Uno. Leo con placer, con arrobo, con incredulidad la obra de David Foenkinos. ¿Su título? Lennon. Es un libro dedicado al componente y líder de The Beatles.
Publicado originariamente en 2010 y editado en España por Alfaguara en 2013 con traducción de César Aira, el volumen capta, convence, entretiene. ¿Por qué?
Dos. No sé explicarlo muy bien. Quizá sea esa primera persona narradora que habla y persuade. No se trata sólo de contar cosas, sino de convencer, de hacerte con el lector. O con esa lectora resistente.
Hay que hacer las cosas muy bien, hay que escribir con gran dominio y arte, para hacernos creer que quien nos relata todo es John Lennon. El yo, la primera persona, evoca su pasado, lo narra atropellada y ordenadamente. A la vez.
Hay orden expositivo para que sepamos en qué momento nos encontramos y al mismo tiempo hay digresiones, incisos y vueltas al presente. ¿A qué presente? A la segunda mitad de los 70.
Tres. He dicho que leo esta obra con incredulidad, cosa que parece contradecir lo que después añado: que el narrador que habla en primera persona es muy convincente. No hay tal contradicción. Cuando digo con incredulidad digo con pasmo. Leo con asombro.
Es muy arriesgado literariamente recrear la voz, el estilo, los pensamientos, los sentimientos, el timbre y la sintaxis de John Lennon. Todo el mundo cree conocerlo y muchos hemos escuchado sus declaraciones o peroratas.
Numerosos seguidores saben instintivamente si esos giros, esa forma de expresarse, esos silencios o esos renuncios son de él. Pues bien, David Foenkinos provoca dicha impresión.
¿Y qué nos cuenta Lennon, el Lennon de Foenkinos?
Cuatro. Foenkinos pone en boca de Lennon la vida en primer persona, los hechos disfrutados y padecidos por un muchacho que tuvo una infancia dura e incluso desastrosa, con grandes carencias emocionales.
La vida narrada por un adulto que maduró a trompicones. con debilidades y arrogancias, con genio y creatividad. Un hombre que siguió aferrado a ciertos episodios infantiles y al dolor que éstos le ocasionaban.
La vida contada por un joven al que de repente se le viene el éxito encima, un suceso multitudinario e invasor. Gracias a los colegas del grupo, gracias a The Beatles, ese muchacho podrá sobrevivir aferrado a la afectividad, a la camaradería, al humor y a las drogas.
Parte de su existencia irá a la deriva y de parte de su vida podrá hacerse responsable. ¿Es verdad lo que nos cuenta Foenkinos en esta novela? ¿En cierto lo que el autor pone en boca de Lennon?
La obra, ya lo he dicho, transmite un efecto de gran autenticidad y yo, que no conoczco al detalle la vida de John Lennon, leo totalmente persuadido. Eso tiene mérito, mucho mérito: el relato elegante y desgarrado, humorístico y serio, nos transmite confianza en el género humano, en su capacidad de autoanálisis y en su expectativa.
Hay alguien que escucha, sí, y hay alguien que mata.
Cinco. John Lennon, again. Estoy satisfecho de haber escrito por entregas mis impresiones sobre la novela de David Foenkinos, ese Lennon (2013) que persuade desde la primera línea.
Al detallar mis impresiones no puedo precisar situaciones o episodios que los lectores podrán descubrir si efectivamente se hacen con esta obra.
¿Revelar más cosas, circunstancias, hechos? Yo no perdonaría al crítico que me destapara y me destripara una ficción. Hay comentaristas que hacen eso: a falta de imaginación o de escrúpulos, confiesan episodios sobre los que, por caridad, deberían callar.
He creído decir mucho, pero no tanto como para quitar el interés. Lennon es una figura gigantesca, un tipo normal que supo sacar ventaja de sus habilidades y de su dolor, un joven que supo oponer frente a una avalancha. ¿Supo?
En la vida tenemos serios reveses que no son necesariamente producto o resultado de nuestra mala cabeza. Lo mejor que podemos hacer es aprender para vivir mejor y con más tino, instinto y olfato. Aprender para saber disfrutar y para saber demorar el placer. Aprender para confirmar que la muerte nos lo quita todo.
Al leer a David Foenkinos, he tenido la tentación de ayudar a Lennon, de advertirle. Yo creo saber cuál es el colofón de la historia, la consumación triste de su trayectoria y precisamente por eso he querido aconsejarle.
La existencia es eso: acercarte a los Apartamentos Dakota sin saber qué hay detrás, qué hay de lo mío, qué quedará; acercarte sin mentor que te salve.
————
Artículo escrito originariamente en enero de 2014