Uno. Viernes 4 de mayo. A partir de las 18 horas, Anaclet Pons y yo firmamos libros en la caseta de Tirant Lo Blanch, núms. 57-58. Estaremos, pues, en la Feria del Libro de Valencia. Con cierto reparo hemos accedido a participar en este acto: por nuestro natural tímido. Bien mirado, no podíamos negarnos. Como decía Lola Flores, nos debemos a nuestro público. No sabemos exactamente quién es nuestro público y quiénes vendrán, pero allí nos tendrán. Desde luego, estaríamos muy honrados si todos ustedes pudiesen acercarse con sus ejemplares, propios o recién comprados. Les estamparíamos una dedicatoria la mar de fina.
. Dos: «…Cuando leemos, nos adentramos, frotamos el cerebro con la imaginación ajena, y de esa friega o refriega salimos transformados…»
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Tres. Por cortesía de Isabel Zarzuela, dos instantáneas de la Feria con JS y AP
Hemeroteca: Justo Serna, «Qué poco sabemos», El País Comunidad Valenciana, 2 de mayo de 2012.
Agradecimientos: a David Iranzo, que se ha portado muy amablemente con nosotros. Como siempre.
Gracias por firmar tan pacientemente todos mis ejemplares, Sr Serna. Don Anaclet y usted han estado encantadores.
Enhorabuenas, Justo y Anaclet!!!
Ya me hubiera gustado acudir para saludarles personalmente y que me hubieran firmado mis ejemplares. Seguro que pronto habrá más oportunidades para encontrarnos y seguir firmando libros. Felicidades.
Gracias, Leda. Gracias, Juan. Gracias, Alejandro, por sus buenos deseos.
Pues yo sí tuve la suerte de estar allí, aunque me faltan todavía dos libros para que me firmen: el de «La historia cultural» y el de «Diario de un burgués». En otro momento será. Eso seguro.
Por cierto, ahora que veo/leo al Sr. Planas, ¿usted no venía a hacernos una visita en abril? ¿o lo he soñado? ;-)
No sea tímido, es muy enocionante para el lector encontrarse con un autor conocido en la feria y la verdad es que tengo unos cuantos libros suyos y de Anaclet que nunca pensé en que me los pudiera dedicar. Hubiera ido pero los viernes trabajo hasta las 10 de la noche. Enhorabuena. Seguro que tuvo mucha clientela.
Querida Isabel. En efecto, pero no en abril, que ya pasó, sino en tan sólo unos pocos días, el 21 de mayo en concreto. Espero volver a verla (entre muchas otras cosas, porque sale su nombre en el copyright de mi foto en el nuevo libro:-) Un abrazo!
Vaya, Sr. Planas, me llena usted de «orgullo y satisfacción». ¡Menuda sorpresa!
¿El 21? :-)
A ver, a ver si nos vemos pronto. Un abrazo.
Les agradezco mucho su apoyo: y su presencia, a los que pudieron venir. Fuimos cuatro y el de la guitarra, según expresión que me es cara. Es decir, la clientela fue más espiritual que material. Amigos me han escrito después diciéndome que no podían venir. Casi es alivio: no podemos regalar ejemplares a todos y me danreparo que compren esos libros, que no son baratos.
Pronto veremos a Juan Planas. Con su libro elegante y desgarrado. Pronto pondré la portada…
Francia me salva. Me sale el socialdemócrata que soy desde chiquitito. Gana Hollande, un tipo gris. En cambio, Sarkozy, no: no es gris. No tiene color.
Para dolernos o para aliviarnos, les dejo con un poquito de Anthony and the Johnsons (que descubrí años atrás gracias a Paco Fuster): un poquito de esperanza.
Lamento no haber podido acompañarle en la Fira, tan solo pude acercarme un rato y no coincidió con el día de autos.
Le estaba esperando con el asunto francés, y, por cierto, me estoy acordando de cierto troll de esta página que hace años le insultó a usted diciendo «Serna, eres un socialdemócrata». Me hubiera gustado que a mí me insultaran llamándome eso, o algo parecido, pues la verdad es que ya no sé ni lo que soy.
Este país -me refiero a Francia- me fascina y seduce desde siempre, llevo dentro un francés, o mejor un bárbaro peninsular al que le gustaría ser francés. De entrada, me hubiera gustado que Hollande no dijera «protegeremos nuestro estado de bienestar», que quitara el posesivo, vamos. Si los líderes europeos, más los de las naciones centrales, no asumen que ya no pueden pensar sólo en clave local -que son «europeos» en toda la extensión de la palabra- mal iremos.
