«Yo no concibo que alguien se ponga delante de un micrófono sin saber lo que va a decir ni cómo lo va a decir», sostiene Norma Bernad. Bernad, según indica Pablo Ximénez de Sandoval en El País, es «entrenadora de políticos de la Fundación Jaime Vera, vinculada al partido» socialista. Esta experta observa con admiración lo hecho por Obama y por McCain. Ambos «habían preparado meticulosamente sus discursos, la entonación, las historias que contaban, el contenido emocional…». ¿Qué elementos debería reunir un buen discurso político?, pregunta el periodista a la experta. Además de que pueda leerse en un teleprompter o en unas notas que el candidato lleve, debe ser «comprensible y memorizable». El discurso ha de permitir al político «contar historias, que es lo que lo hace recordable, contar una idea a través de los hechos y personificarlos». Regresamos, pues, a la cuestión dominante que en este blog venimos tratando: el fenómeno del storytelling.
Emociones creíbles. Pero, atención, las historias emocionales que condensan valores y sentimientos comunes han de ser aceptadas. Un relato que provoca incredulidad o rechifla es, sin más, una narración fracasada. «En España», dice Ximénez de Sandoval, «no nos creemos a los políticos cuando se ponen emotivos». ¿Ejemplos? La niña de Rajoy. «La niña de Rajoy provocó más risas que suspiros», añade el periodista. Parecía una historia cursi, pero sobre todo la gente adivinaba la irrealidad del caso. Los espectadores mostraron, en efecto, su incredulidad. ¿Y cómo se suspende la incredulidad del público? Haciendo propia la historia, no inventándose a un personaje: ni la niña de Rajoy ni Joe el Fontanero, que McCain convocó, son figuras fiables. O bien son inmateriales, es decir, carecen de entidad real y, por tanto, son condensación de individuos posibles, un retrato robot: sólo o todo un personaje. O bien son personas de carne y hueso que no tienen exactamente las propiedades que se les atribuyen, razón por la cual bien pronto son desvelados o descubiertos.
Agnición. La agnición es el proceso de revelación de una identidad confusa. Lo utilizan los narradores para destapar finalmente a un personaje que teníamos mal identificado. Es un modo de provocar un efecto postrero, un efecto que obliga a reinterpretar la historia previa que creíamos conocer. La chica de baja sociedad era, a la postre, hija de una familia distinguida. El muchacho menesteroso era, felizmente, un príncipe que ignoraba serlo. Esa revelación –que puede ser momentánea o paulatina– mejora al tipo con quienes nos hemos familiarizado dentro de una ficción. Aceptamos el mecanismo porque nos sabemos dentro de una ficción, precisamente. En cambio, en la niña de Rajoy o en Joe el Fontanero, el proceso es inverso: los candidatos nos hablaban de personas presuntamente reales que sólo eran verosímiles o que eran excesivamente simbólicas. No toleramos lo verosímil cuando estamos en un discurso verdadero, pues esa operación rompe el pacto fiduciario que se establece entre quien cuenta la historia y quien escucha. Nos sentimos defraudados: nos toman por niños. Cuando nos cuentan un historia verdadera, tampoco toleramos la recarga simbólica de los individuos reales, hasta condensar en ellos virtudes generales, vagas: esa operación los convierte en previsibles, aquejados de un simbolismo manifiesto, excesivo. La gente adivina que son espejo sin espesor.
Obama. En Obama, las personas de sus libros están concebidos como si fueran personajes de ficción: es más, «algunos de los personajes que aparecen son mezcla de gente que he conocido», advierte el presidente electo en un pasaje que aquí reproducíamos días atrás. A pesar de esa ficcionalización, Obama ha conseguido que le acepten; ha logrado que sus públicos se rindan ante su palabra dicha o leída. ¿Por qué razón? Son numerosos los factores, pero sin duda sus preparadores y él mismo han tenido en cuentan los numerosos factores que intervienen en una elección y en una aceptación. El principal: asumir un liderazgo enérgico y compasivo, afectar sinceridad expresiva, mostrarse él mismo como un afortunado cruce de rasgos distantes o de aleación improbable, un personaje que ha debido experimentar su propia agnición ante los lectores, ante los espectadores, para convertirse en la persona que se presenta. En Los sueños de mi padre, el progenitor es un tipo evancescente, impreciso, oscuro, en parte indescifrable, alguien de quien sólo sabremos por las versiones que de él se han repetido o por los relatos que de él le han contado al hijo. Hay en el hijo un rencor medido, perfectamente comprensible para toda persona que se sienta abandonada… Pero la agnición, el descubrimiento de la verdadera identidad del padre, salva al hijo del puro resentimiento: la obra consigue así hacer creíble al tipo que narra, alguien que no escribe lacerado, sino salvado. Salvado para América.
Partit Socialista del País Valencià. Bien, ahora la historia de una promesa ha de materializarse en una ejecutoria concreta. Será entonces cuando convenga releer las obras de Obama. Será entonces también cuando convenga examinar los perfiles y los trazos del personaje. Mientras tanto regreso al Partido Socialista, incluso al Partit Socialista del País Valencià, que tiene un serio problema de liderazgo. «En el PSOE, por ejemplo, a los candidatos de las autonómicas y municipales, y algunos diputados, se les da un cursillo de tres días sobre estos temas», dice Ximénez de Sandoval. «Y alguno pone problemas para venir tres días», se lamenta Norma Bernad. ¿Sólo tres días? Creo que en una sociedad mediática el acto público es sobre todo una escena con personajes que han de ser creíbles, convincentes, con sus papeles bien aprendidos. Han de entusiasmar, despertar el interés, persuadir con la palabra, con los gestos. Por ejemplo, creo que en el PSPV falta un liderazgo acorde con la sociedad mediática y, aunque no quieran fijarse en Obama, los socialistas valencianos no deberían presentarse improvisando. Hay que deshollinar, cierto, pero hay que salir para crear el marco de su discusión externa; hay que asumir y contar historias emocionales bien narradas en las que puedan creer los destinatarios que votarán; pero sobre todo hay que presentar a un lider enérgico y compasivo, alguien que muestre sus laceraciones, esas que lo humanizan y lo salvan finalmente. Así de claro lo digo.
—————
Otra historia que contar
A. Unos instantes de publicidad…
Presentación de Héroes alfabéticos.
Día: 26 de noviembre.
Lugar: Casa del Llibre de Valencia.
Hora: 19:30 horas.
