Creo que tenemos derecho a hacer lo que nos dé la gana sin necesidad de que los sensibles se duelan inmediatamente y con tanto aspaviento.
Pero, a poco que disientas, saltan ciertos energúmenos, los ‘haters’, que te reprochan tu falta de sintonía, tu elitismo.
Cosas así.
Yo no procesiono ni el barroquismo católico me interesa lo más mínimo. ¿Entonces? ¿Qué hacemos los que no creemos cuando llega la Semana Santa?
Responderé por mí.
Viajamos, leemos, descansamos. O trabajamos. Hace unos años, algunos amigos me invitaron a disfrutar los actos procesionales con recogimiento ateo, con sentimiento estético.
Ya que no creemos -me decían–, por lo menos reverenciemos las tradiciones, dejándonos iluminar por el fervor devoto.

Pues no, lo siento: yo no respeto la tradición por el hecho de que sea consuetudinaria o por el hecho de que arroje luz sobre la condición humana.
Con la excusa de la costumbre, acabamos aceptando pasados que nos atan, creencias o idolatrías que nos ciegan.
«Rendir homenaje a lo que hicieron los antepasados no es oscurantismo religioso ni ofuscación clerical», me decían para convencerme.
E insistían… Es una fiesta pública en la que el pueblo se enfrenta cíclicamente a sus aprensiones: las de la muerte.
Salir en procesión es, pues, hermanarse con un hombre que, al final, muere por los demás. Su ejemplo nos ilumina.
Pues no, miren: no sigan. Que el pasado nos haya legado actos y representaciones pasionales no me obliga a sentir arrobo o a desfilar o a encender un cirio.
El pasado hay que iluminarlo, cierto. Hay que conocerlo, averiguarlo: justamente para sacudirnos su peso y su sombra, el peso y la sombra que le sirven a la Iglesia para afirmar machaconamente la catolicidad de España.
Los actos procesionales iluminan las calles con devociones multitudinarias, convirtiendo la vía pública en un escenario atronador.
Admito que tienen su gracia y que desde el punto de vista cultural son una recreación barroca de la muerte.
Es más: son una reminiscencia pagana anterior a Cristo, nos dicen los eruditos más distinguidos. Yo, qué quieren, prefiero evitar dicho espectáculo: simplemente no me ilumina.
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Publicado originariamente el 14 de abril de 2017: https://www.facebook.com/1249255273/posts/10211997084622985/?d=n