En la Librería más bonita y luminosa de Valencia
Umberto Eco, que faltó en 2016, llegó a tener 50 mil libros. Eso decía. Pero decía también que no precisábamos tantos, que no nos hacía falta atesorar muchísimos volúmenes para disfrutar.
Basta con ir a las librerías –añadía Eco–, mirar las cubiertas, comprar algún libro. También aprendemos observándolos, leyendo las solapas y contracubiertas…
«Cuando todavía era niño, una librería era un lugar muy oscuro», recordaba Eco. «Entraba, un hombre vestido de negro me preguntaba qué quería”.
Realmente “era tan angustioso que me marchaba enseguida. En cambio, nunca ha habido en la historia de la cultura tantas librerías como las de hoy, bonitas, luminosas», añadía.
Umberto Eco parece describir las que yo frecuento en Valencia, tan radiantes, tan acogedoras: Gaia Benimaclet y Ramon Llull. Como tantas y tantas que sí, que nos miman.
Les recomiendo visitarlas y les recomiendo (a ver qué remedio) algunos de los últimos libros que he publicado. Los conozco bastante bien y puedo decirles que los he escrito de mil amores.
Hoy, 23 de abril, me sumo a la Fiesta y al piscolabis que han organizado Francisco Benedito y Almudena Amador en la Llibreria Ramon Llull.
Como otros autores, algunos bien queridos, firmaré allí ejemplares de ‘Leer el mundo. Visión de Umberto Eco’, mi ensayo dedicado al maestro. Es mi último volumen. Y, si lo desean, también les firmaré algún que otro título de mi repertorio, ea.
Eso, esta misma tarde de lunes, a partir de las 19 horas. En la librería más bonita y luminosa de Valencia.