Lea la noticia en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
Lea la noticia en la Casa del Libro
B. Mi mejor lector
Miguel Veyrat me escribe aquí. Le deseo las buenas noches y le doy la bienvenida tras su reincorporación al blog. Me ha sorprendido mucho la afirmación que hace sobre mis escritos y sobre mi libro: «Por otra parte he de decir que disfrutado enormemente de la lectura del libro de Justo Serna, como ya es habitual desde que leo sus escritos de todo tipo, aunque lamento la pésima edición que los servicios editoriales de la Universidad pública de Valencia ha prepetrado», sostiene.
Si me permiten, yo no lo vería así. Me parece que en ambos casos Miguel exagera: ni yo soy tan bueno, ni la edición de mi libro es pésima. Ni mucho menos. En todo caso, mi nivel es normal y el nivel de PUV es equivalente al de tantas editoriales españolas. Desde luego, Miguel, una afirmación de ese tipo, pronunciada así, a bote pronto, no me alegra, no me beneficia y no me ayuda. Sé que no quiere infligirme dolor alguno. Pero no veo razón para hacer una afirmación tan tajante, tan expeditiva, sobre la edición, una generalización injusta sobre la obra que me hace revivir el momento final de su confección.
Todo libro tiene fisuras o hendiduras. Éste, en particular, tiene alguna laceración que provoca incomodidad. Adivinen cuál puede ser esa laceración. Un amiga, sabia lectora y profesora de literatura, me ha prohibido solazarme en la herida posible, insistiéndome en que el volumen es magnífico. «Te prohíbo –permíteme que lo diga así– la menor referencia en la presentación del libro a un hecho tan minúsculo que sólo ves tú y que podría servir para desviar la merecida atención que merece tu esfuerzo», apostilla. Yo le agradezco esas palabras, claro, que son un lenitivo.
Pero creo que debo aclararles algo del contexto del volumen. Es un libro cuya edición final, las últimas etapas, me sorprendieron atendiendo permanentemente a mi padre –a él y a mi madre, por cierto, les dedicó el volumen–; las últimas tareas «autoriales» que a mí me correspondían las completé pocos días antes de su muerte, cuando yo no me resignaba al evidente deterioro que padecía mi mejor lector. Yo corregía mientras me angustiaba por su estado. Digo todo esto sin buscar indulgencia, sino para entender la circunstancia final. Yo quería que mi padre alcanzara a leer el libro, quería que llegara, pero, como dije aquí, «mi padre no me lee«, mi padre ya no leía ni me leía, sumido en un estado de quiebra absoluta. Recuerdo que aún le propuse una lectura fragmentada, también con hendiduras y dolor: la de Enrique Vila-Matas. Ya no pudo ser.
Felicitaciones por el libro STOP Espero a las vacaciones de Navidad para proceder a lectura STOP Informaré de las impresiones y los efectos STOP
Abrazo
serna a quien le interesa tu opinión sobre el pspv???!!!
Sin duda hay mucho de interpretación en los actos, los gestos y los discursos de los políticos. Hacen enormes esfuerzos por llegar al espectador/ciudadano, por lograr indentificarse con él/ellos/ella/ellas. En principio esto no tendría nada de malo si no fuera porque… la cosa raras veces pasa de ahí. Los espectadores/ciudadanos valoramos la imagen y el discurso ignorando el contenido y los actos, que es lo que en el fondo verdaderamenre importa… Paro que me disperso…
Sin embargo, pienso que el perfil de los políticos ha cambiado mucho en los últimos años. El tipo de político que primaba antes (en apariencia) era un personaje responsable y cultivado, con liderazgo, con seriedad y dedicación, con vocación de servicio. La gente votaba al candidato que consideraba más preparado, al que veía más capacitado para dirigir un país y afrontar todos los retos que salireran a su encuentro (creo que es ese sentido en el que Obama parace un político de los de antes) . Ahora las cosas están cambiando. Si antes se votaba a alguien que estaba, por así decirlo, por encima de la media de la ciudadanía, en la actualidad el criterio ha cambiado. Las cualidades de las que antes hablaba se disimulan, y se resaltan otras vinculadas a la simpatía, el campechanismo, la simpleza, la estulticia etc. Lo que el político y sus asesores quieren es buscar la identificación con la ciudadanía no siendo el reflejo de lo que cada uno de nosotros podemos llegar a ser, sino intentando reflejar lo que somos. No se si me explico. Quieren parecerse a la ciudadanía igualándose a ella por abajo. Entonces la pregunta sería: ¿Por qué hemos pasado de reivindicar a políticos (en apariencia) preparados, cultos, serios y formados a otros que representan (en apariencia) justamente los valores contrarios? Pero si fuera solo ése el problema… piensen en Pallin (la de Alaska), en Bush, en Berlusconi, en Esperanza Aguirre… podríamos seguir, que cada vez hay más. Esos personajes no interpretan (o al menos interpretan mucho menos en relación a los Zapatero, Rajoy, Obama o McKain o Gordon Brown). Esos personajes no buscan identificarse con sus votantes, no buscan parecerse a ellos, sino que SON como la gente que les vota, como la gente que les apoya. Ese es el cambio fundamental, esa es la tranformación esencial que se están dando en la política actual. Creo que sólo así y con un poco de psicoanálisis, se puede entender todo esto. (Teoría que no desarrollaré por respeto al señor Kant, pues no deseo que me vuelva a retar a duelo :-) Sólo así se pueden entender las victorias y permanencias de Sarkozy , de Berlusconi, de Esperancita y, por qué no, la de Camps y Barberá en Valencia. En ese sentido que el PSPV-PSOE piense muy bien qué tipo de líder quiere. Perdón por la extensión
Antes que nada, justificar mi ausencia durante un par de semanas empleadas en leer a fondo los libros presentados este año al premio Stendhal de Traducción que otorga la Asociación Colegial de Escritores y Traductores de España (ACETT). Como ganador del pasado año formo parte del jurado y he creído mi deber consagrarme por entero a esa tarea. ya las neuronas me an para muy poco más.
Por otra parte he de decir que disfrutado enormemente de la lectura del libro de Justo Serna, como ya es habitual desde que leo sus escritos de todo tipo, aunque lamento la pésima edición que los servicios editoriales de la Universidad pública de Valencia ha prepetrado.
En cuanto al tema de hoy, sencillamente creo que los políticos deben contar a sus posibles electores la pura verdad; si no es así de nada vale «enseñarles» a ppner caritas de bueno o inventar historietas creíbles o no. ¿A qué estamos jugando? Bueno, sí, ya lo sabemos todos: estamos jugando.
Querido Alejandro: dos cuestiones.
La primera, que lo que cambia (a peor) es el mundo (globalmente) y no sólo (que también) los políticos.
