Paul Preston

Uno. Paul Preston pronuncia una conferencia en Valencia. Siempre es una suerte contar con él: Columnaescuchar lo que dice o consultar lo que laboriosamente investiga. Ustedes no saben lo que cuesta escribir. A veces, lectores muy generosos me preguntan cuánto me lleva redactar una columna periodística, una columnita. Cincuenta y tantos años, respondo.

No es broma: para poder condensar en pocos caracteres con espacios una idea (o dos, como máximo) has de tener una larga experiencia. En esas líneas, además, ha de caber un dato erudito, una nota de actualidad y una broma. Sí, lo habrán adivinado: para escribir corto hay que emplear mucho tiempo.

Dos. Ahora imaginen a alguien nacido en una cultura ajena, nativo de otra lengua, instruido en referencias distantes. Imaginen a un lector que ha de hacerse una idea cabal de un país, de una historia, de una literatura, de un arte que no son los suyos. Imaginen, en fin, a alguien que ha de frecuentar archivos extraños, consultar documentos remotos, entender y transferir lo que otros escribieron décadas atrás. Ahí tienen a un hispanista, por ejemplo. Ahí tienen a un historiador que se interesa por aquello que en principio no le concierne. Ahí tienen a Preston.

PRESTONPaul es experto en la Guerra Civil y es sabedor de nuestra historia reciente. Pero, sobre todo, conoce como nadie a Francisco Franco. No lo trató personalmente, pero supo y pudo reconstruir su vida cotidiana, esas largas jornadas en El Pardo o de cacería, esas sesiones ministeriales o esas recepciones diplomáticas.

La biografía que Preston escribió sobre el Caudillo (1994) –traducida al español por Enrique Moradiellos— le cambió la vida: tuvo que convivir con un espectro y tuvo que imaginar lo que había sido una España imperial y raquítica.

A mí, como lector, también me cambio la vida… académica: su libro me demostró que se puede investigar sin ser tedioso; que se puede analizar sin ser obvio; que se puede estudiar a un individuo repelente sin rematar al personaje, sin demostrar tu odio o tu ojeriza constantemente.

Tres. Preston escribió una biografía del Generalísimo. Era un volumen breve de mil páginas. Digo breve Francoporque la existencia da para mucho: y la de Franco duró años y años. El historiador británico la condensó en unas pocas planas (ya digo: unas mil) y nos reveló los personajes que el anterior Jefe de Estado había encarnado. Desde el héroe africanista hasta el anciano civil, desde el militar católico hasta el falangista espúreo, desde el estadista suspicaz hasta el abuelo anticomunista que no ceja en su empeño. Pero ante todo Preston supo mostrar la violencia de un Régimen afirmado y asentado sobre la Guerra.

Ahora, años después, vuelve sobre este asunto, el de la represión, con un volumen de muchas páginas y  título polémico (El holocausto español, 2011). No he podido leerlo aún, cosa que me disgusta. ¿Qué puedo decir? No sé: no se pierdan un libro de Preston. No pestañeen: en sus obras no hay tiempos muertos, no hay retórica.

11 comentarios

  1. Je Jelene

    Fantástica la conferencia en el CCCB de Barcelona. Algo publiqué en mi Facebook. Y fantásticas las preguntas (o, más bien, comentarios) de Montserrat Armengou. Los historiadores tienen que alzar la voz ante lo que hace la Real Academia de la Historia. Disculpa que use este imperativo, pero «Tenéis» que hacerlo, y digo en plural, de manera colectiva. El libro de «El combate por la historia» se puede interpretar por medios malintencionados (y de revisionismo del malo) en términos de revancha, casi en términos guerracivilistas, en respuesta al Diccionario biográfico. A mí, como antigua estudiante de HIstoria, me duele, me duele mucho lo que hace la Academia. Así que perdona que use de esta forma tu muro, pero aprovecho para pedir que los historiadores, la profesión, propongan colectivamente un manifiesto. Yo voy a aportar mi granito de arena desde mi blog, y con mis todavía escasos conocimientos (con honestidad, al menos: reconociendo los límites) este fin de semana. Lanzo la propuesta. De nuevo, perdona por la parrafada. Para escribir alegatos incendiarios no hacen falta cincuenta y tantos años… Un abrazo, profesor.