Pero me pasa como a usted. Hay una luz de esperanza -o mejor, de alivio- que se me enciende por dentro con lo que acaba de pasar en el país vecino. No espero grandes cosas de este caballero al que usted ve algo gris, lo cual -si yo le he entendido- aconseja que no tomemos como un problema, pues acaso el gran problema en un tiempo peligrosamente expuesto a los peores populismos sea justamente aquello del carisma. Mi sentimiento es de una moderada incertidumbre, no sé cómo enfocará la socialdemocracia francesa una situación tan nueva como ésta, sin olvidarme de que su margen de acción está sometido a límites sobre los que sí tengo certezas. Me refiero al debilitamiento de la acción institucional en un contexto dominado por la presión del gran capital o, lo que es lo mismo, el doblegamiento del poder político por parte del económico. Lo que sí sé es lo que pretendía Sarkozy. Que los franceses le hayan dado puerta al marido de Carla Bruni significa que al menos la mayoría no se ha comido que la receta anticrisis pasa por desmantelar las instituciones que sostienen el estado del bienestar. No me gusta tanto que haya subido tanto la hija de Le Pen, pero no se puede tener todo.
Lo que sí me ha llamado mucho la atención es la actitud de la derecha española con respecto a las soflamas de Sarkozy en campaña, donde ha situado a España como ejemplo de lo que pasa con las recetas del socialismo, que tiene narices. Incluso el Rey protestó formalmente contra las burlas que cierto programa de la tele francesa realizó respecto a si los deportistas españoles se dopaban, y a poco no cuesta un incidente diplomático grave. Sin embargo, ante el escarnio al que este caballero ha sometido a nuestro país, el silencio general, como si todos le tuvieran miedo, no sea que gane y luego se enfade. Y ese escarnio cuesta caro, aumenta el desprestigio de eso que llaman la «marca España». Aquí también habríamos podido dedicarnos a decir que Grecia es la encarnación del mal y que tienen lo que se merecen. Pero todos sospechábamos que la debacle griega podía ser un anticipo de lo que nos venía. No le llamen solidaridad, llámenle miedo, pero lo prefiero a la prepotencia frente a los morenos e inoperantes vecinos del sur que ha exhibido Sarkozy. Creo que los franceses que han votado a Hollande, en un momento en que no es fácil votar socialdemocracia, lo han entendido también así.
Ojalá también lo haga el propio Hollande.
Sr. Montesinos, creo que compartimos nuestra alegría –moderada alegría– por este cambio político. Yo tengo tan poca simpatía por Sarkozy… Más antipático me resultaba Berlusconi. Por cierto, ambos muy amigos de José María Aznar. No sé: intentaré no decepcionarme con F. Hollande. Con la derecha populista no hay decepción. Hay confirmación.
Es cierto, pero fíjese, algunos convencidísimos votantes de la derecha reconocen sentirse decepcionados ante la evidencia de que el gabinete Rajoy ha decidido que la crisis es un momento ideal para desmantelar el estado social. Sin ir más lejos, un allegado que se pasó los últimos ocho años intentando convencerme de que Zp era el culpable de los problemas económicos del país, de nuestra pérdida de imagen y de que nuestras novias nos hubieran dejado -y no le digo nada de Rubalcaba, este infame era poco menos que el íncubo de Lucifer-, me acaba de enviar un correo en el que denuncia con una virulencia propia de un bolchevique todas las mentiras de la campaña electoral del PP. El detonante es que como consecuencia de la política de recortes en sanidad uno de sus vástagos acaba de perder su trabajo en el hospital -por supuesto público- donde trabajaba. Se me ocurrió la maldad de contestarle que su hijo ha ido al paro como consecuencia de una valiente estrategia de optimización de recursos -que es lo que dicen en Intereconomía, de la cual es adepto- pero no quise ser malo. Parece que sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena.
1. Qué triste el caso que cuenta. Ya no me escandalizo con estos listos de la derecha local. O mundial: fíjese lo que pasa con Rodrigo Rato, un señor con sueldo millonario que se va cuando vienen mal dadas. En el FMI o en Bankia.
2. Acabo de leer el comunicado que se ha hecho público en su nombre (bueno, en nombre de Rodrigo de Rato y Figaredo). Tiene erratas y una prosa de pena. Ah, y no se despide. Antiguamente, la gente fina tenía normas de urbanidad.
Haz clic para acceder a bcb8dc4b666f01dd27e2c2b7e274457d.pdf
3. El sr. De Rato no comparece en rueda de prensa y no dice nada concreto a los clientes de la entidad. Se escuda tras un comunicado de sintaxis tortuosa. Ah, y cobrará una indemnización de 200 millones de pesetas. Como un futbolista de primera.
O como un cómico de Hollywood.
4. Leído en El País: «José Ignacio Goirigolzarri, propuesto por Rodrigo Rato como nuevo presidente de Bankia, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en el BBVA. En esta entidad trabajó durante 30 años, hasta septiembre de 2009, cuando decidió dejar el banco con una pensión de tres millones de euros al año, dinero que cobró de una tacada y que le supuso embolsarse 61 millones de euros…»
Uhmmm, al hilo del marido de Carla Bruni, yo sí que estoy especialmente contento con la victoria de Hollande. Un contrapunto a Merkel, y además un contrapunto de peso, no puede sino ayudar a aclarar un algo la confusa situación actual… O eso me parece a mí. Saludos!
Apss, discúlpenme. Donde dije contrapunto quizá debería decir contrapeso…
Aunque un contrapunto de peso… igual es ya un contrapeso:-) En fin. Ando comprando billetes de avión y sopesando hoteles. Para un isleño viajar es siempre una pequeña tortura…