La segunda: la falta de liderazgos actual se debe -digo yo, sin sentar cátedra- a que los posibles líderes se inhiben de la política, hartos de predicar en desierto.Esto produce un efecto perverso: llegan a los puestos clave gentes absolutamente mediocres, aupadas por votos igualmente mediocres (o más) y estos pseudolíderes eligen para los puestos bajo su responsabilidad a aquellos que no pueden hacerles sombra, que además es lo único que tienen en sus «canteras», e voila!, ahí tiene usted una colla de ineptos dirigiendo la política.
¿Sabe usted cómo se llama eso? Pues se llama «La selección adversa en los partidos» (Belén Barreiro, El País, 4/7/03)
«La selección adversa en los partidos»
¡Buenas noches, don Miguel! Ya sabía yo que estaría embebido en alguna tarea importante, mientras nosotros seguimos con la cháchara.
Su post ha entrado mientras escribía el mío, en el que contestaba a don Alejandro Lillo. Por cierto, he tenido la ocurrencia de poner un enlace al artículo al que hago referencia, pero ¡oh, desilusión!, cuando pinchas aparece una pantalla que dice: «Sorry, but you ar looking for something that isn’t here».
Y, como además de ser analfabeta en informática, también lo soy en inglés (¡ya me vale, ¿no?) rogaría a algún angloletrado que me dijera que la frasecita no significa «lo siento, pero está usted loca de vez en cuando».
Ay Marisa, es usted la monda! como dice Kant.
Don Justo: Totalmente de acuerdo. Hay que mostrar la debilidad. Es lo único creíble, pero para mostrar la debilidad hay que tener la grandeza de habérsela reconocido antes…y claro… ya se sabe.
Don Alejandro. A pesar de que esto desate las iras del Sr. Kant (yo eso ya lo asumo de principio…) haré una aportación a su reflexión que surgió el otro día en mi sesión con mi analista (sí, he vuelto al psicoanálisis…pues aguantar el ritmo de la política, a los varones que se dedican a corregir y dar consejos a las señoritas…etc, etc) era demasiado duro… reconozcamos la debilidad….
Bueno, pues le diré que el otro día mi lúcida analista me hizo la siguiente reflexión: Ya no importan tanto los líderes como los slogans, por eso Obama se ha puesto bajo de un slogan. Eso tendría que ver con la muerte del padre y la proclamación del imperio de la escucha, en una sociedad que ya no cree en los grandes discursos cerrados, ni en los salvadores de la patria, sino en hombres y mujeres corrientes, que aún estando preparados, saben escuchar…Porque el slogan es un acto de comunicación…
Pues nada más que esta pequeña provocación. Buenas noches.
¡Ya lo echaba en demasiada falta, don Miguel! Bienvenido, bienvenido.
La cuestión del liderazgo que plantea don Justo es, a mi humilde parecer, la cuestión clave en un país como España en donde el sistema político se armó para evitarlo. De ahí que sus disquisiciones, don Alejandro, que prácticamente suscribo por completo, considero que sólo adolecen de contemplar ese aspecto. No son comparables, así, la sra. Palin, que llegó a ser gobernadora ganándose a sus electores – ella es el “producto” que sus electores “compran”, el partido se limita a ser un mero “distribuidor” de aquel – con la sra. Aguirre, que llegó a ser presidenta por ser cabeza de lista de un partido; acá el “producto” es el partido y el cabeza de lista – que no el líder – un simple aditamento decorativo más o menos gracioso.
Ese es el problema que tan bien señala doña Marisa. El partido – la organización burocrática – se nutre de elementos humanos mediocres, pusilánimes y grises, la antítesis de un buen liderazgo, ergo su función – sancionada por el sistema electoral partitocrático – les permite y les impele a acabar con quienes pudieran ser brillantes, audaces y luminosos.
Por otra parte, don Alejandro – y bromas psicoanalíticas aparte – la psicología de las organizaciones y el trabajo y la parte de la sociología que se ocupa del mismo segmento de conocimiento ya investigan y desarrollan análisis de los partidos políticos, el problema de España es que, instalados en esa partitocracia, por demás arcaica, desconectada de la sociedad y proclive a convertirse en una conjura de necios cada vez que a alguien de su propio seno se le ocurre algo brillante (¡no digamos si es de fuera!), la posibilidad de cambios substanciales es muy limitada porque todo cambio genera miedos y el miedo inmovilidad. Nuestros partidos están paralizados – y algunos fosilizados – desde hace décadas y así seguirán hasta que algo o alguien rompan con esa dinámica en base a imaginación – la primera victima de la política actual – inteligencia – la segunda víctima – y esperanza… ¡cáspita! como dice el sr. Obama!… que suele ser confundida con la fe, o sea, con el creer sin ver.
Bienvenido de nuevo Miguel. Justamente esta tarde me preguntaba por tu reciente ausencia. Y una matización. No puedo hablar muy objetivamente de PUV (Publicacions de la Universitat de València) por muchas razones, pero por más que haya algun error concreto de edición (tengo el libro y me consta que lo hay), creo que tampoco es tan grave como para decir que es una pésima edición. Está claro que al autor le fastidia (a todos nos ha pasado, mi primer artículo publicado precisamente por una revista de PUV tenía una errata de las buenas), pero te digo porque lo sé y me consta, que PUV no tiene para nada fama de editar mal los libros, más bien al contrario. Es la mejor editorial universitaria de España, la que más publica y la que más libros traduce al castellano y al catalán.
Respecto al post, si yo fuera del PSPV intentaría hablar con gente del Partido Demócrata en España, para aprender algo de Obama. Pensaba que del último Congreso saldría un líder sólido y consolidado, pero no es esa la impresión que me ha dado. Alarte se merece un voto de confianza, pero le escuché una entrevista en la SER poco después de su elección y mucho entusiasmo no me transmitió esa es la verdad. Quedan tres años para las autonómicas, pero si no se pone las pilas…
¡Hola, Paco! Tampoco usted se prodiga mucho, amigo mío. Y menos en persona. Si hubiera usted venido el martes pasado a Blanquerías, hubiera podido ver que hay gente dispuesta a «ponerle las pilas» a Alarte y a quien haga falta, con tal de que el conejito no se pare. Gente que invierte tiempo, esfuerzo, compromiso, empeño, voluntad de servicio… y más cosas de las que, realmente, no andamos muy sobrados, pero como nosotros «volem i podem»… ¡pues eso!
