, desgraciadamente.
    Creo que está claro que lo que se pretende es dar la versión que ha estado oculta y soterrada durante tanto tiempo, demasiado. Pero una cosa es lo que sucedió y otra, muy distinta, lo que nos hubiera gustado, a los que ahora vivimos, de lo que hubiera sucedido. En este caso sí que confundimos la memoria histórica con la personal.
    Retornar al pasado, estudiarlo, analizarlo con el fin de que no vuelva a suceder es muy bueno. Lo que no se puede hacer es modificar el pasado.
    Sobre la Transición tampoco dispongo de más datos que lo que mi memoria aporta y lo que puedo ir leyendo. Nadie, de primera mano, me contó. No fui espía, no estuve en grupos revolucionarios.
    Sin embargo, me escepticismo me lleva a no creer firmemente en nadie. Unos porque querían alcanzar el poder y otros porque no querían perderlo. De ahi, probablemente, los pactos secretos a los que llegaron unos y otros.
    Al final, me pregunto si el rey no se habría encamado con Fraga, le quitó la camisa azul y el otro el uniforme, y tenemos lo que tenemos. O si el rey pensó que mejor una democracia donde él reinara aunque no gobernara, en lugar de ser jefe de fuerzas armadas con el mismo poder que su antecesor.
    Y me he alargado demasiado.
    De cualquier forma las descalificaciones de los trolls no me molestan, leo los mensajes donde pueda aprender y sacar conclusiones.

  26. Vaya, la chusma malhablada, afectada de sus meninges siempre intentando quebrar voluntades, siempre tratando de escribir sobre el agua. Aquí estamos quienes consideramos al mundo como una amplia dimensión donde todos podemos tener opiniones, pero con respeto e inteligencia. Saludos Doñas Ana y Cafeína, mi estimado Don Miguel y respetado profesor Serna.

    !Vamos que cabrean!

  27. La memoria es una facultad personal ,que al recordar,alimenta los sentimientos .La historia es una acción que pretende trascender y llegar más allá de las personas.Pero una y otra se complementan y se potencian.Ya dije que la historia oral (que es la memoria hablada) es una fuente de la historia.
    En estos tiempos,en los que se habla y se dice mucho y se comprueba poco,la memoria,como una parte de la historia es fundamental.
    Por cierto.Les ruego que no hagan historia del insulto personal.

  28. Arnau, la tradición oral es la fuente primigenia de toda expresión histórica, es cierto. La memoria es elemento de fundamento para transmitir el legado cultural y las tradiciones. Después el soporte material ha socavado un poco la capacidad mnemotécnica y aletargado un poco cierta vena relacionada con la reflexión, optando entonces por la lenidad y la inercia de algunos. Saludos.

  29. Vaya, no sé de qué otra forma habría de tomarlo Arnau. Respeto a todos los interlocutores y los aportes que dejan en este espacio. El profesor Serna es merecedor de mi mayor consideración como historiador y como prosista. También para usted mis respetos.

  30. Supongo que ha leido el blog, D. Roderick.Ya me dirá si alguien se ha tomado en serio el artículo de D. Justo.Parece que se hubiera entablado una competición sobre como insultar al prójim@ y ser feliz.

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