    Ana Serrano
    Fantástico todo, pero esa foto… ¡Qué susto me has dado, Justo! :-)

    Justo Serna
    Ana. Es propiedad de Getty.

    Ana Serrano
    Ya, pero es que así, sin previo aviso, entrar en el Inicio del Face y encontrarte esa cara de nuevo…

    Rodolfo Giner
    Ana, no hay que asustarse de esta foto sino de de las de sus sucesores

    Justo Serna
    Esa cara de nuevo, no. Es un rostro insólito. Al menos no es el semblante habitual. Esta fotografía me gusta por la pose tosca del Caudillo. Está guiñando los ojos. El sol le da directamente provocándole gran molestia, que él trata de disimular con una media sonrisa. Por otra parte, en su hombro izquierdo vemos la sombra de alguien que está allí, fuera de campo. Parece tener un perfil más noble que el del General.

    Ana Serrano
    Si no me asusto, es repelús. De las de los sucesores, algunos sucesores, también.

    Justo Serna
    Repelús.

  2. López Blanco Rogelio
    Un post muy recomendable sobre el historiador Paul Preston escrito por otro buen historidor, Justo Serna.

    Justo Serna
    Gracias, Rogelio. Yo soy un investigador de a pie. Paul Preston es de altura. Yo gloso; él desarrolla. Abrazos.

    López Blanco Rogelio
    Pero estas en la flor de la edad, subiendo y nunca se te ocurriría poner ese holocausto infausto en el título de un libro así… Un abrazo.

    Justo Serna ‎’El holocausto español’ es un título que me incomodó nada más verlo. Pero como no lo he leído ignoro el fundamento de ese rótulo, de dicha calificación: tremenda, en todo caso. Supongo que Paul Preston tenía razones documentales bien fundadas para optar por ese epígrafe. Y no sólo documentales: también analíticas. Un abrazo.

  3. Hace un par de meses encontré acá en Bs.As.: Franco, el gran manipulador de Preston. Quisiera destacar tres capítulos, sin desmedro del resto del libro, pienso que sintetizan su figura.
    La guerra de aniquilación de Franco.(Su mesianismo homicida)
    El mito de Hendaya (Engaños,autoengaños y mitos)
    El Paciente español.
    Me acuerdo en los primeros años 60′, Franco era para mí un señor con bigotitos, insignificante, que aparecía en las estampillas (sellos postales) de las cartas que recibía mi abuelo gallego de su familia., luego lo había visto en algún noticiero. Obviamentre con 10/11años ignoraba todo sobre F.F.
    Pensaba cuando leia el cap:.El Paciente español, en esa época en España, comenzaban a salir con turbulencias de una era nefasta. Mientras acá vivíamos la descomposición del gobierno de Perón y su esposa, y la posterior dictadura.
    Otra herencia de F.F.: la admiración e intentos de imitación de nuestros Coroneles y Generales.Taxistas porteños que añoraban tener un Franco , cuando acá teníamos nuestros Onganías, Videlas, Masseras : no lograron sus 40 años, por suerte para eso fueron ineptos.
    Termino la perorata, releo su post sobre las cacerías de Franco y su multitud de perdices.,burlarnos un poco de ellos, creo que ayuda. Un saludo

  4. Yo he leido el libro de Preston y asistí a su presentación en Bibliocafé y creo, modestamente, que sí,que está bien empleada la palabra Holocausto, por muy fuerte que nos parezca. En el libro están con datos y cifras, las muertes en los dos bandos y hay que decir que las de los rebeldes -los franquistas-apabullan- y las de los leales asustan.
    Rafael

  5. Franco portátil

    Dispongo del texto que Luis Suárez dedica a Francisco Franco en el Diccionario de la Academia. Es corto, manejable, portátil. Como un compendio o un prospecto. Me lo remitió un amigo colega que ayer marchaba hacia Portugal. Yo se lo había solicitado y él, muy amable e inmediatamente, me pudo mandar dicha joya en pleno viaje. Es la mar de interesante. Les prometo hacer los deberes escolares: leer la pieza y hacer la glosa. Quizá hoy mismo. No es pecado: es penitencia.