Mi mejor lector
Miguel Veyrat me escribe aquí. Le deseo las buenas noches y le doy la bienvenida tras su reincorporación al blog. Me ha sorprendido mucho la afirmación que hace sobre mis escritos y sobre mi libro: «Por otra parte he de decir que disfrutado enormemente de la lectura del libro de Justo Serna, como ya es habitual desde que leo sus escritos de todo tipo, aunque lamento la pésima edición que los servicios editoriales de la Universidad pública de Valencia ha prepetrado», sostiene.
Si me permiten, yo no lo vería así. Me parece que en ambos casos Miguel exagera: ni yo soy tan bueno, ni la edición de mi libro es pésima. Ni mucho menos. En todo caso, mi nivel es normal y el nivel de PUV es equivalente al de tantas editoriales españolas. Desde luego, Miguel, una afirmación de ese tipo, pronunciada así, a bote pronto, no me alegra, no me beneficia y no me ayuda. Sé que no quiere infligirme dolor alguno. Pero no veo razón para hacer una afirmación tan tajante, tan expeditiva, sobre la edición, una generalización injusta sobre la obra que me hace revivir el momento final de su confección.
Todo libro tiene fisuras o hendiduras. Éste, en particular, tiene alguna laceración que provoca incomodidad. Adivinen cuál puede ser esa laceración. Un amiga, sabia lectora y profesora de literatura, me ha prohibido solazarme en la herida posible, insistiéndome en que el volumen es magnífico. «Te prohíbo –permíteme que lo diga así– la menor referencia en la presentación del libro a un hecho tan minúsculo que sólo ves tú y que podría servir para desviar la merecida atención que merece tu esfuerzo», apostilla. Yo le agradezco esas palabras, claro, que son un lenitivo.
Pero creo que debo aclararles algo del contexto del volumen. Es un libro cuya edición final, las últimas etapas, me sorprendieron atendiendo permanentemente a mi padre –a él y a mi madre, por cierto, les dedicó el volumen–; las últimas tareas «autoriales» que a mí me correspondían las completé pocos días antes de su muerte, cuando yo no me resignaba al evidente deterioro que padecía mi mejor lector. Yo corregía mientras me angustiaba por su estado. Digo todo esto sin buscar indulgencia, sino para entender la circunstancia final. Yo quería que mi padre alcanzara a leer el libro, quería que llegara, pero, como dije aquí, «mi padre no me lee», mi padre ya no leía ni me leía, sumido en un estado de quiebra absoluta. Recuerdo que aún le propuse una lectura fragmentada, también con hendiduras y dolor: la de Enrique Vila-Matas. Ya no pudo ser.
Don Justo, yo no tengo todavía su libro. Pero puede estar seguro de que lo leeré con todo mi cariño, segura de encontrar placer en sus palabras, como siempre. No creo que ni me dé cuenta de esos fallos editoriales, porque todo mi interés se centrará en sus palabras, como siempre.
Sé que son momentos difíciles para usted, pero sepa que está acompañado, que quienes le queremos y respetamos su dolor, estaremos también con usted en ocasión más alegre, para brindar por el éxito de su libro. Hasta entonces, no se me deje amilanar por banalidades como las erratas, o defectos de impresión, o por zarandajas varias.
¡Salud y éxito! Y muchos besos.
Gracias, Marisa. Le debo un ejemplar. Aunque me arruine regalando a los amigos. Le debo un ejemplar.
Esperaba a la presentación de Héroes alfabéticos para comprarlo allí mismo, pero parece que ya está a la venta, a no ser que todos los que lo han leído de aquí, lo hayan recibido del propio Justo. Mañana intentaré conseguirlo y las erratas… A mí Las Meninas me da igual que tengan un marco mejor o peor.
Ya que he venido aquí, aprovecho para mostrar mi asombro por algo que vengo leyendo con frecuencia y que no pensaba comentar. Varios de ustedes están preocupados por el frecuente decaimiento de Justo y me parece inconcebible. Justo acaba de perder a su padre ¿Cómo quieren que esté? Sí, querer, queremos todos que esté maravillosamente, pero es que no puede ser. Demasiado bien trata de estar. Es necesario tiempo, muchísimo más tiempo para asumir una catástrofe semejante, para acostumbrarse a vivir con ella, que es a lo más que se puede aspirar, a no tener mala conciencia por sonreír un día y lo mejor que puede hacer es lo que hace, demostrar su dolor. Me indigna ese afán que hay, cada vez más, de distraer al doliente, de empeñarse en que salga, en que se anime, de empeñarse en que la vida sigue, cuando nosotros decidimos que ya va estando bien. Naturalmente que la vida sigue, pero dejen a cada uno su tiempo y no se empecinen en mandar psicólogos y medicinas a quien se le acaba de matar un hijo en un avión, que lo más natural es que esté enloquecido de dolor y es bueno que lo esté, caray. ¿No ven que hasta la enorme alegría de un nuevo libro, está completamente obscurecida por su pena?
¿Qué voy a decir? Siento muchísimo haber causado el dolor que explicita Justo. No puedo alegar que desconocía la pena que le embargaba mientras corregía, pero sí que no refería en absoluto a las posibles erratas que contenga la edición, que he ignorado con la vieja sabiduría de lectr que leva a saltárselas casi sin querer. Mi apreciación era solamente estética. El libro como objeto. No su contenido. Quizás un exceso de confianza con nuestra fraternidad gozosa me haya llevado a expresarme con demsiada sinceridad. ¿Qué voy a decir? Que lo siento, y que por supuesto no era mi intención causar más pena a mi amigo entrañable, que él sí, es mi mejor lector.
Y que conste ue lo he leído. Y me ha gustado mucho. Y lo he prestado a otras personas para que se vayan enterando.
Por cambiar de tema, y sin traicionar el interés del post de hoy, os remito el texto que me envía un conocido novelista español y miembro de la dirección de la prestigiosa ACE (Asociación de Escritores españoles) y que modifica sustancialmente la información que se ha repartido sobre la querella que ha enfrentado al poeta García Montero con un compañero suyo de la Universidad de Granada.
