El Caudillo, etcétera.

francisco-francoEl Régimen que instauró don Francisco Franco Bahamonde fue un sistema de partido único, con una evidente inclinación totalitaria. Al menos en sus orígenes. Fue un sistema unipersonal, con un Generalísimo que se alzaba por encima de sí mismo, aunque aupado por una coalición reaccionaria. Ahí estaba, elevándose, con su voz aflautada y chillona. Pienso en esto y pienso en el caso del Führer, sobre el que últimamente he leído El oscuro carisma de Hitler (2013), de Laurence Rees. Magnífico Rees, como siempre. No se lo pierdan.

El franquismo fue también un Movimiento de inspiración fanática. De inspiración fanática pero venal. Fue venal. Es decir, eran unos vendidos… Las noticias que publicaba El País este fin de semana son desoladoras: una cohorte de generales y dirigentes del Régimen se dejó sobornar para evitar la entrada de España en la Guerra Mundial al lado del Eje. ¿Tanto patriotismo para esto? ¿Tanta Cruzada para caer untados por la Pérfida Albión, los anglicanos? Me podía esperar cualquier cosa, ¿pero esto? ¡Sobornados por el MI6!

Cuando leí Tu rostro mañana, de Javier Marías, lo primero que pensé es que el autor exageraba novelescamente las artimañas del MI6. Ahora ya no. Ahora sé que la ficción copia la inverosímil realidad. Bueno, lo hemos sabido siempre… Por eso ahora, justo ahora, leo cosas bien reales: España partida en dos (2013), de Julián Casanova. Es una fina síntesis, un ensayo entretenidísimo a pesar del horror que describe. Casanova escribe sin retórica pero persuasivamente. Lo contrario que el Caudillo, que peroraba con retórica y poca convicción, rodeado de felones. Ay, Dios.

Un comentario

  1. Winston Churchill encubre esta trama a todo lo largo de su obra sobre la Segunda Guerra Mundial, y en The Gathering Storm no la menciona en absoluto cuando comenta el encuentro entre Hitler y Franco en Hendaya. Si los documentos reclasificados prueban ser auténticos y no una jugada propagandística británica que se insertó en los archivos, los historiadores tienen ante sí una recalibración perentoria del régimen de Franco y de algunas de sus principales figuras en cuanto a la neutralidad de España en la WWII..
    La picaresca se manifiesta como una constante de la vida y la actitud española, desde los tiempos del Lazarillo de Tormes hasta las revelaciones de los fraudes financieros y políticos del momento. Sería probable, por tanto, encontrar casos de soborno como los mencionados por The Guardian en la época de los cuarentas, pero personalmente me abstendría de tirar la primera piedra hasta que tuviera ocasión de examinar directamente los documentos en cuestión y analizarlos a fondo. De ser ciertos, pienso que un viejo profesor de mi infancia, falangista convencido, veterano de la División Azul que partió de Grafenwöhr con Muñoz Grandes a luchar contra los soviéticos y volvió mutilado, se estará revolviendo en su tumba.

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