Los amigos del Club de Lectura de la Librería Gaia, club que empezó en 2015 bajo mi dirección y que hoy continúa Carmen Garcia Monerris con inteligencia y mano de hierro, hemos organizado un homenaje.
Lo hemos pensado para el día de hoy, lunes 21 de noviembre de 2021. Se trata de un modesto, merecido y sentido acto de recuerdo y admiración. Lola Samper nos animó a ello.
Tributamos este homenaje a dos personas muy queridas, José Antonio Vidal Castaño y Fani Fernández, que participaron activamente en nuestro club y que por desgracia han fallecido este mismo año.

El Club comenzó en 2015, ya digo, como una extensión de la librería. De lo que se trataba y se trata es de que todos vayamos con los deberes hechos, con las lecturas completas, para así exponer y debatir acerca de la obra, acerca de la implicación que sentimos.
Las novelas, preferentemente novelas, que son objeto de discusión, nos permiten ver lo que los autores dicen y nos permiten examinarnos a nosotros mismos.
Los libros tienen ese rendimiento. Por un lado, te ensimismas con la lectura privada, solitaria, silenciosa.
Por otro, en el Club te abres, te fuerzas a comunicar y a comunicarte, a ordenar y a expresar lo que en principio es sugestión o mera impresión.

Un club es un centro de sociabilidad, un espacio en el que compartir y aprender, en el que dar y recibir. No es un aula universitaria o una clase de enseñanza media. No es un lugar de instrucción.
Es, por el contrario, un círculo de debate, como aquellos cafés del Ochocientos, como aquellas tertulias del pasado. Se acude voluntariamente con un compromiso: compartir y repartir ideas y leña, pues no siempre estamos de acuerdo.
La información fluye y los análisis se muestran o se revelan con coincidencias y discrepancias.
Aparte de historiador o periodista, docente o reportera, nuestros dos amigos eran escritores. Y aparte, José Antonio, Vidal Castaño y Fani Fernández fueron agudos y voraces lectores.

Fueron dos personas activas en el Club, dos personas muy queridas —ya digo— que mostraron pública y enérgicamente sus juicios, sus valoraciones.
En ambos siempre había una originalidad, unos puntos de vista, unas perspectivas que podían contradecir felizmente lo que de entrada unos u otras habíamos dicho, sostenido o defendido. Además de todo ello, José Antonio y Fani fueron amigos de todas las personas que acudían y aún acuden al Club.
Ambos se merecen no un homenaje, sino muchos. Se merecen toda clase de reconocimientos de tantos, y tantos otros amigos, de las instituciones, etcétera.

Esos actos podrán subrayar su calidad humana, el activismo cultural que los motivaba y la bonhomía de sus personas.
Eso mismo queremos hacer nosotros. Por nuestra parte, modestamente, nos convocamos hoy a las 19:30 en Gaia para sentirnos y sentirlos próximos, sutiles y elegantes, y nosotros, agradecidos.

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Fotografías:
José Antonio Vidal Castaño, 2016, por Guzmán.
Fani Fernández, 2016, por Araceli Calabuig.
Club de Lectura Gaia, 2019, por Lola Samper