Podemos. Whishful Thinking

Lo había oído en él telediario y no daba crédito. Luego, horas después, he podido leerlo: Daniel Fernández lo reproduce en su muro y, por supuesto, numerosos medios de comunicación, también. Se trata de las palabras que ha vertido Pablo Echenique tras la primera evaluación de los resultados del 26j. Ha dicho:

Hemos decidido analizar demográficamente el resultado y, a partir de eso, hacer un análisis riguroso, un poco con el estilo científico que me gusta a mí. En este momento, nadie sabe por qué el resultado no ha sido el que daban las encuestas. Y nosotros tampoco», ha sostenido Echenique.

El pasaje en cuestión tiene aparentemente una gran altura intelectual y mucho refinamiento académico. Bien mirado, sólo es una ocurrencia, una tontada, un chiste. Produce vergüenza ajena (descarto la propia). Y refleja el grado de enajenación de ciertos científico duros y blandos, de ciertos dirigentes (también los hay en otros partidos).

Los Pablo, los Íñigos, etcétera, la van a emprender con la sociedad española estudiándola demográficamente. Para quien lo ignore, la demografía reúne datos estadísticos, los serializa y obtiene conclusiones sobe el comportamiento de la población (nupcialidad, natalidad, mortalidad, etcétera).

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Es decir, los científicos de Podemos nos van a examinar uno a uno para después presentar cuadros, tablas, porciones de tartas y lo mejor: pirámides de población (qué sería de la demografía sin las pirámides). Frente las opiniones de los dirigentes, mejor echar un vistazo a la gente, esa que no nos ha votado, dice Echenique.

Se lo explico yo a don Pablo en dos patás, no con la demografía, sino con la psicología y la psiquiatría. Han padecido un cuadro de ‘Wishful Thinking’, de pensamiento disiderativo e ilusorio. Lo que va a suceder es aquello a lo que aspiro. Todo lo que contradiga ese retrato me hace padecer un proceso de disonancia cognitiva: sólo aceptaré los datos demoscópicos que me confirmen, que corroboren la expectativa que nos hemos hecho.

La demografía no registra episodios de arrogancia y ceguera, pero la psicología y la psiquiarría, sí. La soberbia es un pecado capital, capitalísimo, que cometemos cuando somos insensibles a todo aquello que desmiente nuestras ideas grandiosas. La ceguera voluntaria es pura necedad y pura necesidad. «I Want to Believe», rezaba el cartel de Mulder en ‘Expediente X’. Quiero creer. Pues eso.

¿Qué prescripción médica es la recomendable? Realidad y Humildad. Decía T. S. Elliot que el ser humano sólo acepta la realidad es pequeñas dosis, justamente porque nos decepciona.

Creo que la arrogancia cientifista de los politólogos Iglesias y Errejón necesita un choque con la realidad. Se han dado de bruces. Y necesitan humildad, virtud del alma que se tiene o no se tiene…

También podían dimitir ambos para retirarse a un convento con el fin de hacer una cura de silencio. No caerá esa breva.

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