Valencia, martes 5 de abril de 2022, 19 horas. Javier Cercas, autor de El castillo de Barbazul, está en nuestra ciudad.
Acompañé al escritor amigo. La tarde no invitaba: bajas temperaturas, tiempo gélido, lluvia intermitente.
El resultado fue de amistosa celebración. Se cumplieron las mejores expectativas y renovamos una camaradería cálida que ya viene de antiguo.

Se trataba de presentar la última entrega de Las novelas de la Terra Alta en la Llibreria Ramon Llull.
Y se trataba de conversar largamente, con calidez.
Fue una tarde de mucha cordialidad y , si no me equivoco, las personas allí presentes y los anfitriones, Almudena y Francisco, quedaron muy complacidos.

Javier y yo lo pasamos francamente bien, con unas cercanías literarias y humanas más que evidentes.
Esto no sólo se debe a sus libros, que tanto me complacen, o al ensayo que sobre su obra publiqué en 2019.

Se debe al género de la conversación. Javier cultiva la palabra escrita y es dueño de una oralidad analítica y expansiva. Sin pedanterías.
Poder hablar con una persona de estas cualidades es un lujo y un honor. En el acto, yo debía convencer a los presentes de los rendimientos de leer a Cercas.
Por supuesto, él se basta y se sobra para persuadir.

Pero una conversación ayuda. No es interrogatorio, ni caza mayor. Literalmente es arte menor: la palabra razonada, la voluntad de exponer y de exponerse.
Conversar implica cortesía y atención. Son técnicas que aprendemos para civilizarnos, para hacernos mutuamente accesibles.
Dejo aquí testimonio gráfico gracias al amigo Valentin, fotógrafo de excepcionales cualidades.
