Tardé unos cuantos años en ver, tocar y escuchar el primer disco de Raimon, un EP grabado, editado y difundido en 1963. Tardé once años, para ser exactos.
Su canción principal, Al vent, data de 1959, que es el año de mi nacimiento. Es pura casualidad, por supuesto.
Ahora bien, cuando averigüé ese dato, un evento minúsculo, me hizo sentir muy orgulloso. No me pregunten por qué.
Efectivamente descubrí a Raimon unos cuantos años después de su salida al mercado, precisamente cuando yo abandonaba la infancia. Más concretamente, cuando apenas rozaba los quince.
Suelo llegar tarde a los hechos importantes, pero llego.
A mediados de los setenta me sorprendió este disco, ese EP que entonces y ahora se me antoja modernísimo, de estética rompedora, con un cantautor de gesto adusto.
Me lo sigue pareciendo, insisto. Modernísimo.
Quien me lo reveló, quien me hizo sabedor de este sencillo prodigio, fue un profesor de Latín. En Salesianos…
Estas cosas pasaban en el franquismo y en el tardofranquismo. Por despiste de los censores… O por negligencia de la dictadura.
Ese docente, al que yo admiraba, era militante del PSOE, un partido y un hecho que me parecían inauditos.
El profesor, Pepe Estela, me habló de él, de Raimon, y me glosó esta imagen, la cubierta del disco.

Quedé deslumbrado por ese gesto áspero, huidizo, del cantante de Xàtiva, que era el que yo quería adoptar.
Lo vemos junto al quicio de una puerta de madera vieja y astillosa. Lo vemos respaldado en una sencilla pared de ladrillo. Y vemos muy cerca a un pillastre ajeno y avispado.

Podemos observar con detalle el conjunto.
Por supuesto hay un evidente parentesco o familiaridad con las formas y las maneras de Bob Dylan y de los cantautores franceses.
Bien mirado, ese conjunto no tiene nada que ver con el franquismo o con la estética obsoleta que entonces imperaba.
Pero hay una salvedad. Raimon canta en lengua vernácula. En el suave catalán de Xàtiva. Pura poesía.
¿Ustedes imaginan esta composición tan chic en un ambiente tan rancio, tan echado a perder?
Desde la cubierta hasta la letra, pasando por esa música tan sencilla, todo me arrebata.
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