Sí, viva la democracia. Me dirijo a usted para que la haga suya: para que la viva. No aludo a asambleísmos o a decisiones colectivas y directas. Me refiero a saber respetar al otro, a saber dialogar, a saber pactar. Contrariamente a lo que sostenía Carl Schmitt en El concepto de lo político (1932), la vida política no puede, no debe cimentarse en amigos y enemigos. Debe fundamentarse en la controversia civilizada, sabiendo todos que la propaganda forma parte de la persuasión; sabiendo todos que la caverna nos hace ver sombras… No te puedo sofocar, no te puedo aplastar, no te puedo exterminar, no te puedo callar.
«La forma que en política ha representado la más alta voluntad de convivencia es la democracia liberal», decía José Ortega y Gasset en un párrafo memorable de La rebelión de las masas (1929). Vale decir, la forma más sofisticada, la técnica más compleja…
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