Justo Serna
21 de octubre de 2025
Makma. Revista de artes visuales y cultura contemporánea
Los responsables y amigos de la revista MAKMA
publican un artículo mío dedicado a «El novelista Vargas Llosa. Lo que queda de Mario».
No soy el primero en tratar este asunto, por supuesto. Esta misma semana, Edu Galán organiza una jornada de homenaje y recuerdo dedicada a Mario Vargas Llosa. Se trata de una feliz iniciativa para exaltar al novelista y para abundar en la gran literatura.
La muerte del escritor multiplicó el número de las valoraciones y evocaciones. Pero ya antes, mucho antes, la literatura sobre Mario Vargas Llosa resultaba oceánica.

Razones no faltan. La calidad de su obra novelística es indudable, no solo por la concesión del premio Nobel de literatura, sino por la potencia mítica de sus narraciones mayores.
¿Y cuáles son sus narraciones mayores, cuáles son sus novelas de altísima calidad, indiscutibles, aquellas que van a perdurar?
La muerte de Mario Vargas Llosa nos dejó huérfanos de un novelista mayor.
Fue el literato total.
Fue capaz de escribir con divertida prosa la sátira de Pantaleón y las visitadoras. Fue capaz de urdir y desentrañar la complejidad política en Conversación en La Catedral. Fue capaz de armar y narrar con pulso firme la epopeya de La guerra del fin del mundo. Fue capaz de contar y mostrar la maldad, el dolor y el dramatismo humanos en La fiesta del Chivo.
Su obra pasó con habilidad y ligereza del humor a la tragedia, de la historia colectiva a la intimidad más reservada.
Pero Vargas Llosa fue también un lector apasionado.
De Flaubert aprendió el rigor de la palabra justa; de Faulkner, la técnica de los tiempos simultáneos; de Sartre, el compromiso intelectual de quien se hace en el acto de habla.
Y con García Márquez compartió valores e ingenios literarios, una sólida amistad y un desencuentro de gran estrépito.
Vargas Llosa siempre escribió desde una misma convicción: no sabemos si la literatura cambia el mundo, pero lo que sí sabemos es que la literatura cambia nuestra forma de ver el mundo.
Hoy nos queda un patrimonio: novelas totales y ensayos literarios de eficacísima lucidez que siguen vivos, palpitando, aguardando nuestra dicha: la de ser leídos y releídos.
Sobre Mario Vargas Llosa como clásico, clásico contemporáneo, me extiendo en MAKMA.
Leer aquí:
https://www.makma.net/el-novelista-vargas-llosa-lo-que-queda-de-mario/
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Ilustraciones de Marian Martínez (Argi Arte).
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