Los hechos son los siguientes. Un oscuro profesor revisionista de la Universidad de Granada llamó “fascista” a García Lorca, asegurando además que “lo habían matado por maricón”. Sin pensárselo dos veces, uno de los “nuestros”, el laureado poeta Luis García Montero, salió valientemente en defensa del genio granadino fusilado en 1936, en defensa de la memoria histórica, de la libertad de expresión y de los más altos valores compartidos por todos los que nos consideramos de izquierdas. Su coraje cívico y su conciencia política lo convirtieron entonces –como ha ocurrido tantas veces a lo largo de la historia- en objeto de una intolerable persecución legal. Denunciado ante los tribunales por el oscuro profesor revisionista, un juez de dudosa filiación ideológica, rescoldo superviviente de los aparatos del franquismo, condenó a Luis García Montero, el cual se vio obligado además a renunciar a la docencia universitaria. Inmediatamente, todos los medios de comunicación se hicieron eco de la noticia, escandalizados por este atropello contra la libertad de expresión, y una espontánea campaña de solidaridad se puso en marcha para denunciar el acto de barbarie y manifestar su apoyo al poeta condenado. Su última clase en la facultad de Granada, el pasado viernes, se transformó en un emocionante acto de desagravio y homenaje; durante el mismo se leyó el comunicado redactado por la Plataforma de Apoyo creada al efecto y que han firmado ya 4.000 personas, entre ellas –para marcar la dimensión internacional del escándalo- Ernesto Cardenal y Juan Gelman.
Estos son los hechos. No. Esta es una narración mitológica construida desde El País, repetida de manera enteramente acrítica por medios nacionales y locales de toda España y sincopada por la noble credulidad de grupos y personalidades de izquierda que han servido a su vez de excipiente y legitimación de esta bonita e inexacta historia. Un relato bastante minucioso de la misma puede encontrarse en “Luis García Montero y José Antonio Fortes: información contra manipulación (o el insulto justificado)”, de Matías Escalera Cordero <http://www.rebelion.org/noticia.php?id=75355> , por lo que aquí nos limitaremos a un breve resumen. Dos profesores de la misma universidad, los dos especialistas en literatura, los dos expertos en Lorca, mantenían desde hacía años una relación pugnaz en la que se mezclaban –como ocurre tan a menudo en nuestras facultades- las diferencias ideológicas, las literarias y las personales. Hace dos años, uno de ellos, Luis García Montero, insultó al otro, José Antonio Fortes, en una reunión de departamento cuyas asperezas el primero trasladó a un foro donde el segundo no podía seguirle y donde no podía defenderse: la edición andaluza de El País, en la que García Montero publicó el 14 de octubre de 2006 un artículo titulado Lorca era un fascista <http://www.elpais.com/articulo/andalucia/Lorca/era/fascista/elpepuespand/20061014elpand_5/Tes> , un texto muy bronco y visceral en el que, entre otras cosas, llamaba “tonto indecente” y “profesor perturbado” a José Antonio Fortes y en el que acababa pidiendo la intervención de la Universidad de Granada contra sus “disparates”. Sintiéndose agredido e indefenso, Fortes acudió a los tribunales, los cuales le dieron la razón el pasado día 11 de noviembre, condenando al profesor García Montero a multa e indemnización (1.800 y 3.000 euros respectivamente) por un delito de injurias graves con publicidad.
Como ni los medios ni los ingenuos solidarios se han tomado la molestia de la más somera investigación, quizás conviene aclarar que José Antonio Fortes no es un “oscuro profesor revisionista” ni ha llamado a Lorca “fascista” ni, desde luego, ha justificado su asesinato porque fuera un “maricón”. Es un crítico y escritor de formación marxista del que podemos leer unas interesantes reflexiones en la muy izquierdista revista Youkali <http://www.youkali.net/2a7interwieuFortes.pdf> e incluso algún que otro texto en las páginas de Rebelión <http://www.rebelion.org/noticia.php?id=23770> . Sus críticas a Lorca, publicadas originalmente en la revista no digital El nudo de la Red pueden leerse además en la revista de cultura cubana La Jiribilla <http://www.lajiribilla.cu/2005/n194_01/194_20.html> , y forman parte de un controvertido, pero minucioso, erudito y riguroso análisis del “populismo literario” desde la perspectiva de clase; es decir, como instrumento despolitizador de las confrontaciones sociales y, por lo tanto, como aliado objetivo de la burguesía capitalista. Para Fortes, los temas lorquianos por excelencia –la madre, los gitanos, el pueblo, la raza, la sangre, la sexualidad reproductora, el irracionalismo- se inscribirían dentro de este marco populista antimarxista. En medio del absoluto silencio mediático sobre la figura y la obra de Fortes, identificado siempre como “revisionista” (por oposición al “izquierdista” García Montero), es necesario acudir a algunos comentarios de los lectores en los bajos de una muy poco profesional noticia de Público –pues asume con naturalidad la narración mitológica- para encontrar un poco de información al respecto (Ver García Montero, condenado por injurias, deja la universidad <http://www.publico.es/espana/173367/garcia/montero/penadopor/injurias/deja/universidad> ). Pero hay que alejarse del ruido de los medios, para poder leer un comunicado bastante esclarecedor (acerca de las posiciones teóricas de Fortes) firmado por algunos de sus alumnos: Acerca del enfrentamiento entre José Antonio Fortes y Luis García Montero. Pensar la literatura <http://www.rebelion.org/noticia.php?id=75983> .
En cuanto al juez Miguel Angel Torres, se ha limitado a aplicar la misma doctrina penal que tanto justo alborozo nos produce cuando condena hasta cuatro veces a Jiménez Losantos por sus intolerables exabruptos injuriosos. No sabemos cuál es la ideología del juez, pero la sentencia que condena a García Montero nos parece difícilmente objetable desde el punto de vista del derecho vigente, el cual considera, más allá de las valoraciones sobre Lorca, que la justicia debe garantizar a la libertad de expresión el derecho al intercambio de opiniones y no al linchamiento público e impune de un rival. Como “hechos probados”, el texto de la sentencia recoge la decisión de Luis García Montero, tras su agresión verbal a Fortes en la reunión del departamento el 20 de septiembre de 2006, de “continuar su enfrentamiento en varios medios de comunicación mediante la publicación de entrevistas y artículos de opinión”, reproducidos parcialmente por otros medios y periódicos, entre los que la sentencia cita Ideal, La Opinión de Granada y ABC. Respecto de la agresión verbal en la reunión del departamento (en la que García Montero llamó a Fortes “hijo de puta, cretino, mequetrefe, sinvergüenza, cabrón”), el juez Torres recuerda la diferencia entre la libertad de expresión y el insulto. En cuanto al artículo publicado en El País el 14 de octubre de 2006, la sentencia señala que “es más que dudoso que para defender a Lorca se tenga que insultar al profesor Fortes y descalificarlo”; y llama la atención sobre el hecho curioso de que “el artículo comience y termine defendiendo la libertad de expresión y que a su vez pida que se tomen medidas contra el profesor Fortes por lo que dice o piensa”.
