El ciudadano, el militante, el dirigente

Jueves, 30 de mayo de 2013 a las 19:30

Fran Sanz, Ximo Puig, Justo Serna

imageDebate en la calle Blanquerías, 4 – 46003

Socialistas.
Los ciudadanos, los militantes, los dirigentes
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¿Es posible un debate entre un militante y un dirigente? ¿Una conversación entre un miembro de la base y el máximo mandatario de un partido? Los Socialistas tienen una tradición y tienen protocolos, pero las organizaciones de la izquierda también necesitan ideas, imaginación, estímulos. Que un militante y un dirigente discutan cortésmente, que lo hagan en presencia de un moderador externo, alguien que no pertenece a la organización, dice mucho de la apertura a la que se aspira. El Partit Socialista del País Valencià es una institución decisiva del sistema democrático. No podemos conformarnos con las inercias orgánicas, con las resistencias del aparato; pero tampoco podemos conformarnos con su liquidación, como algunos pretenden: como si todo pudiera hacerse en asamblea permanente.

Los Socialistas son protagonistas de la política valenciana, son interlocutores necesarios. Tienen propuestas y tienen militantes valiosos. Fran Sanz paga su cuota y es abogado. Tiene estudios. Pero sobre todo tiene lecturas, capacidad para pensar y dialogar, para idear y mejorar. Es un activo valioso de una organización política.Tiene cultura y tiene humanidad, no traiciona y es fiable: efectivamente no se fía de su saber y siempre está ampliando sus conocimientos. Es un sabio local.

Por su parte, Ximo Puig empezó como alcalde de Morella y hoy es el secretario general del PSPV. Es periodista de profesión y tiene lecturas. No es raro, no es infrecuente, verlo con un libro de Tony Judt: se vale de historiadores, de pensadores, para mejorar su proyecto, para introducir sentido común y raciocinio en una organización que ha de ser racional y práctica. Puig habla como pocos secretarios hablan: con claridad, que es la cortesía intelectual que debemos exigir a nuestros representantes.

¿Es necesario el Partido Socialista? ¿Es necesario el sistema de Partidos? Los movimientos sociales activan, estimulan y argumentan. Los partidos han de ser una caja de resonancia, una caja de herramientas y, sobre todo, la casa de todos: necesitamos discutir lo básico. Los Socialistas invocan el pasado y unos derechos, pero en realidad van más allá: vaticinan un porvenir distinto y se empeñan en recrear la política.

«Todo ha de ser examinado, todo ha de ser reorganizado, sin excepción y sin miramientos», había establecido Diderot; y los Socialistas, herederos de la Ilustración, se empeñan en deshacer un orden lleno de defectos, de vicios. Esperamos que los Socialistas no se dejen amilanar por cataclismo alguno, no se dejen derribar. Quisieron guiar y guiarse, dirigir y capitanear su acción y el gobierno de los pueblos. Pero para eso han de escuchar al pueblo: a los militantes, sí, y también a los ciudadanos. En eso están y en eso estamos.

9 comentarios

  1. Hay amigos que temen asistir al acto en Blanquerías. El debate entre el militante crítico y leal (Fran Sanz) y el máximo dirigente (Ximo Puig), moderado por mí, quizá lo ven como un acto de partido. Entiéndaseme. Yo no soy militante y, por tanto, han de convencerme de que en el PSPV hay vida. Creo que hay vida, pero lo que yo piense vale poco. Ha de difundirse, transmitirse. Voy a ser moderador e interlocutor. Y vamos a organizar un acto relevante: que sea en Blanquerías no significa que sea de consumo interno; significa que el PSPV tiene que abrirse. 2015 es una fecha para todos…

  2. Demonio, no he podido asistir al debate, le aseguro que no tenía ningún resquemor, es solo que no soy dueño de mi tiempo, creo que habrá sido interesante. No soy nada bueno en links, pero por si éste no vale, les recuerdo que el monográfico del que les hablé y mi artículo en homenaje a mi abuelo están en la página titulada «Ültimes vesprades a Mestalla».
    http://ultimesvespradesamestalla.blogspot.com.es/

  3. No, Sr. Montesinos, el debate es el jueves que viene. Es decir, que aún podemos vernos.

    El artículo que dedica a Montes es muy sentido, muy justificado. Y muy bien argumentado. No sólo son sentimientos. Son razones. Le felicito.

  4. Son varias las cosas que me han gustado especialmente del texto de esta convocatoria. Desde luego, se trata de un debate atípico, de una propuesta poco usual. Pero si de lo que se trata es de establecer puentes, de que fluya el diálogo, la iniciativa es muy meritoria por todas las partes.

