Primera aproximación.
A propósito de El loco de Dios en el fin del mundo (2025).
Presentación en Valencia.
Llibreria Ramon Llull, 9 de abril a las 19 horas
Conversación entre Javier Cercas y Justo Serna
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Con la habilidad a que nos tiene acostumbrados, Javier Cercas nos cuenta una historia rica, con una plétora de personajes y episodios, al modo cervantino. Pero, atención, no es una novela coral.

Son, sí, personajes y episodios que forman parte de muchas historias y que, a su vez, se entrecruzan y convergen en una sola, que conduce con mano maestra el narrador.
Lo que, en principio, se nos cuenta es un viaje real y simbólico, el viaje al fin del mundo: a Mongolia, nada menos.
Nos las vemos con un escritor ateo, el propio Javier Cercas, que narra su experiencia, la de acompañar al papa Francisco y a su séquito a dicho país, tan lejos y con tan poca población católica.
Lo que leemos es un libro que nace de una invitación vaticana. El escritor convertido e narrador nos relata ese desplazamiento y nos detalla la propia concepción de la obra. Al modo metanarrativo.
Las novelas (con o sin ficción) de Cercas suelen ser un híbrido de géneros. En sus páginas también suele haber un enigma humano.
Ese enigma es el móvil y el motivo de la acción y de las cavilaciones del narrador. La cuestión y su pesquisa, propiamente humanas, conciernen a quien relata y, al tiempo, involucran a toda la Humanidad.
En este caso, no es o no es sólo, la pregunta acerca la resurrección de la carne y la vida eterna, como Cercas ha insistido en el propio texto y en las declaraciones a la prensa.
Hay aquí y en otras de sus novelas un subtexto: en ‘El loco de Dios en el fin del mundo’, el subtexto es la experiencia humana del amor filial, aquello que adeudamos a la madre.
La literatura le sirve para ahondar en lo aparentemente simple. A poco que se documente y observe, lo sencillo se vuelve complejo.
Las reflexiones éticas de Cercas son inquietudes nuestras… Los ateos podemos ser buenos, podemos obrar por el bien sin necesidad de una deidad que nos premie o nos castigue.
Pero, a la vez, los creyentes no deberían amar o temer a Dios únicamente por los pagos o las condenas, por la eternidad, sino por el hecho mismo de hacer el bien, que tantas recompensas inmediatas procura.
El padre era el subtexto de Anatomía de un instante (2009). En El loco…, el subtexto es la madre. Si son satisfactorios, los vínculos primarios, los sentimientos más esenciales, nos procuran un suelo firme y emocional.
Mientras avanzamos hacia esas emociones básicas, el mundo, las instituciones y sus seres son examinados, escrutados. Así, aquí, se presenta, se nos muestra y se da la voz al Vaticano y a sus moradores, a los los misioneros, a los católicos remotos y, cómo no, a Jorge Mario Bergoglio.
Punto y seguido.
Ahora estoy releyendo la obra… Quiero estar bien preparado para el miércoles 9 de abril de 2025.

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