  6. Leo en El País: «Cuatro vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) han pedido la dimisión de su presidente, Carlos Dívar, durante el pleno extraordinario para pedir explicaciones por los 20 viajes de fines de semana de cuatro días o más a Puerto Banús (Marbella) con cenas de dos personas en restaurantes de lujo. El vocal que denunció a Dívar, José Manuel Gómez Benítez, no ha pedido su renuncia en el pleno, pero ya lo había hecho con anterioridad. En la reunión, que ha durado cinco horas y que se ha celebrado en el más completo hermetismo, sin teléfonos móviles ni Internet para evitar filtraciones, otros siete vocales han pedido la dimisión de Benítez».

    …/…

    «En cuanto a la petición de dimisión de José Manuel Gómez Benítez, los siete vocales le han afeado su conducta por haber denunciado a Dívar ante la Fiscalía General del Estado sin haber planteado la cuestión previamente en un pleno del CGPJ…»

    Por favor, señores jueces, ¿pueden comportarse? Su tarea es dignísima y sus responsabilidades, máximas. ¿Pueden hacer el favor?

  7. Cuando el «poquito de por favor» también lo exigimos también al Poder Judicial, es que «la cosa está mu mal». Sí, la tarea es muy digna, Sr Serna, pero l

  8. Perdón; se me fue el dedo. Decía que, efectivamente, la tarea es muy digna pero el comportamiento es patético.
    Se tambalean los pilares básicos del Estado de Derecho. Por favor, reflexionemos sobre ello.

    Por cierto, de esa curiosa foto de Franco, hay un detalle que no deja de inquietarme: la sombra sobre su hombro izquierdo…

  9. Eso, precisamente, es lo que había escrito más arriba:

    «Es un rostro insólito. Al menos no es el semblante habitual. Esta fotografía me gusta por la pose tosca del Caudillo. Está guiñando los ojos. El sol le da directamente provocándole gran molestia, que él trata de disimular con una media sonrisa. Por otra parte, en su hombro izquierdo vemos la sombra de alguien que está allí, fuera de campo. Parece tener un perfil más noble que el del General«.

  10. Bueno, esa entrada de Franco en el Diciconario de la Academia promete. Hága esa glosa, por Dios (nunca mejor dicho) y por la Patria (¡se sienten, coño!). Sin embargo, una duda me corroe: esa entrada de Luis Suárez, ¿es la originaria o acaso se trata de una versión retocada tras la polémica por todos conocida?

  11. No le digo nada de Paul Preston y su visita, pues doctores tiene la Iglesia, aunque siempre me ha llamado la atención el hecho de que la historia de España sea en sus páginas más influyentes escrita por extranjeros. No lo digo por patrioterismo barato, es simplemente que sospecho que siempre se nos ha visto un poco como eso que los antropólogos llaman una «sociedad folk», una tierra brava y agreste poblada por tribus con costumbres primitivas e incomprensibles y destinadas a destriparse eternamente unas a otras.

    Respecto al asunto Dívar, un apunte muy breve. Dice usted que ya salimos del Régimen, y tiene razón, pero pongamos de vez en cuando entre interrogantes nuestras supuestas evidencias. Lo digo de una vez: en este país sigue siendo imposible o, al menos, muy difícil, meterse con cierta gente. La Corona, los prohombres del franquismo, los jerifaltes de la Judicatura… ¿quieren que siga?

    Y en cuanto al asunto de los silbidos al himno, lo obvio, parece que esto de la libertad de expresión les cuesta un poco a algunos. Me parece en cualquier caso muy digno el comportamiento de Televisión Española, que no ocultó la evidencia ridículamente como hace cuatro o cinco años, cuando en otra final entre vascos y catalanes optó por poner anuncios al empezar el himno y la jarana correspondiente. Al menos no nos tratan como imbéciles. El comportamiento de muchos profesionales del ente público en los últimos tiempos -a punto de que les metan el ERE político correspondiente- me parece admirable.

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