Las tesis literarias de Fortes son sin duda cuestionables y quizás merezcan una amplia y sesuda respuesta por parte de historiadores y críticos de la literatura en el marco de debates académicos y publicaciones especializadas. No parece que la sentencia del juez Torres impida este tipo de respuestas: reconoce, al contrario, que García Montero está “legitimado para criticar las clases y las ideas del señor Fortes”, “mostrar su abierto desacuerdo con su compañero de Departamento” y utilizar para ello El País o cualquier otro medio público; le invita a “defenderse en los tribunales, en los medios de comunicación y mediante su talento para la palabra y la escritura”. Lo que le censura es “utilizar en público el insulto y la descalificación y aprovechar que publica sus opiniones en un importante medio escrito para insultar al señor Fortes”. La sentencia no cuestiona el derecho a la libertad de expresión del acusado: ni expulsa a García Montero de la universidad, para lo que no tendría competencias, ni le prohíbe seguir escribiendo ensayos sobre García Lorca o contra José Antonio Fortes. Se limita a imponerle una modestísima pena por haber menoscabado el ámbito de la libertad de expresión rebajándolo a puro vehículo de manifestaciones injuriosas o vejatorias sin relación con “las ideas u opiniones” expuestas (de acuerdo con las sentencias del Tribunal Constitucional de 20 de enero de 2002, 26 de febrero de 2001, 25 de mayo de 2000 o 17 de enero de 2000).
Las tesis literarias de Fortes pueden legítimamente no gustar o incluso molestar. Pero lo que desde luego resulta más que cuestionable, en el orden moral y en el político, y no sólo en el jurídico, es la decisión de García Montero de trasladar una rivalidad literario-personal a un ámbito público (el de ciertos medios de comunicación) desde donde puede atacar acorazado y sin respuesta, así como el comportamiento de esos mismos medios que utilizan su monopolio del relato para, una vez más, traicionar los más elementales principios de la deontología periodística.
García Montero y El País (con sus metástasis en otros medios, incluido el decepcionante Público, que titulaba una noticia del 20 de octubre con un majestuoso “El poeta García Montero, a juicio por defender a Lorca”) han convertido un insignificante conflicto privado en un caso político. O mejor: en un ejemplo de manual de manipulación informativa. Es esto, y no las causas privadas o literarias del contencioso, lo que exige de la izquierda una respuesta y una denuncia. No es la figura de Lorca ni la memoria histórica ni la libertad de expresión lo que están en juego en este asunto sino la suplantación total de la realidad por parte de esos grandes medios de comunicación que pueden convertir a las víctimas en agresores sin la menor resistencia y convencer a miles de personas de la bondad de una causa injusta. A muy pequeña escala –y por eso es un ejemplo- es lo que ocurre todos los días cuando esos mismos medios nos hablan de Iraq, de Palestina, del País Vasco, de Venezuela o de la crisis económica global. Pero si frente a estos temas la izquierda y sus intelectuales siempre han demostrado un loable nivel de alerta y desconfianza preventiva, en este pequeño caso ejemplar han demostrado una credulidad tan aparatosa como el ejercicio de manipulación de que han sido víctimas. No sabemos quién es más de izquierdas, si García Montero o Fortes; lo que sí sabemos es que es más de izquierdas –porque es sencillamente más honesto y justo- denunciar lo que ha hecho García Montero aupado por el grupo PRISA, que denunciar lo que no ha hecho José Antonio Fortes, al que no han dejado ni siquiera defenderse. Por eso nosotros queremos denunciarlo aquí.
Sentencia íntegra (en formato pdf – 13 Mb) <http://www.rebelion.org/docs/sentencia.pdf>
¡Qué alegría volver a leerle, don Miguel! ¡Qué alegría! ¡Y con qué ímpetu ha regresado! Le he echado de menos todos estos días.
Doña Marisa, doña Berta, señor Kant y señor Paco Fuster: comparto todas sus correcciones… aunque alguna matización tendría que hacer al respecto (como se que todos ustedes la harían a las mías, por eso me encanta todo esto). Ustedes me disculparán, pero no sé si tendré oportunidad más adelante, que ando liadillo. Saludos.
Gracias a todos, y sobre todo a Justo por su comprensión. Me pregunto si sería posible que él consiguiera que salieran publicados los enlaces a los que remite el texto de Antonio Gómez Rufo, que ese es el nombre de mi corresponsal, y que prueban de modo muy fehaciente lo afirmado por él. Concreamente la sentencia en pdf. del juez Torres y los artículos de Rebelión. Gracias. Lo siento por García Montero, a quien yo mismo había mostrado imprudentemente pronto mi solidaridad con un par de email.
Enhorabuena por la publicación de su libro. No me interesa mucho el tema de las novelas pero lo leeré. A ver que tiene de psicoanálisis!
En efecto, don Migue, es una desviación del tema del “post” pero considero muy oportuna la extensa nota – es de esas que por más largas que son siempre te parecen cortas y apresuradas por la exigencia de brevedad de un “blog” – que nos hace llegar sobre el asunto “Montero, Fortes y Lorca”. Me ha dejado de una pieza porque la versión que me llegó fue la “oficial” del “progresismo” – en mi caso y dado mi aislamiento, a través de la SER – y, claro, dista muy mucho de cuanto nos apunta. Ni que decir tiene que no me cabe duda de en quién fiar.
Y volviendo al tema, me gustaría recomendar a quien estuviese interesado en los desarreglos “psicológicos” de las organizaciones, un librito de los srs. Kets de Vries y Millar titulado “La organización neurótica” (Editorial Apóstrofe, 1993) les reproduzco su publicidad: “Análisis de los diversos síndromes neuróticos que se producen en la empresa (con atención particular a las formas paranoide, compulsiva, dramática, depresiva y esquizoide) y de su incidencia en la planificación, la toma de decisiones y la organización”.
Independientemente de las chanzas que hemos tenido en el “blog” con el tema, en concreto este volumen, orientado al mundo de la empresa – y por eso desprovisto de apriorismos ideológicos –, le vendría muy bien a quienes estuvieran reflexionando sobre la parte estructural del PSOE en el PV. No les digo – que algún “ViP” es de un susceptibles que ya, ya.. – que ahí esté reflejado su Partido – aunque podría afirmarlo, claro :-) – pero, igual, si se lo leen – es muy breve – pueden obtener suculentas ideas para crear sus propias propuestas y/o entender los desajustes organizativos de su Partido más allá de las personas y de las ideologías de ir por casa que, en ocasiones, exhiben sin rubor (comparto por completo las sensaciones del sr. Fuster respecto a la entrevista del sr. Alarte).
