La desinformación

Entre Felipe González y Jordi Pujol.

Alguien —cuyo nombre no revelaré—publica una noticia política en su muro de Facebook. Procede de un medio serio y eso se agradece.

El acto de publicar esa noticia es algo perfectamente normal, incluso una acción solidaria. Con su servicio, nos ayuda a estar al día.

¿Y cuál es esa noticia de alcance?

Se trata de una información referente a Felipe González, expresidente socialista del Gobierno de España.

Mejor dicho, se trata de una información referente a unas declaraciones hechas por Felipe González, expresidente socialista del Gobierno de España.

 https://www.eldiario.es/andalucia/gonzalez-pujol-corrupto-operacion-cobertura_1_4673631.html

Es un enlace perteneciente a eldiario.es. En dicho link se recogen unas palabras del exmandatario, ya digo. Precisamente afirma no creer que Jordi Pujol sea un corrupto.

Por los datos con los que cuenta la justicia y por el amor que el catalán profesa a sus hijos, Felipe González no cree que Jordi Pujol sea un corrupto.

Esa frase golpea inmediatamente a quien pueda leer el titular. Provocará la reacción de cualquier interlocutor, como así ocurre.

Uno, dos, tres… interlocutores de dicho muro aprovechan para:

—censurar al expresidente;

—afearle su caradura;

—ser hijo de mala madre;

—y su afinidad con el presunto corrupto Jordi Pujol.

De entrada, la exculpación que de Pujol hace González en unos términos escasamente convincentes resulta en efecto extraña.

Es más: resulta poco menos que escandalosa, pues de hecho justifica, claro, una conducta dudosa y hasta punible sobre las que ahora se amontonan las pruebas.

Hasta aquí, todo parece correcto en la noticia y en nuestra reacción.

La fuente es fiable, eldiario.es; el interlocutor nos pone una noticia de alcance; y el contenido de esas declaraciones es por lo menos sorprendente.

De ser cierta, y nada lo desmiente de entrada, supondría una simpatía, una cercanía o una proximidad de González con Jordi Pujol.

Resultan unas declaraciones escandalosas, pues a estas alturas hay pruebas abrumadoras, pruebas judiciales, que inculpan al expresidente de la Generalitat catalana.

Y esas declaraciones confirmarían la presunta colusión corrupta del propio González o la posición cada vez más conservadora o reaccionaria del expresidente socialista.

Ambas consecuencias no serían necesariamente excluyentes.

Sin duda, este último hecho, su conservadurismo, lo atestiguan palabras suyas repetidamente dichas. Hoy en día está muy lejos de sus adhesiones socialistas.

Sin embargo, a poco que investiguemos sobre la noticia, a poco que examinemos la fuente y, sobre todo, a poco que verifiquemos la fecha, la fecha, nos damos cuenta de que la noticia, con ser cierta, funciona como un bulo.

Las declaraciones de Felipe González datan de 2014. Es decir, datan de seis años atrás.

Por tanto, puestas ahora, como si fueran efectivamente palabras recién pronunciadas, confunden y enredan creando una realidad inexistente. Es una verdad descontextualizada que opera como una fake news.

Quizá alguien pueda pensar que digo lo anterior por profesarle a González una simpatía política.

Pues no, por cierto, no tengo ninguna simpatía por el actual Felipe González, cuyas ideas desde hace años me irritan o me hacen bostezar.

Menos gracia me hacen sus injerencias como exmandatario, ya que con frecuencia se arroga un derecho inexistente. ¿Cuál?

El de amonestar a los actuales dirigentes socialistas, a los peligrosos izquierdistas que serían sus cofrades y, de paso, a todos nosotros.

Admito logros progresistas durante los años 80, igual que reconozco sus errores o sus actos punibles durante esas mismas fechas.

En cualquier caso, el último Felipe González me irrita cada vez que pronuncia una palabra o se pronuncia. Sencillamente encizaña.

Sin embargo, lo que se ha hecho con las declaraciones del exmandatario es inaceptable.

En este caso, unas palabras descontextualizadas de Felipe González han sido empleadas para provocar confusión.

Han sido utilizadas para funcionar como Fake News. Ésta es una de las formas modernas de la desinformación.

Puesto que en la época en Internet, todos somos fuente de información (o de error o de mentira), cada uno es editor y, por tanto, responsable de la verdad o la falsedad a la que contribuimos.

“Si nos tomamos en serio la averiguación de los hechos”, nos advertía Timothy Snyder, “cada uno de nosotros puede hacer una pequeña revolución en la forma de funcionar de Internet”.

¿Cómo? “Si estás verificando la información por tu cuenta, no les enviarás noticias falsas a los demás”, concluía en uno de sus libros Timothy Snyder.

Eso es.

Ah, por cierto, no descarto que González aún crea a Jordi Pujol un ciudadano libre de toda sospecha.

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https://www.eldiario.es/andalucia/gonzalez-pujol-corrupto-operacion-cobertura_1_4673631.html

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