Me entero por Elvi Nildo de la carta abierta que Antonio Caño, ha dirigido a la Redacción de El País. Qué misiva tan innecesariamente larga, de retórica tan rebuscada, de expresión tan llorona. Se lamenta Caño de que la muchachada de las nuevas generaciones no compre la edición impresa en papel. Por supuesto que los jóvenes no compran el diario en papel. Ningún periódico. Yo imparto clases en una Facultad y hace años que los estudiantes no llevan El País bajo el brazo…, salvo cuando lo regalaban durante un mes. Era ésta un táctica comercial absolutamente tonta. ¿Qué esperaban? ¿»Fidelizar» a nuevos lectores?
¿Tanto tiempo les ha costado darse cuenta de los cambios? Juan Luis Cebrián, que es un hacha, publicó un libro hace años titulado La Red. Yo lo leí. Creo que no acertó con ninguno de sus vaticinios. Por su parte, Antonio Caño, que no es exactamente un hacha, se ha dedicado a dar hachazos hasta amputar partes vitales de este gran periódico.
Ahora, a los chicos de la Redacción, les anuncia un porvenir de fábula.
Fabuloso, sí señor.