Encima, en “París Valencia” están saldando a precios ridículos – o eso me dijo un amigo que me lo trajo a Corona ayer mismo – la colección “Clásicos del Management” de la editorial antes citada, así que pueden encontrarlo aún (después se descataloga y si te he visto no me acuerdo…) y a tan solo dos euritos.
¡Sapristi, sr. Veyrat! se me fue el dedo no sé donde y le puse «don Migue» como el personaje de Romeu, perdón, quise decir don Miguel, claro.
Me encanta Migue, así me llamaba una hermana mía de pequeño. Mientras no me llame Micky o alguna de esas cosas, vale. Abrazos :-)
Señor Kant, como supongo que su «indirecta» no va dirigida a mí, quiero decirle que voy a buscar y a leer el librito que nos recomienda. Para que no se diga. Y porque me gusta leer de todo, máxime lo que usted me recomienda.
Si bien habría que reconocer que las empresas están formadas por «personas físicas», que como tales están expuestas a todo tipo de esquizofrenias de lo más variadas, y que éstas influyen irremediablemente en la marcha (buena o mala) de dicha empresa, y admitiendo que los partidos políticos sean comparables a las empresas en el sentido de estar conformados por personas, no ha lugar a la protesta por su recomendación terapéutica.
Mucho menos si yo, como parte interesada, admito de entrada mi precaria salud mental, ya no por el desgaste neuronal achacable a los muchos años, sino por defecto genético, al no haber desarrollado, desde la temprana etapa neonatal, gran cantidad de esos adminículos cerebrales que parece son tan necesarios para el buen funcionamiento del caletre.
Así las cosas, podría usted decir que mal van los partidos con semejante material de recursos humanos. Pero no, no lo diga, señor Kant. Yo le aseguro que en nuestro departamento de RRHH tenemos un buen surtido de cerebros bien dotados. Sólo nos hace falta, tras tenerlos localizados, ponerlos a trabajar en el reflotamiento de la empresa.
Y en eso andamos.
La verdad, don Miguel, que cuando vi, un poco más arriba, el error -absolutamente involuntario, estoy segura- del señor Kant con su nombre (el de usted), me vino a la mente aquella coplilla que cantaba una señora muy anciana y que decía algo así como:
– ¿Qué le estará pasando al probe Migué, que hace musho tiempo que no sale?
Pero estoy más por la versión del fallo «digital» que por creer que el señor Kant estuviera pensando en la coplilla al escribirle…;-)
Cantemos, que algo queda, querida Marisa.
Es curioso. Pensaba que lo de Joe el Fontanero tenía su aquel…, que la falta de un liderazgo atractivo en los partidos era algo a discutir, y se me ponen a hablar de literatura y justicia. Bueno, la cosa tiene miga, desde luego.
«El monopolio del relato», se dice en el texto de rebelion.org
Discutir sobre eso es regresar otra vez a la cuestión que les vengo planteando, ahora y meses atrás: el storytelling.
Don Miguel: Qué necesario es hacer circular este tipo de relatos. Sirven para desenmascarar el mal periodismo. Internet está suponiendo una auténtica transformación en este campo.
Sr. Kant: Buscaré el libro y lo leeré. No por susceptible sino por consistente le devuelvo una recomendación sobre el mismo tema. No sé si está traducido, pero estoy segura que el Sr. Kant lee francés: Les jeux du pouvoir et du désir dans l’entreprise. Eugène Enriquez.
Doña Marisa: No comento su entrada porque es usted tan divertida que ando pensando en montar un café teatro donde poder dar salida a su talento…
Don Justo: Sabe usted que conozco de primera mano los desmanes y los sacrificios de la edición Y también tengo mi teoría sobre porqué hoy en día vivimos en un mundo donde proliferan las erratas… Pero eso para otro día. Me pongo a la cocina y a alimentar a mi retoño, esas tareas propias de ambos sexos que nos reconcilian con la vida. Abrazos
Sí, pensé que lo de Joe el fontanero estaba suficientemente desenmascarado ya. Sabes que creo que basta con mirar a los ojos de la gente y decir la verdad: el resto es marqueting que se empeña en que sigamos creyendo lo que el nuevo Sinaí nos envía como códigos morales de comportamiento político y personal: TV a todo pasto, show.
La historia de la manipulación informativa realizada a través del monopolio de la fuerza apoyándose en la credibilidad de la gente ( ¿Cómo vamos a soportar que alguien diga que otro ha dicho que a Lorca lo mataron por maricón?: además es muy probable que así fuera, una venganza familiar o de amante defraudado aprovechando el momento de confusión para eliminar a un rojo auténtico, sólo por militante de las libertades republicanas, no importaba que Lorca sólo estuviera afiliado a un mundo más tolerante y que soportara su homosexualidad… y a ningún partido… eso no importaba,fueron asesinados y tuvieron que exiliarse miles de republicanos de derechas…). Esa es la historia: de cómo puede imponerse una «verdad» de modo goebbelsianamente disimulado y con tinte «progre». Creo que es un engaño tan digno de mención como el inmenso engaño de hacer pasar a Joe el fontanero como al «uomo cualunque» que ha de votar al líder bueno que va a solucionar de un plumazo el problema de los autónomos y el pago de sus impuestos, seguros médicos, etc…
Y que conste que pedí perdón por alterar el sentido inicial del post. Pensé que esa historia que llegó a mis manos y a partir de la que yo mismo había sido objeto de engaño, valía la pena ser desenmascarada. ¿Querellas «entre poetas»?. No, luchas entre centros de poder que usan la cultura como percha. Alguien denunciaba hoy, creo que Martín Medem, compañero periodista, que cómo Gabriel Celaya podía estar ausente de la cacareada y repetida ad infinitum Antología de siempre que planea El País. ¿Y yo añadiría que cómo Blas de Otero puede ser también ignorado a estas alturas? Es cuestión de ser o no ser políticamente correcto. La figura de Lorca se enalteció, por ejemplo, cuando dejaba de ser un poeta casticista y mediocre para convertirse en símbolo universal del salvajismo fascista. Cernuda, el mejor poeta de su generación, tuvo la buena suerte de no ser ejecutado por ser «tan maricón» como Lorca, pero la «mala suerte» de no obedecer los criterios de ningún partido en el exilio… De ser ferozmente independiente hasta su muerte. Y merecer así el silencio de los «críticos». La recuperación de su poesía y su figura ha tardado años y años… y aún no está completante en pie en todo su mérito, que es mucho.
Así también «se escribe la historia»,querido Justo.
Mientras el poeta apesebrado y el profesor díscolo están a la greña, el público jalea desde el anfiteatro para que la sangre llegue al río.