    Yo también creo que los partidos políticos son muy necesarios en los tiempos que corren, más necesarios que nunca. Es una impresión que está ahí, que se palpa un poco en el ambiente, aunque algunos parezcan postular todo lo contrario. Hay una demanda sorda, o incluso negativa, por parte de los ciudadanos hacia los partidos políticos: todo el mundo tiene puesta la vista en ellos de una manera u otra. Para criticarlos, para atacarlos, para señalarlos… pero esa actitud, al mismo tiempo, indica que ven en ellos unas posibilidades, unas potencialidades desaprovechadas. Necesitamos, en efecto, algún tipo de organización política y si los partidos no son capaces de reaccionar y proporcionárnosla, pues la buscaremos en otro sitio, pero sería una lástima, pues hay unos mimbres, unos moldes y una organización ya edificada. Lo que está claro es que, como dice Justo, no todo puede “hacerse en asamblea permanente”.

    Estamos en un momento crítico y, en este ambiente, los partidos, al menos los que tengan una clara y decidida voluntad participativa y democrática, han de ser, retomando las palabras de Serna, “una caja de resonancia, una caja de herramientas y, sobre todo, la casa de todos: necesitamos discutir lo básico”. No puedo estar más de acuerdo: lo que está en juego es lo básico, las bases, las raíces, los principios del Estado Social y de Derecho. En estas circunstancias hay que dejar de lado las pequeñas diferencias más o menos narcisistas y estar dispuesto a sacrificarse, a desprenderse de algunas de nuestras ideas, de algunos de nuestros postulados, para atender a lo básico, para resolver entre todos los problemas básicos de los ciudadanos. Es lo que hay y hay que aceptarlo. Cada partido tiene unas aspiraciones, unos intereses: el gran favor que se haría a la ciudadanía, el gran gesto que podría cambiar las cosas, es que los votantes percibieran que los partidos políticos que aspiran a gobernar están emprendiendo un camino en pos del interés general; un interés general que en estos tiempos de crisis es, lo vean o no los propios partidos políticos, un interés de partido. Eso es lo que podría empezar a hacer cambiar las cosas.

    Espero que este acto sea el principio.

  5. Gracias, por la aclaración y por su generosidad. A ver si leo a Alejandro con detenimiento y le fastidio un poco mañana.

  6. Hay mucho sobre lo que indignarse

    «Para que se la vuelva a tomar en serio, la izquierda debe hallar su propia voz. Hay mucho sobre lo que indignarse: las crecientes desigualdades en riqueza y oportunidades; las injusticias de clase y casta; la explotación económica dentro y fuera de cada país; la corrupción, el dinero y los privilegios que ocluyen las arterias de la democracia», decía Tony Judt en 2010. «Pero no basta con identificar las deficiencias del ‘sistema’…», añadía. Ya basta de poses retóricas: la democracia se aplica y se practica en el propio partido, en la propia izquierda, en la propia socialdemocracia, apostillaba el gran historiador inglés.

  7. ¿Se lo van a perder?

    Identifiquemos el acto. Hay tres personas sentadas a una mesa. Se disponen a dialogar. No puede decirse que los tres sean exactamente amigos o íntimos. Son gente que se conoce, personas de la esfera pública que han coincidido anteriormente y que ahora van a hablar en voz alta. Hay invitados, asistentes que han acudido para escuchar esas intervenciones. Hay cierta inquietud en la sala, incluso mucha expectativa. ¿De qué van a parlamentar?

    Hay cosas propias. El Partido Socialista ha de remontar su declive. Necesitamos una oposición verosímil y radical, una alternativa sólida. No basta con el PSPV, pero esa oposición no es creíble sin el PSPV: no hay compromiso sin los socialistas; no hay izquierda sin los socialistas. Ahora bien, el PSPV debe descartar toda altanería. Necesitamos desalojar a quienes nos han avergonzado, a quienes hemos deplorado por su ufanía y por sus despilfarros. Necesitamos desalojar a quienes han hecho del cargo su fórmula de clientelismo.

    La democracia interna es el primer escalón. No se trata ejercer el asambleísmo. Se trata de practicar la transparencia y de reconocer el mérito, . Un partido socialista no puede funcionar con la ley de hierro de la oligarquía, pero las organizaciones rivales no pueden pensarse como exclusivas o prístinas o incontaminadas.

    El militante crítico y leal es aquel que no acepta el patriotismo de partido como lógica; es aquel que entrega a la organización su tiempo y su raciocinio, sin que eso le suponga clientelismo o esclavitud. El militante crítico y leal muestra y demuestra su entusiasmo, su empecinamiento. ¿Por qué razón? Por la razón; por el pesimismo de la voluntad y por el optimismo de la inteligencia: justamente al revés de lo que decía Antonio Gramsci.

    El mandatario leal y crítico es aquel que no acepta el patriotismo de partido como lógica; es aquel que entrega a la organización su tiempo y su raciocinio, sin que eso le suponga organizar clientelismo o esclavitud. El dirigente crítico y leal muestra y demuestra su entusiasmo, su empecinamiento. ¿Por qué razón? Por la razón: por el optimismo de la voluntad y por el pesimismo de la inteligencia: justamente lo dicho por Antonio Gramsci.

    Volvamos a la mesa, a la mesa de debate. ¿Se lo van a perder?

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