En abril vuelve Rosa Díez a la palestra editorial. Da miedo. O risa. O ambas cosas a la vez.

Sé de lo que hablo. Entre otros volúmenes, recuerdo estremecido La demolición. La gran traición de Sánchez a la democracia (2021). En un post de 2021 me explayaba sobre dicha obra.

Es probablemente el segundo o tercer peor libro político que he leído en mi vida. Tendría que repasar mi ranking para cerciorarme.

Cuando digo peor no me refiero a la
perversidad del autor. Ahí, en el podio hay muchos en competencia. En cuanto a perversidad. Cuando digo malo o peor, me refiero a la baja estofa del volumen.

Su nuevo libro se titula Caudillo Sánchez. Parece que dicha obra la dedica a examinar humanamente al actual presidente del Gobierno. No sé si eso implica también un análisis psicológico a distancia.

Retengamos que sea al menos eso: un análisis humano. En la sinopsis podemos leer que Díez “hace hincapié en la descripción y conocimiento de su personalidad como instrumento imprescindible para comprender su conducta y los motivos que le impulsan a tomar sus decisiones”.

Y sigue: “La autora considera que para evaluar correctamente la dimensión del desastre que constituye el legado de Pedro Sánchez, han de analizarse sus iniciativas desde la perspectiva «humana», no tanto ni únicamente política. Solo así, sostiene Rosa Díez, podrán los españoles diseñar una estrategia de defensa frente al caudillo”.

Evidentemente, Díez se muestra muy aguda. O eso cree. Imagino, además, que ella juzgará su analogía como una expresión de mucha sutileza.

Identifica a Pedro Sánchez con el Caudillo o con un caudillo. Y, por si había dudas, en la cubierta luce y reproduce el grafismo de un famoso cuadro de Lenin.

Es decir, Sánchez ejercería un caudillaje de doble inspiración. Eso deberíamos colegir del juego hermenéutico.

En fin, sale a la venta el 12 de abril. No me lo pierdo.

Díez, que está entre Vox y el PP, espera algo de lo suyo. Mientras tanto sigue haciendo méritos intelectuales.

Y, como la cosa tarda (el cargo o la sinecura), la Biblioteca Díez aumenta monstruosamente.

Manca finezza.