He aquí lo que dicen los alumnos del profesor:
http://lacomunidad.elpais.com/horasur/2008/10/25/acerca-del-enfrentamiento-entre-jose-antonio-fortes-y-luis
Del poeta sevillano de la calle Aire:
Ir de nuevo al jardín cerrado
que tras los arcos de la tapia
entre magnolios y limoneros
guarda el encanto de las aguas.
Oir de nuevo en el silencio vivo
de trinos y de hojas, el susurro tibio
del aire donde las almas viejas flotan.
Ver otra vez el cielo hondo
a lo lejos la torre esbelta
tal flor de luz sobre las palomas:
las cosas todas siempre bellas.
Sentir otra vez como entonces
la espina aguda del deseo, mientras
la juventud pasada vuelve
sueño de un dios sin tiempo
Luís Cernuda.
Si deseáis conocer el protocolo que puede seguir la crisis actual lean esto:
http://www.iarnoticias.com/2008/secciones/contrainformacion/0113_la_verdadera_crisis_18nov08.html
Otro de los vaticineos que pululan por la RED:
http://www.leap2020.eu/El-GEAB-N-28-esta-disponible!-Fase-IV-de-la-Crisis-Sistemica-Global-Ruptura-del-Sistema-Monetario-Mundial-en-el-verano_a2447.html
Esta mañana ha venido a mi consulta un fontanero ¡qué casualidad!. Le pregunté si conocía a Joe y a Obama y me dijo:¿lo qué?.¡Claro! no seguí,para que.A la gente simple,ignara,vulgar,Joe el fontanero y Obama le suenan a una película americana de Woody Allen.Y ya es mucho sonar.
Mi pregunta es:¿nos ponemos a la altura del pueblo soberano o nos vamos por los cerros de Ubeda?.That is he question!, que diría Fontdemora-toria,
Señor Moreno, gracias por su valiosa aportación del escrito de los estudiantes de la Universidad de Granada, que coloca con su autoridad de actores principales de la querella como destinatarios de la enseñanza de ambos dómines. Por otra parte,vivo en calle Aire, y al pasar por delante del número nueve varias al día frente veo y releo a menudo la placa cerámica sevillana donde se reproduce ese hermosísimo poema de Luis Cernuda. El vivió en esa casa tras morir su padre, general de intendencia, al que detestaba, y antes de abandonar España. La placa no la colocó ninguna instancia oficial, sino un fotógrafo suizo amigo mío, que tras comprarla conoció su historia y quiso celebrar así la suerte de poder compartir el mismo espacio donde alentó nuestro inmenso poeta.
Perdón, quise decir «que coloca en su sitio los términos exatos del problema» con su autoridad de actores…
Gracias por el poema de Cernuda, sí.
Hoy, a las 15 horas, nuevo post.
No se lo pierdan.
Cuando voy a Sevilla con algún amigo que no la conoce, nunca dejo de ir al Hospital de los Venerables Sacerdotes, a la calle Aire, y tras las pisadas de Blanco White; todo eso por el peatonal barrio de Santa Cruz.
El uso de la psicología de masas para la ideología «consumista»:
http://video.google.es/videoplay?docid=-4894323675519758686&ei=NqEkScmOF5722wKU3oSoAw&q=el+siglo+del+individualismo&hl=es
¿Ve ud como son demasiado susceptibles, doña Marisa?… ;-) “Xe”, sí, lo decía por ud, claro, pero también por doña Berta y por doña Isabel y don Alejandro y todos los que tienen un especial interés en conocer mejor el PSOE en el PV – sean o no “ViPs” – y también por quien se cuestione su propio partido si no es ese, que lo de EU y el PC tiene para diván pero, vamos de los buenos. ¿Para que hablar del Bloc…? o de la neonata IPV… o la “interrupta” EUPV… ¿y eso de la nueva propuesta blavero-catalanista?… Ay, y no miro hacia la derecha del PSOE porque allí el abismo es tenebroso… Pero si esto, el PV, es un campo psicótico abierto a los estudios más suculentos de los desatinos más elaborados. No me quejo por vicio, los hechos, los hechos son los que lo indican.
Más en serio. Sólo una idea. Habrá visto que en muchas ocasiones hago una especie de trasiego del mundo de la empresa y la mercadotécnica al mundo político. Por ejemplo, en mi recomendación, el libro que le sugería era de empresa monda y lironda. Bien, créame, en un mundo donde “el mercado son personas” (Chias, “dixit”) las diferencias entre el ámbito mercantil y el político no son tan grandes como se puede suponer. Permítame una pequeña “boutade”: un partido político no es más que una empresa dedicada a la venta de intangibles – en concreto, de ideas socioeconómicas susceptibles de convertirse en ley – que obtiene su beneficio de la aceptación de sus ideas por la ciudadanía y su viabilidad por la adaptación al mercado electoral. El sr. Obama lo sabe perfectamente.
Coplilla: “si me quieres te quiero, si me amas te amo, si me olvidas te olvido, yo toíto lo hago”. Ele.
Doña Berta, sí, tiene ud razón, el francés es mi tercera lengua. Le agradezco sinceramente su deferencia con su recomendación. Lo buscaré.
Perfecto, sr. Veyrat… ahora… qué feo le hace ud al ratoncito que estas semana cumplió ochenta primaveras… :-)
Señor Moreno, me tiene ud cautivado con sus nexos digitales. Muchísimas gracias por el torrente de información.
Don Justo, su ritmo de “posteo” (neologismo: dícese de la puesta de “posts” en un “blog”) me está resultando frenético… ¡yo también quiero hablar del «storytelling»! (y, haber si encontramos algún concepto en lengua romance) de hecho, llevo dos o tres “posts” hablando de todo menos de ello por más que trato de hacerlo… ¡a ver si puedo al próximo que nos anuncia!… uf…
Lo siento, señor Kant, pero habiendo leído ya el nuevo post de don Justo (me encanta lo de posteo, gerundio posteando), pos le ando avisando de que no creo que pueda usted acoplar la lengua romance al tema (oportunista a más no poder, poor la fecha, digo) que nos ha «colgado». Creo que va a ser divertido.
En cuanto a la mercadotécnia y la política, no puedo estar más de acuerdo con usted en la definición. ¿Tendré que preocuparme, como don Justo, de la coincidencia?
¡Ups! Nueva coincidencia: agradecer a don J. sus links (¿se dice así?) tan jugosos. Mercí, monsieur Moreno.
Pero además, remato diciendole que puede volverse la coplilla por pasiva, porque ya ve que no le olvido…;-)